Cargando...
Sin embargo, las perspectivas han comenzado a ser más optimistas, al menos, más auspiciosas a las manejadas durante el gran confinamiento de abril último. Para el Fondo Monetario Internacional (FMI) la contracción económica mundial será de 4,4% al cierre de 2020, una caída menos grave a la pronosticada en la actualización de junio de 2020 (-4,9%).
Conforme a este organismo internacional, la revisión refleja niveles del Producto Interno Bruto (PIB) mejores que los previstos para el segundo trimestre, en particular en las economías avanzadas, cuya actividad comenzó a mejorar antes de lo esperado cuando los confinamientos se hicieron menos estrictos en mayo y junio, así como también indicios de una recuperación más fuerte en el tercer trimestre. En tal sentido, la única economía que crecería este año sería China, con 1,9%.
El apoyo fiscal y las medidas de expansión monetaria fueron claves en el proceso de recuperación. Pese a los esfuerzos por mitigar el impacto socioeconómico de la pandemia, los niveles del empleo no han logrado recomponerse, siendo los trabajadores con ingresos más bajos los más perjudicados.
El panorama de la economía mundial para el 2021 sigue una tendencia positiva. El FMI proyecta un crecimiento de 5,2%, que representa una tasa menor a la pronosticada en junio, debido a las dificultades en el proceso de recuperación que tuvieron muchos países. Aunado a la segunda ola de la pandemia, que ha puesto nuevamente en alerta a los países y en los cuales no se descartan medidas, esta vez, de semiconfinamiento. Si las potencias económicas han sufrido los efectos de la pandemia, los países emergentes han sido los más perjudicados, especialmente en las naciones donde los niveles de pobreza, desempleo, déficits fiscales, entre otros indicadores, son relativamente altos.
En esa línea, los números y las proyecciones dan cuenta de que América Latina será la más golpeada por los efectos de la crisis sanitaria.
Para la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), la región se enfrenta a la peor contracción económica de los últimos 100 años. El organismo pronostica una caída económica regional de 9,1%, con 47 millones de personas fuera del circuito laboral y 2,7 millones de empresas cerradas. Con estas condiciones, la pobreza en América Latina alcanzaría a 231 millones de personas, es decir un retroceso de quince años. Por el lado de la extrema pobreza se espera que afecte a 96 millones de personas (retroceso de treinta años).
Desde la Cepal señalan que el retorno a los niveles de actividad económica previos a la pandemia tomará algunos años. Esto condicionado a una tasa de crecimiento medio del PIB estable de 3%. De lograr esta expansión, la economía se recuperaría en el 2023.
Sin embargo, con la tasa media del 1,8% registrada en el último decenio, el PIB recuperaría los niveles de 2019 recién en el 2025.
Al igual que la Cepal para el FMI, América Latina será la región más golpeada por los efectos de la crisis sanitaria. El organismo prevé un crecimiento del 3,6% para la región, un porcentaje ligeramente menor al 3,7% previsto en junio para el 2021. Las dos principales economías de la región, México y Brasil, caerán en un 5,8% y en un 9%, respectivamente, en 2020, mientras en 2021 alcanzarían tasas de crecimiento del 2,8% en el caso de México y del 3,5% en el de Brasil.
En Paraguay, las perspectivas oficiales y del sector privado están en el orden de una contracción económica del 1,5%. Para el 2021, las proyecciones son mejores, aunque sujetas a las condiciones climáticas y al desarrollo de la pandemia.
En la presente edición, la consultora MF Economía revisa los principales indicadores económicos del país y presenta las perspectivas para el 2021.