Cargando...
En el Paraguay, los representantes del Gobierno hacen lo propio, es como una explosión inesperada con emisión de esquirlas tóxicas invisibles en todas las direcciones, sin embargo en este momento inadecuado como dicen algunos, se evidencian conflictos de intereses en todos los órdenes. En nuestro medio, las empresas hidroeléctricas binacionales ocupan espacio preponderante en las críticas en el ámbito mediático, alcanzando casi el mismo nivel de importancia que las consecuencias del covid-19.
Esta epidemia se han desacelerado enormemente las actividades en varios sectores de la sociedad, al punto de que el Presidente de la República decretó un aislamiento social sin precedentes, al menos que yo recuerde, algunas industrias, sin embargo, han aumentado exponencialmente sus ganancias de los grandes centros de abastecimiento de alimentos, de productos farmacéuticos, de servicios de comunicaciones, de proveedores de insumos hospitalarios, de empresas dedicadas al rubro electrónico y otros. Existe un comportamiento social de núcleos y personas que ha subsistido e incrementado inclusive sus apetencias particulares, como reacción casi natural desde la existencia de los seres humanos en tiempos de crisis.
Tanta es la reacción que se ha generado en el ámbito social en nuestro país sobre las binacionales al punto de que en la institución encargada de velar por la articulación correcta de nuestras garantías constitucionales se plantean proyectos cuyos considerandos y fundamentos no resisten un análisis técnico lógico para que la futura Ley sea aplicable y menos aún sostenida en el tiempo.
Se ha desviado, casi por completo, la atención del compromiso inmediato, que según parecer de algunos colegas se hace insostenible la espera, la revisión del Anexo C del Tratado de la Itaipú binacional, en la sí está en juego el futuro de la rentabilidad de la explotación de este enorme yacimiento energético.
El presupuesto actual promedio anual de la Itaipú ronda los US$ 3.291.012.000, de los cuales la composición más relevante es sin dudas el servicio anual de la deuda, constituido por los compromisos de amortización e intereses, que en promedio rondan los US$ 2.000.000.000, los que en breve estarán saldados, un hecho que ocasionará un brusco descenso de la tarifa de Itaipú, hoy de 22.60 US$/Kw. La reducción oscilará entre 65%-70 %.
Estimados amigos, desde mi saber este es el compromiso obligatorio de los nuestros para debatir hoy ante nuestro socio condómino, los alcances que puede tener el descalce del equilibrio financiero de la Itaipu, recordemos que este extraordinario desajuste decreciente del precio del producto tendrá un efecto en cascada, incluso pudiendo afectar el monto del pago en concepto de royalties y pagos por compensación por cesión del derecho de adquisición de la energía producida por la Entidad y de la que nuestro país hoy no hace uso.
Insisto, está reducción será automática e inmediata al cancelarse la deuda de la Itaipu Binacional, por consiguiente los arreglos deben ser imperiosos, no olvidemos que esta variable beneficiará aun más a nuestro socio condómino, razón por la cual no muestran ninguna premura en la solución de este evento.
Es fundamental comprender que en este tiempo de inflexión histórica de eventos, las acciones emprendidas por los poderes de decisión deben fundarse y apegarse a las disposiciones que establecen la jerarquía de prelación del ordenamiento jurídico nacional. Las propuestas planteadas por los poderes de decisión basadas en la pasión tendrán consecuencias irremediables en las binacionales y por consiguiente para el Paraguay, socios formidables como el Brasil y la Argentina no son subestimables.
En estos días se debatieron algunas aristas del diseño del funcionamiento de las binacionales en la comisión multisectorial de Diputados, se individualizaron algunas figuras con conocimiento sólido de la mecánica de funcionamiento de un negocio binacional, tanto desde un ángulo técnico de algunos y con una pizca de condimento político de otros, no faltan los profanos que buscan imponerse mediante la obstinación.
Recordemos que en los años 60-70, en particular el proyecto Itaipú era un sueño remoto, con resultados impredecibles. En nuestra parte no teníamos el recurso financiero para el arranque de la obra, menos la garantía requerida, aún así a través de los arreglos diplomáticos de la época, se llevó adelante este emprendimiento que hoy es una realidad monumental, sin hacer juicio sobre quienes pesan dudosas intervenciones.
Mi punto es que, en condiciones desfavorables se inició lo que hoy es el patrimonio conjunto más importante del Paraguay de nuestro tiempo, desde esa perspectiva, en la actualidad tenemos tanto valor en bien patrimonial, que nos da solvencia y garantía ante la comunidad internacional, ¿no sería lógico pensar en impulsar megas emprendimientos condóminos multiplicados por la talla de Itaipu?
La dimensión de la concreción de las obras se compadece con el tamaño del sueño que las impulsa, la medida de nuestras decisiones reflejarán si pensamos en lo bajo en lo alto, de hecho soy parte interesada dirán, digo sí, 27 años vinculado a esta empresa son sin dudas un privilegio que no puedo ocultar. Me dio lo que tengo y lo que soy, las palabras no traducen la pasión, es una carrera no una actividad, casi la totalidad de este tiempo asentado en el centro de la presa principal, donde gigantescos tubos de succión que atraviesan la imponente presa de hormigón armado conducen el extraordinario caudal de agua del río Paraná que desciende en caída libre desde el mega embalse hasta los álabes de las turbinas, donde es controlada la furia de la naturaleza para proceder a girar la mole del conjunto acero y componentes electromecánicos llamado generador y producir millones de MW para transformarse en el desarrollo de dos pueblos, merecido o no, es una experiencia que la llevaré hasta mi último latido, o quizás incluso en la posteridad. Permítanme homenajear a los trabajadores, sin distinción de nacionalidades, que desafían a diario a esta terrible desgracia, en especial en la casa de máquinas, donde el mantenimiento de las mismas no es una opción.
Una vez más, el complejo Itaipu Binacional, es un aprovechamiento colosal, que requiere decisiones extraordinarias para estar a la altura de un sistema electromecánico de relojería de alta precisión, la entidad pide casi nada a cambio de tanta riqueza, no hay espacio para la improvisación, profecía ni delirio, no la defraudemos y les puedo asegurar que el ente nos corresponderá.
(*) Coordinador Ejecutivo UC.GP – Itaipú