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La consulta al respecto fue hecha debido a que si uno mira las imágenes satelitales más recientes del cauce del Pilcomayo en el área de la Embocadura y de los respectivos canales que nacen en ese lugar, se puede notar que el azul que marca el agua es mucho más ancha en el canal argentino, mientras que en el canal paraguayo el “hilo” de agua es mucho más reducido.
El ingeniero Francisco Griñó, de la firma Ingeniería de Topografía y Camino (T&C SA), contratista del MOPC para las obras de mejoramiento y mantenimiento del canal paraguayo, explicó que, en realidad, mirando así la imagen, se puede tener una conclusión no muy exacta, pues lo que no se ve ahí es que el canal paraguayo tiene una mayor profundidad, una base de 20 metros y una mejor pendiente, que hace que el caudal que entra a Paraguay ingrese con mayor velocidad y se transporte mejor al interior del Chaco, llegando a recorrer ya casi 400 kilómetros.
El profesional entiende que el agua ingresa de forma casi natural a Argentina, por lo que hoy no necesitan hacer los mismos trabajos de mantenimiento o mejoramiento de su cauce, como sí nos toca hacer a nosotros. Y como tienen menos profundidad, probablemente el agua se disperse más y se muestre más ancha en la imagen satelital, aunque de todos modos, ciertamente, siempre entra mucho más agua a Argentina.
El director de la Comisión Nacional, Ing. Artur Niedhammer, dio a entender que hay muy buenas relaciones con los responsables del tema Pilcomayo en Argentina, y también con los de Bolivia, y que gracias a eso y los trabajos de ingeniería se ha podido retrasar el retroceso del canal principal de este río, por más de 30 años ya. “Tenemos todavía 70 kilómetros de Pilcomayo compartido con Argentina (desde el Hito 1 de la frontera con Bolivia hasta la zona de la Embocadura)”, resaltó Niedhammer.
Coincidió con Griñó en que el reparto más equitativo de las aguas se está consiguiendo con un canal más eficiente, de mayor capacidad de transporte, aunque aclaró que el ingreso de un mayor caudal al que se ha logrado esta vez podría generar ya inundaciones mayores o perjudiciales en el Chaco paraguayo, pues aún se precisan más trabajo y más estudios para aprovechar mejor las aguas y regar mayor porción de territorio.
Según Griñó, en febrero pasado las aguas llegaron, durante el máximo caudal alcanzado, a una altura de 4 metros en el canal paraguayo, la mitad de su capacidad total. “Para entrar al canal paraguayo, las aguas del Pilcomayo deben llegar a la Embocadura a una altura de 70 centímetros, aunque este año ha entrado incluso con menos”. Señaló también, ante nuestra consulta, que técnicos argentinos siempre supervisan el comportamiento del Pilcomayo y también miran de cerca las tareas en el lado paraguayo.
El canal
El canal paraguayo tiene 50 kilómetros de extensión, 20 metros de base, 80 metros de coronamiento y 8 metros de profundidad, según datos oficiales.