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En 1890, invitado por el perito Moreno, se integró al recién fundado Museo de La Plata, para el cual documentó con pinturas una vasta extensión de territorio, desde el lago Buenos Aires (Santa Cruz) hasta el norte argentino. En 1892, como acompañante, designado por el mismo Moreno, del naturalista argentino Juan Ambrosetti, llegó a los saltos del río Iguazú (dice Ambrosetti: «Ante su magnificencia, nos detuvimos a admirar el espectáculo, sobrecogidos por un delicioso pavor»). Y Methfessel puso a funcionar sus pinceles a despecho de los insectos que lo atormentaban sin cesar; esos croquis se transformaron en dos enormes óleos que actualmente, restaurados, se exhiben en el Museo de La Plata: «Cataratas del Iguazú» y «Saltos del Iguazú».
Methfessel documentó también como pintor, in situ, la Guerra de la Triple Alianza. Dibujó varios de los lugares de combate, pintó acuarelas de episodios de la Guerra Grande e hizo planos y croquis de las batallas. Dejó, así, un conjunto de gran valor histórico, sobre todo por proceder de alguien que conocía directamente el terreno de los hechos.
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