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Los investigadores honestos y con sólidos fundamentos en las metodologías históricas y musicológicas seguramente lo harán. Pero no por ello queremos dejar de subrayar ciertos hechos muy groseros. En este sentido, comentamos que en la página 79 se publica una fotografía con miembros del plantel docente del Colegio Internacional y del Instituto paraguayo posando con Agustín Barrios. Entre los posantes esta Héctor Leocadio Barrios Ferreira (es esta toma la única que se conoce de él), hermano de Agustín. Se lo puede identificar también al colega en el arte de Barrios, Dionisio Basualdo, entre las distinguidas personas. Mas el que destaca su figura en la toma es el eminente intelectual español Viriato Díaz Pérez (en círculo rojo en la foto de los archivos de El Cabildo) posando a la mano izquierda de Agustín. Esta fotografía fue publicada acompañando uno de los 45 artículos de Carlos Bordas para el diario Patria, el 18 de febrero de 1956, en el número 21 de la serie, que le dedicó a su genial compatriota. El original de esta fotografía se conserva en los archivos de El Cabildo. Ahora, ¿qué es lo que hace que llamemos la atención sobre esta fotografía? ¿Qué tiene de excepcional? En la fotografía publicada en el libro-catálogo EL INALCANZABLE, de autoría del Sr. Salcedo, encontramos uno de los peores casos de manipulación de imágenes en la historia de Barrios Mangoré. En el original, se puede observar que las dos personas del costado derecho de la foto (en círculos azul y amarillo en la foto original de El Cabildo), aunque tenues figuras en la toma, aún conservan todos los rasgos que distinguen sus fisonomías.
FOTOGRAFÍA N.º 1 (ARCHIVO DE EL CABILDO)
Pero en la fotografía publicada en la página 79 salta la sorpresa de que esas dos figuras aparecen transfiguradas en una nueva pose. En síntesis, se manipuló la imagen del ilustre Viriato Díaz Pérez para clonarla en reemplazo de la figura del hombre de la extrema derecha (que puede observarse con raya a la derecha de su cabeza en el peinado).
Se pueden identificar perfectamente los rasgos que, aunque manipulados, pertenecen al insigne intelectual (frente ancha, el estilo del peinado, los anteojos, las orejas, los mentones, aunque le quitaron los bigotes), aunque transfigurados en otra silueta y con la raya del peinado en el medio, propia de Don Viriato Díaz Pérez, en contradicción a la raya del lado derecho de la persona que figura en la original fotografía como habíamos visto.
FOTOGRAFÍA N.º 2 (LIBRO EL INALCANZABLE)
Pareciera que el gran iniciado teósofo haya alcanzado las más altas cúspides de la elevación espiritual que hasta es capaz de desdoblar su humanidad física y encontrarse en dos lugares a la misma vez, desafiando todas las leyes de la física. En cuanto a la distinguida dama sentada en el extremo derecho de la foto (en círculo azul en ambas fotografías), luce en la trucada fotografía N.º 2 más avejentada y con expresión un poco tosca, en detrimento de la figura de una joven dama de expresión fresca e ingenua de la fotografía N.º 1 original. Se puede ver que el nuevo rostro montado corresponde a las señoras que se encuentran primero en el extremo izquierdo y a la que se la encuentra en el tercer lugar en la misma línea de las sentadas con gafas. De la primera extrajeron su fisonomía facial en general y le agregaron las gafas que lleva la tercera, convirtiendo en un chamburreado morphing el original fotográfico (fotografía N.º 1). Cuando uno se declara preservador del patrimonio histórico de una nación, en este caso la paraguaya, como lo hace en sus discursos el Sr. Salcedo en cuantas oportunidades le dan la prensa o la televisión, y desde esta postura señalarnos nuestra desidia en la poca conciencia de la preservación de la memoria colectiva que tenemos, es cuando le reprochamos con todas las fuerzas la acusación de manipulación y tergiversación en mayúsculas de nuestro acervo cultural; en este caso, una simple fotografía, pues en otros hechos es más osado y lleva a cabo atentados de la categoría de terrorista cultural. De esta manera, le respondemos con mayor energías con las que nos insulta declarándonos ignorantes, humillándonos en todos sus escritos. ¡ES UN VERGÜENZA SEMEJANTE ACCIÓN DE ATROPELLO AL ACERVO VISUAL DE LA NACIÓN!
Por otro lado, el señor Lorenzo Juan Carlos Joy, esposo de Zunilda Salomoni, hija menor de don Tomás Salomoni, había comentado en un artículo, aludiendo al libro EL INALCANZABLE, que: "el álbum nos cuenta, en la página 100, que el embajador paraguayo en México don Tomás Salomoni era de religión judía, y, posteriormente, en la página 103, se refiere a la familia judía que lo acompañaba. Ambas afirmaciones son falsas de toda falsedad. Don Tomás A. Salomoni era de ascendencia italiana, hijo de padres católicos, y su esposa, doña Luisa Lebrón, era andaluza y católica de origen, aunque posteriormente abrazó la Teosofía de la Doctrina Secreta de Madame Blavasky, basada en antiguas creencias religiosas hindúes. Tildar a don Tomás Salomoni y familia de judíos no implica ninguna afrenta, pero sí una falsa aseveración [ ] de allí a mencionar que era de religión judía o familia judía, como taxativamente lo especifica el señor Carlos Salcedo Centurión, es una información sin fundamento". En la fabulación que insufla la ensoñación del Sr. Carlos Salcedo leemos que "durante el tiempo que pasó en Berlín se abocó a otra misión, que consistía en ayudar a que los judíos perseguidos encuentren refugios seguros fuera de Alemania. Este ángulo paraguayo de la Lista de Schindler del clan Barrios-Salomoni aún requiere cierta exploración y una investigación mucho más profunda, en caso de que las especulaciones fuesen ciertas". Y como es habitual en el proceder del falsario Sr. Salcedo, él va a ser el investigador que va a certificar la historia con fondos del Estado paraguayo, no importa que de entrada la especulación naciese de un cerebro descontrolado. Recordemos que en ciencia se conjetura, pero de una forma en la que la imaginación hace sus vuelos en forma controlada, sobre datos y hechos reales, y no sobre ficciones esquizofrénicas.
También acota el Sr. Joy: "Confirmo que en 1934 el embajador Salomoni le obsequió la guitarra Morant de concierto, fabricada por José María Dura Argente, de Valencia, España. Es incorrecto lo expresado en el álbum, de que dicha guitarra pudo haber sido obsequiada por la reina María Eugenia, de España. Basta cotejar fechas para comprobar el aserto. Al recibir la guitarra Morant, en retribución, Mangoré obsequió a la embajadora Luisa su guitarra Sanfeliú, que se mantuvo en poder de la familia hasta su fallecimiento. Posteriormente, uno de los hijos, el ingeniero Tomás R. Salomoni, la donó para destinarla al Museo de Mangoré, en la persona de Serafín Francia Campos, en ese entonces director de Difusión Cultural de Educación". Como puede verse, el Sr. Salcedo es muy dado a la especulación desmedida, lejos de la cordura cauta. La historia esa que fue "la reina María Eugenia de España" la que le regaló la guitarra ya no debe ser contada, hay que expurgarla y no causar más confusión.
FOTOGRAFÍA N.º 1 (ARCHIVO DE EL CABILDO)
Pero en la fotografía publicada en la página 79 salta la sorpresa de que esas dos figuras aparecen transfiguradas en una nueva pose. En síntesis, se manipuló la imagen del ilustre Viriato Díaz Pérez para clonarla en reemplazo de la figura del hombre de la extrema derecha (que puede observarse con raya a la derecha de su cabeza en el peinado).
Se pueden identificar perfectamente los rasgos que, aunque manipulados, pertenecen al insigne intelectual (frente ancha, el estilo del peinado, los anteojos, las orejas, los mentones, aunque le quitaron los bigotes), aunque transfigurados en otra silueta y con la raya del peinado en el medio, propia de Don Viriato Díaz Pérez, en contradicción a la raya del lado derecho de la persona que figura en la original fotografía como habíamos visto.
FOTOGRAFÍA N.º 2 (LIBRO EL INALCANZABLE)
Pareciera que el gran iniciado teósofo haya alcanzado las más altas cúspides de la elevación espiritual que hasta es capaz de desdoblar su humanidad física y encontrarse en dos lugares a la misma vez, desafiando todas las leyes de la física. En cuanto a la distinguida dama sentada en el extremo derecho de la foto (en círculo azul en ambas fotografías), luce en la trucada fotografía N.º 2 más avejentada y con expresión un poco tosca, en detrimento de la figura de una joven dama de expresión fresca e ingenua de la fotografía N.º 1 original. Se puede ver que el nuevo rostro montado corresponde a las señoras que se encuentran primero en el extremo izquierdo y a la que se la encuentra en el tercer lugar en la misma línea de las sentadas con gafas. De la primera extrajeron su fisonomía facial en general y le agregaron las gafas que lleva la tercera, convirtiendo en un chamburreado morphing el original fotográfico (fotografía N.º 1). Cuando uno se declara preservador del patrimonio histórico de una nación, en este caso la paraguaya, como lo hace en sus discursos el Sr. Salcedo en cuantas oportunidades le dan la prensa o la televisión, y desde esta postura señalarnos nuestra desidia en la poca conciencia de la preservación de la memoria colectiva que tenemos, es cuando le reprochamos con todas las fuerzas la acusación de manipulación y tergiversación en mayúsculas de nuestro acervo cultural; en este caso, una simple fotografía, pues en otros hechos es más osado y lleva a cabo atentados de la categoría de terrorista cultural. De esta manera, le respondemos con mayor energías con las que nos insulta declarándonos ignorantes, humillándonos en todos sus escritos. ¡ES UN VERGÜENZA SEMEJANTE ACCIÓN DE ATROPELLO AL ACERVO VISUAL DE LA NACIÓN!
Por otro lado, el señor Lorenzo Juan Carlos Joy, esposo de Zunilda Salomoni, hija menor de don Tomás Salomoni, había comentado en un artículo, aludiendo al libro EL INALCANZABLE, que: "el álbum nos cuenta, en la página 100, que el embajador paraguayo en México don Tomás Salomoni era de religión judía, y, posteriormente, en la página 103, se refiere a la familia judía que lo acompañaba. Ambas afirmaciones son falsas de toda falsedad. Don Tomás A. Salomoni era de ascendencia italiana, hijo de padres católicos, y su esposa, doña Luisa Lebrón, era andaluza y católica de origen, aunque posteriormente abrazó la Teosofía de la Doctrina Secreta de Madame Blavasky, basada en antiguas creencias religiosas hindúes. Tildar a don Tomás Salomoni y familia de judíos no implica ninguna afrenta, pero sí una falsa aseveración [ ] de allí a mencionar que era de religión judía o familia judía, como taxativamente lo especifica el señor Carlos Salcedo Centurión, es una información sin fundamento". En la fabulación que insufla la ensoñación del Sr. Carlos Salcedo leemos que "durante el tiempo que pasó en Berlín se abocó a otra misión, que consistía en ayudar a que los judíos perseguidos encuentren refugios seguros fuera de Alemania. Este ángulo paraguayo de la Lista de Schindler del clan Barrios-Salomoni aún requiere cierta exploración y una investigación mucho más profunda, en caso de que las especulaciones fuesen ciertas". Y como es habitual en el proceder del falsario Sr. Salcedo, él va a ser el investigador que va a certificar la historia con fondos del Estado paraguayo, no importa que de entrada la especulación naciese de un cerebro descontrolado. Recordemos que en ciencia se conjetura, pero de una forma en la que la imaginación hace sus vuelos en forma controlada, sobre datos y hechos reales, y no sobre ficciones esquizofrénicas.
También acota el Sr. Joy: "Confirmo que en 1934 el embajador Salomoni le obsequió la guitarra Morant de concierto, fabricada por José María Dura Argente, de Valencia, España. Es incorrecto lo expresado en el álbum, de que dicha guitarra pudo haber sido obsequiada por la reina María Eugenia, de España. Basta cotejar fechas para comprobar el aserto. Al recibir la guitarra Morant, en retribución, Mangoré obsequió a la embajadora Luisa su guitarra Sanfeliú, que se mantuvo en poder de la familia hasta su fallecimiento. Posteriormente, uno de los hijos, el ingeniero Tomás R. Salomoni, la donó para destinarla al Museo de Mangoré, en la persona de Serafín Francia Campos, en ese entonces director de Difusión Cultural de Educación". Como puede verse, el Sr. Salcedo es muy dado a la especulación desmedida, lejos de la cordura cauta. La historia esa que fue "la reina María Eugenia de España" la que le regaló la guitarra ya no debe ser contada, hay que expurgarla y no causar más confusión.