Cargando...
En década de los años 80, en la que Josefina Plá ubica el "boom literario femenino paraguayo", las escritoras irrumpen en el ámbito literario en nuestro medio, superando cuantitativamente a los escritores y rompiendo un largo período de silencio en la producción literaria femenina en lo que se refiere a cuentística y novelística.
Si bien en décadas anteriores puede reconocerse a algunas pioneras que insinúan la liberación del personaje femenino de las imposiciones culturales, como tema que luego constituiría la constante en la producción de los '80 en adelante, aquellas pioneras no llegaron a consolidarse en grupo que definiese un corpus literario.
Con el protagonismo de narradoras en la citada década, y probablemente en correspondencia con este hecho, emerge en las obras literarias el personaje femenino como protagonista, abandonando su rol de abnegada compañera del héroe, que acataba y reforzaba valores tradicionales, estereotipo que la calificó en producciones de años anteriores.
¿Cómo fueron evolucionando los personajes femeninos?
Haciendo un recorrido por obras de nuestra narrativa, desde la novela Ignacia. La hija del suburbio (1907), de José Rodríguez Alcalá, considerada la primera novela escrita en Paraguay, hasta obras publicadas en los últimos años de los '80, tanto de autoras como de autores, puede detectarse la construcción social de la identidad del personaje femenino, como también la evolución que lo lleva al protagonismo.
Para un seguimiento a la ruptura de un estereotipo temático, he analizado obras en las que se evidencia la construcción y evolución de la identidad de un personaje de ficción -sin que esta selección signifique una clasificación definitiva-.
Las obras, además de la nombrada Ignacia son: Tava´i (1941) de Concepción Leyes de Cháves; Follaje en los ojos (1952), de José María Rivarola Matto; el cuento "Maína" (1948), de Josefina Plá; el relato "Misión", de Hijo de hombre (1960), de Augusto Roa Bastos; La llaga (1964), novela de Gabriel Casaccia, Los hombres de Celina (1981), novela de Mario Halley Mora, Golpe de luz (1983), novela de Neida de Mendonça; el cuento "La colección de relojes" (1986), de Renée Ferrer; El invierno de Gunter (1987), novela de Juan Manuel Marcos y La vera historia de Purificación (1989), novela de Raquel Saguier.
He identificado en las obras tres etapas que definen el comportamiento y evolución de la identidad del personaje femenino. A la primera denomino "etapa del rol marginal", en la cual el personaje acepta los valores y las prácticas tradicionales; a la segunda: "etapa de inclusión subordinada", en la cual el personaje femenino es consciente de su postergación aunque no la cuestiona, y la tercera: "etapa de protagonismo y búsqueda de nueva identidad", en la que el personaje se rebela contra las pautas impuestas, en franca voluntad de acceder al autodescubrimiento.
Esta división coincide en parte con la que Elaine Showalter -una de las actuales críticas literarias más importante de América- ha propuesto en su estudio de la novela inglesa del Siglo XIX, escrita por mujeres (1). A estas etapas las denomina "etapa femenina", en la que las escritoras se adaptan a la tradición y acepta el rol de la mujer; "etapa feminista", en la que la escritora se declara en rebeldía y cuestionamiento, y "etapa de mujer" en la que se concreta el autodescubrimiento de la escritora. Si bien el estudio de Elaine Showalter se centra en la figura de la mujer como escritora, parece válida la transpolación del análisis de un proceso histórico a un hecho literario.
Las obras que incluyo en la etapa del "rol marginal", son: Ignacia, Tava´i y Follaje en los ojos. En la etapa de "inclusión subordinada", ubico los cuentos "Maína" y "Misión", y las novelas La llaga y Los hombres de Celina. En la tercera etapa de "protagonismo y búsqueda de nueva identidad", incluyo a la novela Golpe de luz, el cuento "La colección de relojes", las novelas El invierno de Gunter y La vera historia de Purificación.
Maternidad: pluralidad de situaciones.
La maternidad -realizada o frustradaaparece como única realización del personaje femenino en obras que corresponden a las dos primeras etapas. En la trama narrativa, este tema se plantea como situación inicial de los relatos, mediante algún acontecimiento centrado en las figuras madre/hijo, ya sea como carencia, nacimiento, muerte o relación conflictiva, constituyendo el desencadenante de las acciones. Tanto en Ignacia, "Maina" y Follaje en los ojos, se enfatiza la dualidad madre/hijo, que en Tava´i no aparece, en tanto que en La llaga se presenta la variante madre/hijo/amante.
En las obras citadas, los conceptos de mujer/novia, mujer/compañera/madre, remiten a una interpretación cultural que enfrenta la imagen de mujer tradicional a la imagen de mujer actual, y que atribuye a la primera, las características de sumisión y pasividad, ubicándola a la vez, en posición de marginamiento y exclusión.
En obras que corresponden a la etapa de "protagonismo y búsqueda de nueva identidad", el sujeto femenino reconoce la imposición de roles tradicionales de género, tomando conciencia de la postergación de sus vidas en función al compañero y los hijos, hecho que constituye una ruptura con las etapas anteriores.
La dualidad citada anteriormente se transforma en: mujer/pareja masculina, en la que el personaje -redimensionando los roles impuestos y sin minimizar el de madre- reivindica sus derechos propios, como ocurre en Golpe de luz. En "La colección de relojes" y La vera historia de Purificación, las protagonistas van más adelante en sus demandas, llegando a la elección de relaciones extramatrimoniales; en "Misión", al compromiso con la lucha social y en El invierno de Gunter al reconocimiento y asunción de la homosexualidad.
¿Nueva mujer?
Los estereotipos de novia, esposa y madre, que cubren semánticamente el concepto mujer en las primeras obras narrativas, sufren una ruptura en la década de los años 60, con el alejamiento de los personajes de esos cánones fijos. La maternidad -que constituye el componente más fuerte de la identidad del personaje femenino- los lleva a conflictos y frustraciones en La llaga y Los hombres de Celina.
El límite al que llega el personaje está dado por la ruptura de pautas impuestas, por el enfrentamiento a los tabúes, sobre todo sexuales, en el proceso de búsqueda de una nueva identidad. De un personaje sin voz propia hasta la mitad de la novela, como es el caso de la protagonista de Tava´i, se llega a la protagonista de La vera historia de Purificación, capaz de tomar decisiones propias y cuestionar el orden establecido. El proceso de evolución del personaje incluye la trasgresión de las pautas fijadas por la sociedad, reivindicación de derechos e identidad en crisis, incuestionables en la producción de décadas anteriores a la del ´80. Las obras reflejan la transición hacia una nueva forma de pensar al personaje femenino, con predominancia de los conflictos de género antes que de los de clase. Se pone en tela de juicio la relación de pareja establecida y se llega a desmitificarla como ambición de vida del personaje.
Dentro del avance que supone esta redefinición, se está produciendo, aunque lentamente, la trascendencia del plano familiar al plano social, si bien no llega aún a concretarse la construcción de una nueva identidad a través de un personaje literario.
María del Carmen Pompa Quiroz
1) Elaine Showalter, A Literatura of their Own, British Women Novelists from Bronte to Lessing. Princenton University Press, Princenton, 1977, citada por Biruté Ciplijauskaité, La novela femenina contemporánea (1970-1985). Hacia una tipología de la narración en primera persona. Bogotá, Anthropos, 1994, p. 15.
Si bien en décadas anteriores puede reconocerse a algunas pioneras que insinúan la liberación del personaje femenino de las imposiciones culturales, como tema que luego constituiría la constante en la producción de los '80 en adelante, aquellas pioneras no llegaron a consolidarse en grupo que definiese un corpus literario.
Con el protagonismo de narradoras en la citada década, y probablemente en correspondencia con este hecho, emerge en las obras literarias el personaje femenino como protagonista, abandonando su rol de abnegada compañera del héroe, que acataba y reforzaba valores tradicionales, estereotipo que la calificó en producciones de años anteriores.
¿Cómo fueron evolucionando los personajes femeninos?
Haciendo un recorrido por obras de nuestra narrativa, desde la novela Ignacia. La hija del suburbio (1907), de José Rodríguez Alcalá, considerada la primera novela escrita en Paraguay, hasta obras publicadas en los últimos años de los '80, tanto de autoras como de autores, puede detectarse la construcción social de la identidad del personaje femenino, como también la evolución que lo lleva al protagonismo.
Para un seguimiento a la ruptura de un estereotipo temático, he analizado obras en las que se evidencia la construcción y evolución de la identidad de un personaje de ficción -sin que esta selección signifique una clasificación definitiva-.
Las obras, además de la nombrada Ignacia son: Tava´i (1941) de Concepción Leyes de Cháves; Follaje en los ojos (1952), de José María Rivarola Matto; el cuento "Maína" (1948), de Josefina Plá; el relato "Misión", de Hijo de hombre (1960), de Augusto Roa Bastos; La llaga (1964), novela de Gabriel Casaccia, Los hombres de Celina (1981), novela de Mario Halley Mora, Golpe de luz (1983), novela de Neida de Mendonça; el cuento "La colección de relojes" (1986), de Renée Ferrer; El invierno de Gunter (1987), novela de Juan Manuel Marcos y La vera historia de Purificación (1989), novela de Raquel Saguier.
He identificado en las obras tres etapas que definen el comportamiento y evolución de la identidad del personaje femenino. A la primera denomino "etapa del rol marginal", en la cual el personaje acepta los valores y las prácticas tradicionales; a la segunda: "etapa de inclusión subordinada", en la cual el personaje femenino es consciente de su postergación aunque no la cuestiona, y la tercera: "etapa de protagonismo y búsqueda de nueva identidad", en la que el personaje se rebela contra las pautas impuestas, en franca voluntad de acceder al autodescubrimiento.
Esta división coincide en parte con la que Elaine Showalter -una de las actuales críticas literarias más importante de América- ha propuesto en su estudio de la novela inglesa del Siglo XIX, escrita por mujeres (1). A estas etapas las denomina "etapa femenina", en la que las escritoras se adaptan a la tradición y acepta el rol de la mujer; "etapa feminista", en la que la escritora se declara en rebeldía y cuestionamiento, y "etapa de mujer" en la que se concreta el autodescubrimiento de la escritora. Si bien el estudio de Elaine Showalter se centra en la figura de la mujer como escritora, parece válida la transpolación del análisis de un proceso histórico a un hecho literario.
Las obras que incluyo en la etapa del "rol marginal", son: Ignacia, Tava´i y Follaje en los ojos. En la etapa de "inclusión subordinada", ubico los cuentos "Maína" y "Misión", y las novelas La llaga y Los hombres de Celina. En la tercera etapa de "protagonismo y búsqueda de nueva identidad", incluyo a la novela Golpe de luz, el cuento "La colección de relojes", las novelas El invierno de Gunter y La vera historia de Purificación.
Maternidad: pluralidad de situaciones.
La maternidad -realizada o frustradaaparece como única realización del personaje femenino en obras que corresponden a las dos primeras etapas. En la trama narrativa, este tema se plantea como situación inicial de los relatos, mediante algún acontecimiento centrado en las figuras madre/hijo, ya sea como carencia, nacimiento, muerte o relación conflictiva, constituyendo el desencadenante de las acciones. Tanto en Ignacia, "Maina" y Follaje en los ojos, se enfatiza la dualidad madre/hijo, que en Tava´i no aparece, en tanto que en La llaga se presenta la variante madre/hijo/amante.
En las obras citadas, los conceptos de mujer/novia, mujer/compañera/madre, remiten a una interpretación cultural que enfrenta la imagen de mujer tradicional a la imagen de mujer actual, y que atribuye a la primera, las características de sumisión y pasividad, ubicándola a la vez, en posición de marginamiento y exclusión.
En obras que corresponden a la etapa de "protagonismo y búsqueda de nueva identidad", el sujeto femenino reconoce la imposición de roles tradicionales de género, tomando conciencia de la postergación de sus vidas en función al compañero y los hijos, hecho que constituye una ruptura con las etapas anteriores.
La dualidad citada anteriormente se transforma en: mujer/pareja masculina, en la que el personaje -redimensionando los roles impuestos y sin minimizar el de madre- reivindica sus derechos propios, como ocurre en Golpe de luz. En "La colección de relojes" y La vera historia de Purificación, las protagonistas van más adelante en sus demandas, llegando a la elección de relaciones extramatrimoniales; en "Misión", al compromiso con la lucha social y en El invierno de Gunter al reconocimiento y asunción de la homosexualidad.
¿Nueva mujer?
Los estereotipos de novia, esposa y madre, que cubren semánticamente el concepto mujer en las primeras obras narrativas, sufren una ruptura en la década de los años 60, con el alejamiento de los personajes de esos cánones fijos. La maternidad -que constituye el componente más fuerte de la identidad del personaje femenino- los lleva a conflictos y frustraciones en La llaga y Los hombres de Celina.
El límite al que llega el personaje está dado por la ruptura de pautas impuestas, por el enfrentamiento a los tabúes, sobre todo sexuales, en el proceso de búsqueda de una nueva identidad. De un personaje sin voz propia hasta la mitad de la novela, como es el caso de la protagonista de Tava´i, se llega a la protagonista de La vera historia de Purificación, capaz de tomar decisiones propias y cuestionar el orden establecido. El proceso de evolución del personaje incluye la trasgresión de las pautas fijadas por la sociedad, reivindicación de derechos e identidad en crisis, incuestionables en la producción de décadas anteriores a la del ´80. Las obras reflejan la transición hacia una nueva forma de pensar al personaje femenino, con predominancia de los conflictos de género antes que de los de clase. Se pone en tela de juicio la relación de pareja establecida y se llega a desmitificarla como ambición de vida del personaje.
Dentro del avance que supone esta redefinición, se está produciendo, aunque lentamente, la trascendencia del plano familiar al plano social, si bien no llega aún a concretarse la construcción de una nueva identidad a través de un personaje literario.
María del Carmen Pompa Quiroz
1) Elaine Showalter, A Literatura of their Own, British Women Novelists from Bronte to Lessing. Princenton University Press, Princenton, 1977, citada por Biruté Ciplijauskaité, La novela femenina contemporánea (1970-1985). Hacia una tipología de la narración en primera persona. Bogotá, Anthropos, 1994, p. 15.