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La actualización anunciada profundiza en notas, datos y entrevistas relevantes a personajes reconocidos del mundo de las letras. Esta revisión del fruto cultural del país, certifica el caudal de la producción creativa de varias generaciones de escritores. La visión del investigador presta a la sociedad un servicio de reconocimiento a una obra global que se continúa a través del pensamiento, que cobra fuerza y avanza a la par de otras culturas del entorno, a pesar de los obstáculos políticos, económicos y sociales. Avanza editando y promoviendo, respaldando a los escritores que comprenden la importancia de sobreponerse a los sistemas cerrados, a las puertas bloqueadas, creando otros accesos de salida. Entre ellos, empresas culturales como el Fondec aparecen marcando un mecenazgo sobresaliente y ejemplar a estos fines.
La utilidad que implica este trabajo madurado de Victorio Suárez no sólo estriba en mostrar el panorama de las producciones, sino también, en poder evaluarlas. Los primeros capítulos nos dan el panorama histórico-social en que se encontraba el Paraguay desde el periodo de la Independencia y las subsiguientes etapas cronológicas como las guerras, la influencia del liberalismo europeo, el intento de reconstrucción del país, la formación de los partidos políticos tradicionales, los periodos constitucionales.
También encontramos la influencia de movimientos literarios en la cosmovisión de los escritores como el modernismo, vanguardismo, posvanguardismo, además de la consolidación de las generaciones literarias hasta nuestros días.
Es interesante notar como la literatura -cuando lo necesita- , se erige portavoz de un mensaje que no es el oficial y se vuelve baluarte de los no escuchados, fundamentando un testimonio, fiel espejo de la realidad, cuando la realidad es ignorada. Y cuando la realidad se somatiza encerrándose en sí misma, busca la forma de inventar nuevos caminos a través de la ficción. Este cambio, según la necesidad literaria de un contexto histórico, se puede constatar en los temas y los estilos que se prefieren en cada época.
Podemos encontrar la información de todo el avatar de sus autores mediante la historiografía de sus publicaciones, galardones, simposios, talleres literarios que iluminaron, inclusive, épocas oscuras. En cuanto a las entrevistas, cabe resaltar la coincidencia de la opinión crítica sobre los puntos débiles de la sociedad actual, sus falencias, el imperio de una doble moral en las acciones, y de una falta de política cultural a nivel nacional -no sólo capital-, de los estamentos más altos del poder.
Aunque en estos momentos hay ciertos vientos de cambio con respecto a una serie de proyectos culturales que se piensa llevar a cabo desde políticas culturales, pero todavía está en etapa de planificación. Desde el interior del país tenemos el grato ejemplo de Coronel Oviedo que lleva su 3ª. Feria Internacional del libro: Caaguazú Lee, promoviendo una variedad de eventos culturales, llamando la atención de la capital central, por su organización y trascendencia.
La importancia de dar a luz semejantes proyectos es tratada por algunos entrevistados. Proceso de la literatura paraguaya es una obra digna de ser leída con atención. Cotejando el interés por los temas tratados en las obras según la época, es interesante notar como con el devenir de los tiempos los escritores se desprenden del fuerte imán de la temática de la dictadura Stronista y logran incursionar en temas y discursos nuevos que enriquecen el campo de las letras y permiten su avance.
También inspira confianza en este trabajo la perspectiva abierta de Victorio Suárez con sus entrevistados donde lo relevante es el trabajo intelectual, ya sea literario o social a la hora de concretar las notas. Su criterio se basa en mostrar el aporte de los escritores sin interferir en las posturas personales. Esta acertada apertura a los diferentes puntos de vista da un carácter objetivo a la investigación, es algo que también se viene dando dentro de la revista Arte y Cultura que él mismo escribe y dirige.
Al respecto expresa en el prólogo, el doctor en Letras, José Vicente Peiró, que "el Paraguay está necesitado de críticos competentes que actúen como mediadores entre las inquietudes de los lectores y las necesidades de los lectores". Suárez señala que la literatura está saliendo de un aletargamiento provocado por la dictadura Stronista. Esto es comprensible. Pero las nuevas generaciones que no conocieron esa época oscura, y crecen y maduran a la luz de la libertad de la palabra, no tendrían por qué estar aletargadas.
Lo que se puede evidenciar es que hay un desfase cultural respecto a los planteamientos de estudio en los que no se contempla, por ejemplo, la crítica literaria como asignatura. Tampoco hay muchos espacios ofrecidos para el debate, abiertos al público -el Centro Cultural Municipal Manzana de la Rivera, a través de Jacobo Rauskin, es uno de los pocos que repara en el tema-. De esta manera no se fomenta el campo para los críticos competentes, como bien decía Peiró. De esta manera no hay mediadores entre las inquietudes de los lectores y las necesidades de los lectores pero, ¿contamos con una sociedad de lectores inquietos que tengan necesidades?... La dinámica surge como un ecosistema de la comunicación. Algunos participantes del ciclo de intercambio no se interrelacionan. El engranaje de la comunicación tiene bloqueos. Existen grupos de lectores, islas, pero no una sociedad paraguaya lectora, ¿y lectora de qué? Porque algunas personas podrían criticar a la crítica y decir: "¡Se equivocan! Yo leo todos los días el suplemento deportivo, las noticias de encuentros sociales y el horóscopo; a veces, hasta el obituario".
Cuando hablamos de un público lector, ¿a quiénes nos referimos? Hay que clarificar. Estamos apuntando a las corrientes humanistas. Esto también lo señaló Peiró, alegando que se dejan de lado por otros estudios y carreras más redituables. Pero ¿quiénes hacen que estas carreras humanistas no sean redituables? ¿Existe algún propósito oscuro detrás? Todas estas inquisiciones aparecen comentadas en las entrevistas, las cuales son muy jugosas como trabajo de investigación y también como curiosidad.
Muchos de los protagonistas tienen diversas teorías al respecto. Y aunque algunas divergen de forma, todas completan de fondo, ráfagas de ese pensamiento humanista que persiste en hallar un espacio. Podemos tomar la obra de Suárez no solamente como guía, sino también para analizar y descubrir intensos retratos sociológicos, sicológicos, filosóficos, periodísticos, lingüísticos y demás. Después de haber leído todas las entrevistas, posteriores a las reseñas bibliográficas, la sensación que queda, es de optimismo. Si bien se denuncian situaciones negativas como el doble juicio de valores, la corrupción, la enfermedad de no poder quitarse el ostracismo político de encima, la deficiencia de la educación, la falta de apoyo de políticas de Estado, etc., hay una voz colectiva que se levanta en medio de todo, y junta, da una alentadora sensación de fuerza moral, solidaria para con sus semejantes.
Si miramos un poco de lejos la situación y engarzamos todas las opiniones y puntos de vista que encontramos en Proceso de la literatura paraguaya podemos asombrosamente sentir esa tensión viva del pensamiento colectivo, de raíz paraguaya, pero de vehemente ramificación universal. Las opiniones, partes de un rompecabezas existencial, cobran una misma identidad. Todas sufren por lo mismo, todas se sacuden el mismo polvo, todas buscan la misma luz. La obra es una guía, dice humildemente el autor, pero es más que eso. Es una radiografía del pensamiento paraguayo, una compilación de voces del pasado y de la actualidad, encadenadas. Es la esencia del pensamiento que nace cuando hombres y mujeres se comprometen y se juegan, expresándose como más les gusta, a favor del crecimiento de los otros. Aunque a veces esos otros no lo sepan.
La utilidad que implica este trabajo madurado de Victorio Suárez no sólo estriba en mostrar el panorama de las producciones, sino también, en poder evaluarlas. Los primeros capítulos nos dan el panorama histórico-social en que se encontraba el Paraguay desde el periodo de la Independencia y las subsiguientes etapas cronológicas como las guerras, la influencia del liberalismo europeo, el intento de reconstrucción del país, la formación de los partidos políticos tradicionales, los periodos constitucionales.
También encontramos la influencia de movimientos literarios en la cosmovisión de los escritores como el modernismo, vanguardismo, posvanguardismo, además de la consolidación de las generaciones literarias hasta nuestros días.
Es interesante notar como la literatura -cuando lo necesita- , se erige portavoz de un mensaje que no es el oficial y se vuelve baluarte de los no escuchados, fundamentando un testimonio, fiel espejo de la realidad, cuando la realidad es ignorada. Y cuando la realidad se somatiza encerrándose en sí misma, busca la forma de inventar nuevos caminos a través de la ficción. Este cambio, según la necesidad literaria de un contexto histórico, se puede constatar en los temas y los estilos que se prefieren en cada época.
Podemos encontrar la información de todo el avatar de sus autores mediante la historiografía de sus publicaciones, galardones, simposios, talleres literarios que iluminaron, inclusive, épocas oscuras. En cuanto a las entrevistas, cabe resaltar la coincidencia de la opinión crítica sobre los puntos débiles de la sociedad actual, sus falencias, el imperio de una doble moral en las acciones, y de una falta de política cultural a nivel nacional -no sólo capital-, de los estamentos más altos del poder.
Aunque en estos momentos hay ciertos vientos de cambio con respecto a una serie de proyectos culturales que se piensa llevar a cabo desde políticas culturales, pero todavía está en etapa de planificación. Desde el interior del país tenemos el grato ejemplo de Coronel Oviedo que lleva su 3ª. Feria Internacional del libro: Caaguazú Lee, promoviendo una variedad de eventos culturales, llamando la atención de la capital central, por su organización y trascendencia.
La importancia de dar a luz semejantes proyectos es tratada por algunos entrevistados. Proceso de la literatura paraguaya es una obra digna de ser leída con atención. Cotejando el interés por los temas tratados en las obras según la época, es interesante notar como con el devenir de los tiempos los escritores se desprenden del fuerte imán de la temática de la dictadura Stronista y logran incursionar en temas y discursos nuevos que enriquecen el campo de las letras y permiten su avance.
También inspira confianza en este trabajo la perspectiva abierta de Victorio Suárez con sus entrevistados donde lo relevante es el trabajo intelectual, ya sea literario o social a la hora de concretar las notas. Su criterio se basa en mostrar el aporte de los escritores sin interferir en las posturas personales. Esta acertada apertura a los diferentes puntos de vista da un carácter objetivo a la investigación, es algo que también se viene dando dentro de la revista Arte y Cultura que él mismo escribe y dirige.
Al respecto expresa en el prólogo, el doctor en Letras, José Vicente Peiró, que "el Paraguay está necesitado de críticos competentes que actúen como mediadores entre las inquietudes de los lectores y las necesidades de los lectores". Suárez señala que la literatura está saliendo de un aletargamiento provocado por la dictadura Stronista. Esto es comprensible. Pero las nuevas generaciones que no conocieron esa época oscura, y crecen y maduran a la luz de la libertad de la palabra, no tendrían por qué estar aletargadas.
Lo que se puede evidenciar es que hay un desfase cultural respecto a los planteamientos de estudio en los que no se contempla, por ejemplo, la crítica literaria como asignatura. Tampoco hay muchos espacios ofrecidos para el debate, abiertos al público -el Centro Cultural Municipal Manzana de la Rivera, a través de Jacobo Rauskin, es uno de los pocos que repara en el tema-. De esta manera no se fomenta el campo para los críticos competentes, como bien decía Peiró. De esta manera no hay mediadores entre las inquietudes de los lectores y las necesidades de los lectores pero, ¿contamos con una sociedad de lectores inquietos que tengan necesidades?... La dinámica surge como un ecosistema de la comunicación. Algunos participantes del ciclo de intercambio no se interrelacionan. El engranaje de la comunicación tiene bloqueos. Existen grupos de lectores, islas, pero no una sociedad paraguaya lectora, ¿y lectora de qué? Porque algunas personas podrían criticar a la crítica y decir: "¡Se equivocan! Yo leo todos los días el suplemento deportivo, las noticias de encuentros sociales y el horóscopo; a veces, hasta el obituario".
Cuando hablamos de un público lector, ¿a quiénes nos referimos? Hay que clarificar. Estamos apuntando a las corrientes humanistas. Esto también lo señaló Peiró, alegando que se dejan de lado por otros estudios y carreras más redituables. Pero ¿quiénes hacen que estas carreras humanistas no sean redituables? ¿Existe algún propósito oscuro detrás? Todas estas inquisiciones aparecen comentadas en las entrevistas, las cuales son muy jugosas como trabajo de investigación y también como curiosidad.
Muchos de los protagonistas tienen diversas teorías al respecto. Y aunque algunas divergen de forma, todas completan de fondo, ráfagas de ese pensamiento humanista que persiste en hallar un espacio. Podemos tomar la obra de Suárez no solamente como guía, sino también para analizar y descubrir intensos retratos sociológicos, sicológicos, filosóficos, periodísticos, lingüísticos y demás. Después de haber leído todas las entrevistas, posteriores a las reseñas bibliográficas, la sensación que queda, es de optimismo. Si bien se denuncian situaciones negativas como el doble juicio de valores, la corrupción, la enfermedad de no poder quitarse el ostracismo político de encima, la deficiencia de la educación, la falta de apoyo de políticas de Estado, etc., hay una voz colectiva que se levanta en medio de todo, y junta, da una alentadora sensación de fuerza moral, solidaria para con sus semejantes.
Si miramos un poco de lejos la situación y engarzamos todas las opiniones y puntos de vista que encontramos en Proceso de la literatura paraguaya podemos asombrosamente sentir esa tensión viva del pensamiento colectivo, de raíz paraguaya, pero de vehemente ramificación universal. Las opiniones, partes de un rompecabezas existencial, cobran una misma identidad. Todas sufren por lo mismo, todas se sacuden el mismo polvo, todas buscan la misma luz. La obra es una guía, dice humildemente el autor, pero es más que eso. Es una radiografía del pensamiento paraguayo, una compilación de voces del pasado y de la actualidad, encadenadas. Es la esencia del pensamiento que nace cuando hombres y mujeres se comprometen y se juegan, expresándose como más les gusta, a favor del crecimiento de los otros. Aunque a veces esos otros no lo sepan.