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Se sabe que la poesía alcanza altos niveles en las obras femeninas, espaciadamente. Josefina escribe desde niña, y el verso le sale bello. Su voz resume lo mejor de la poesía paraguaya
LOS DONES
Son demasiados los dones con que la fortuna ha favorecido a Josefina Plá: ceramista, crítica, periodista, ensayista, narradora, dramaturga, y, fundamentalmente, poetisa como pocas.
Es la muerte el barrote simbólico que la separa del mundo de los vivos. Observa con cierta despreocupación el espectáculo de la vida cubierto de plumajes y de cuentas de vidrio; para ella sólo tiene real significado la hora fatal; el tiempo en que cesa el fuego en el pabilo; el minuto en que la palabra se convierte, definitivamente, en silencio.
Demás está decir que su capacidad inventiva es torrencial. Todas las llaves del ingenio las tiene en su poder; ella conoce el recurso para salir airosa de cada versificación.
Por esa razón, leer sus poemas se convierte en un pasaje de la sorpresa al placer.
DEMASIADO TARDE
El amor ocupa un gran espacio en su poesía. Pero no el que celebra el deseo y la voluptuosidad, sino el que llega demasiado tarde, nunca a tiempo.
No la arrastra la corriente del amor que se llevó a Delmira Agustini, Juana de Ibarbourou o Alfonsina Storni. Ella, como la Nóbel chilena Gabriela Mistral, habla sobre el amor por la posibilidad que tiene de expresarse sobre el mismo, solamente. Páramo, terreno donde no prende una hierba es, pareciera, el corazón de Josefina.
Hoy día la poesía se halla oscurecida por las luces modernas de las nuevas generaciones. Por talento propio, y por una determinada serie de esfuerzos que acompañan a la producción literaria, la poetisa ha logrado acumular un gran volumen de poemas. Y muy buenos.
Su primer título: El precio de los sueños, nos muestra cómo la poesía roza la música por una prosodia cuyas raíces se hunden profundamente en el alma humana. Luego vienen otras obras. Y siempre la misma fidelidad a la excelencia.
Josefina Plá ha sabido observarse a sí misma. Tiene la memoria de todas sus impresiones. Sabe que su destino es la poesía. Es que la poetisa se nutre de la palabra poética, que es, finalmente, nutrirse de sí misma y de su propia ilusión. Ella y la poesía son la misma cosa. Las dos caras de una sola moneda.
MI GATA BLANCA
Mi gata blanca que velar mi viste
- ojos verdes de duda - tantos años
tratando de trocar la tinta en luces
presencia a un tiempo familiar y huraña.
Mi gata blanca que sufrir me viste
- ojos verdes de espera - tantas noches
ofreciendo a mi mano lastimada
los aserrines de tu ronroneo
Mi gata blanca que dudar me viste
- ojos verdes de acecho - cada instante
Moriste silenciosa en mi regazo
...Cerré tus ojos con que así me viste
al nada ver que mirarán los míos
duda espera y acecho ya cerrados
1980
EL DOBLE
A CARLOS COLOMBINO
... Tú que esculpías el revés de mi alma
en ciegos jeroglíficos
Tú que sabes mejor que yo el ancho y alto
de mi recuerdo y de mi olvido
y que tienes la exacta medida del soborno
a mis noches y días
Tú que eres
mi Máscara de Hierro
y mi huraño Estilita
erguido en lo más alto de mis solares zócalos
Tú dormirás también
cuando sería preciso
el gran grito que llene ese silencio
que ha de sobrevenir borrando
como llovida lluvia cuanto decir no pude?...
Cuando clamar debieras
cuánta fue mi pureza desdeñada
mi amor desconocido
mi compasión inerte
mi ensoñación suicida
o cuánta la maldad que cada día
visitaba en sus ocultos sótanos llevándole un mendrugo
sin resolverme nunca a limarle los grillos.
Tú mi ángel y mi tigre
mi perro y mi serpiente
yo te lo ruego yo te lo suplico
muy más allá de mis rodillas deshojadas
y mi frente en coloquio con el polvo
yo te lo ruego Grita
gripa por mí mi verdad última
Mi verdad verdadera
la que no me resigno a muera conmigo
Lo que fui más allá de lo que quise
Lo que dejé de ser por cuanto he sido
24-IX-81
Breve reseña biográfica
Publicó más de cincuenta títulos: El precio de los sueños (1934), La raíz y la aurora (1960), Los rostros sobre el agua (1963), Invención de la muerte (1965), El polvo enamorado (1968), Luz negra (1975), Tiempo y tiniebla (1982), Cambiar sueños por sombras (1984), Los treinta mil ausentes (1985), La nave del olvido(1985), La llama y la arena (1987).