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«Mi patria es esto
y todo
y más
o lo que sea,
menos esa aguja oxidada
que en cada fecha patria
exigen los patriotas
patrioteros
que nos clavemos en el pecho»
Eulo García
En una visita al Museo Militar del Ministerio de Defensa Nacional, en coincidencia con la reciente fecha conmemorativa de la Batalla de Boquerón, conversamos con don Esquivel en la sala que rinde homenaje al mariscal Félix Estigarribia. Él señaló la importancia de la contienda: «Ellos quisieron avanzar por este terreno con ayuda del alemán Hans Kundt, que venía de participar en la Primera Guerra Mundial, pero le frenamos acá, le frenó la falta de agua». En el museo se pueden encontrar datos interesantes sobre temas como la presencia rusa durante dicha contienda, además de uniformes y armas de altos mandos.
Ante la fachada del Ministerio, una obra del artista paraguayo Gustavo Beckelmann (1), proclamada por ley en el 2003 «monumento a la defensa nacional» lleva la inscripción: «Serán allá nuestros pechos las murallas», frase del Himno a la Raza, de Marcelino Noutz. La pieza está representada con torsos desnudos alejados de la obsesión, podríamos decir, por un tipo de belleza típico del siglo XX. O del canon neoclasicista, utilizado con renuencia por el poder político. Si bien esta obra emergió en las mismas condiciones, no representaría el canon didáctico de la perfección, sino los cuerpos humanos sin velos artificiosos.
Es piel hecha del mismo metal con el que fueron acuñados los 7850 nombres (2) de quienes participaron de la contienda, piel que parece enfrentarnos al paso del tiempo, que siente aún más que el río de transeúntes que la percibe e ignora. Nos interpela, sobre todo, a cuestionar nuestro compromiso con este fragmento de tierra que habitamos y con el espacio ganado a costa de tantas muertes, exaltado en canciones patrióticas, pero en la vida real naturalmente deteriorado (3). Basta fijarnos en los índices de deforestación que mencionan 642 hectáreas por día (4) o hacer el ejercicio de cerrar los ojos e imaginar el invierno que no tuvimos; la piel, ahora nuestra, puede servirnos de testigo.
Notas
(1) Gustavo Beckelmann nació en 1963, es miembro del grupo V-9 y desde 1985 participa de muestras colectivas en Paraguay y otros países (Lisandro Cardozo: Diccionario de las Artes Visuales de Paraguay, Asunción, Fondec, 2005).
(2) Oscar López Deggeller: «El bronce de las balas que grabó los nombres del Chaco», en Abc Color, 10 de junio del 2011.
(3) How European & US BBQs are fuelled by a hidden deforestation crisis in South America. Disponible en https://medium.com/@Earthsight/choice-cuts-e7d736067915.
(4) Informe deforestación Guyrá Paraguay. Disponible en http://guyra.org.py/informe-deforestacion/.