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El libro viene prologado por la doctora Nuria Gregori Taboada, directora del Instituto de Literatura y Lingüística y el doctor José a Portuondo Valdor, académico de número de la Academia de la Lengua y Correspondiente de la Española y de la Norteamericana.
Ellos señalan, en un párrafo de dicho prólogo, que No es un secreto para nadie que, aunque los aborígenes de Cuba, al igual que los de Puerto Rico y La Española (hoy República Dominicana y Haití), desaparecieron prácticamente en los primeros años de la Conquista debido a los malos tratos, enfermedades y mestizaje; la toponimia cubana, al igual que la caribeña, está llena de voces del arahuaco insular, lengua que se hablaba en estos territorios: Cuba, Habana, Guanabacoa, Bayamo, Mayarí, son sólo unos cuantos ejemplos de ellos. Pero el que algunos de nuestros topónimos y de otras palabras como Tarará, Yara, Guamá o taitá fueran de origen guaraní, ¿a qué se debería esto?, ¿acaso a la presencia, en algún momento de guaraníes en el Caribe y específicamente en Cuba?, o quizá a que el arahuaco y el guaraní tengan un origen común, pues existen indicios que, unos mil años antes de nuestra era, lenguas pertenecientes a dos troncos lingüísticos; el arahucano y el tupí se expandieron por el continente americano dando lugar al surgimiento de otras lenguas y dialectos.
Habla el autor
Por su parte, Augusto Ocampos Caballero, en la introducción de este libro, hace referencia a los orígenes de su trabajo: En mi función diplomática al frente de la Embajada del paraguay en Cuba, me he permitido, en los espacios libres, realizar trabajos de investigación en los archivos y bibliotecas y he tenido encuentros con personalidades de diversos ámbitos, tratando de conciliar dos oficios exigentes: el de diplomático y el de investigador histórico.
Ambos coinciden en ser escrutadores del paso del tiempo, con la rigurosidad y la contundencia de la documentación histórica.
Desde que llegué a Cuba ha despertado mi curiosidad, y después, mi interés, la cantidad de voces que recuerdan por su forma a vocablos guaraníes que pude percibir en la Isla. Tarará fue la primera palabra que registré. Una compatriota tuvo la gentileza de recordarme su significado: tiritar, crujir, temblar. Una localidad próxima a La Habana tiene por nombre Tarará.
Con ímpetu apasionante comencé a investigar. ¿Cómo era posible que vestigios lingüísticos guaraníes impregnen la toponimia caribe, incluida Cuba? ¿Acaso las lenguas aruacas eran de origen waraní o guaraní como escribiera el cubano Julián Vivanco en su obra Las raíces de la lingüística indígena en Cuba'? El mismo investigador, al hablar de los indios caribes hace una extraordinaria revelación al señalar su procedencia: desde los confines del Paraguay' y del norte del Brasil, desde donde se extendieron a las Guayanas y más tarde a las Antillas y costas del Mar Caribe. También afirma que 'los indios Car-Waranís, proceden del delta del Paraná.
Inicio del proyecto
En otro momento, Ocampos Caballero explica los inicios de su trabajo de investigación al señalar que Andando por los caminos de la bella geografía cubana he recogido nombres de voces guaraníes. He acopiado nuevas palabras, como aporte a las ya registradas por los investigadores que han tratado el tema con mucho rigor y reconocimiento de la lingüística. Un inventario de vocablos guaranianos en el continente registra 5.000. En Cuba se han ubicado cerca de 350.
Cuando expuse el proyecto, el Comandante Fidel Castro me brindó y honró con su apoyo a este, durante la visita a La Habana del laureado escritor paraguayo Augusto Roa Bastos, quien a su vez asintió la iniciativa.
Tras unos meses de reconocimiento del país, he examinado con detenimiento los sedimentos lingüísticos guaraníes en Cuba -registrados como voces antillanas- tratando de conocer su verdadera identidad y naturaleza. En ese tiempo y en buena medida por la labor investigadora, he podido registrar guaranismos en toda la Isla, y he comprendido la grandeza y profundidad del campo que estaba explorando.
Vocabulario
El libro posee referencias a las divisiones lingüísticas hechas por varios expertos en la materia además de un estudio sobre los movimientos migratorios que se registraron en la región y que podrían haber explicado la aparición de términos del guaraní en aquellas zonas.
También incluye resultados de otras investigaciones que recogen palabras provenientes del guaraní en el Caribe.
A todos ellos, Ocampos Caballero les ha sumado las palabras que él mismo recogió en aquel país. A manera de ejemplo se incluyen algunas de esas palabras respetando la grafía actual y su significado. En la lista de nombres geográficos, topográficos, botánicos y zoológicos -dice el autor- así como de voces populares de Cuba, se pretende mostrar los posibles nexos entre las lenguas aruacas, caribes y guaraní. No se han alterado los nombres, aparecen tal y como están en los documentos. Para la traducción se han utilizado diferentes fuentes.
tarará: temblar, tiritar, crujir, repiquetear.
yaguajay: tigre pequeño
yara: dueño, amo, poseedor
tupá: dios
meyu o beiju: pan de almidón de yuca
guava: fruta
tagua: cerdo montés
güira o güiro: torpe, bejuco en Cuba
jagua: perro, onza
yaguami: cachorro
aguara: zorro
guaigüi: anciana
carivata: cerdo
pitá: rojo
aba o ava: indígena, cabello.
Ellos señalan, en un párrafo de dicho prólogo, que No es un secreto para nadie que, aunque los aborígenes de Cuba, al igual que los de Puerto Rico y La Española (hoy República Dominicana y Haití), desaparecieron prácticamente en los primeros años de la Conquista debido a los malos tratos, enfermedades y mestizaje; la toponimia cubana, al igual que la caribeña, está llena de voces del arahuaco insular, lengua que se hablaba en estos territorios: Cuba, Habana, Guanabacoa, Bayamo, Mayarí, son sólo unos cuantos ejemplos de ellos. Pero el que algunos de nuestros topónimos y de otras palabras como Tarará, Yara, Guamá o taitá fueran de origen guaraní, ¿a qué se debería esto?, ¿acaso a la presencia, en algún momento de guaraníes en el Caribe y específicamente en Cuba?, o quizá a que el arahuaco y el guaraní tengan un origen común, pues existen indicios que, unos mil años antes de nuestra era, lenguas pertenecientes a dos troncos lingüísticos; el arahucano y el tupí se expandieron por el continente americano dando lugar al surgimiento de otras lenguas y dialectos.
Habla el autor
Por su parte, Augusto Ocampos Caballero, en la introducción de este libro, hace referencia a los orígenes de su trabajo: En mi función diplomática al frente de la Embajada del paraguay en Cuba, me he permitido, en los espacios libres, realizar trabajos de investigación en los archivos y bibliotecas y he tenido encuentros con personalidades de diversos ámbitos, tratando de conciliar dos oficios exigentes: el de diplomático y el de investigador histórico.
Ambos coinciden en ser escrutadores del paso del tiempo, con la rigurosidad y la contundencia de la documentación histórica.
Desde que llegué a Cuba ha despertado mi curiosidad, y después, mi interés, la cantidad de voces que recuerdan por su forma a vocablos guaraníes que pude percibir en la Isla. Tarará fue la primera palabra que registré. Una compatriota tuvo la gentileza de recordarme su significado: tiritar, crujir, temblar. Una localidad próxima a La Habana tiene por nombre Tarará.
Con ímpetu apasionante comencé a investigar. ¿Cómo era posible que vestigios lingüísticos guaraníes impregnen la toponimia caribe, incluida Cuba? ¿Acaso las lenguas aruacas eran de origen waraní o guaraní como escribiera el cubano Julián Vivanco en su obra Las raíces de la lingüística indígena en Cuba'? El mismo investigador, al hablar de los indios caribes hace una extraordinaria revelación al señalar su procedencia: desde los confines del Paraguay' y del norte del Brasil, desde donde se extendieron a las Guayanas y más tarde a las Antillas y costas del Mar Caribe. También afirma que 'los indios Car-Waranís, proceden del delta del Paraná.
Inicio del proyecto
En otro momento, Ocampos Caballero explica los inicios de su trabajo de investigación al señalar que Andando por los caminos de la bella geografía cubana he recogido nombres de voces guaraníes. He acopiado nuevas palabras, como aporte a las ya registradas por los investigadores que han tratado el tema con mucho rigor y reconocimiento de la lingüística. Un inventario de vocablos guaranianos en el continente registra 5.000. En Cuba se han ubicado cerca de 350.
Cuando expuse el proyecto, el Comandante Fidel Castro me brindó y honró con su apoyo a este, durante la visita a La Habana del laureado escritor paraguayo Augusto Roa Bastos, quien a su vez asintió la iniciativa.
Tras unos meses de reconocimiento del país, he examinado con detenimiento los sedimentos lingüísticos guaraníes en Cuba -registrados como voces antillanas- tratando de conocer su verdadera identidad y naturaleza. En ese tiempo y en buena medida por la labor investigadora, he podido registrar guaranismos en toda la Isla, y he comprendido la grandeza y profundidad del campo que estaba explorando.
Vocabulario
El libro posee referencias a las divisiones lingüísticas hechas por varios expertos en la materia además de un estudio sobre los movimientos migratorios que se registraron en la región y que podrían haber explicado la aparición de términos del guaraní en aquellas zonas.
También incluye resultados de otras investigaciones que recogen palabras provenientes del guaraní en el Caribe.
A todos ellos, Ocampos Caballero les ha sumado las palabras que él mismo recogió en aquel país. A manera de ejemplo se incluyen algunas de esas palabras respetando la grafía actual y su significado. En la lista de nombres geográficos, topográficos, botánicos y zoológicos -dice el autor- así como de voces populares de Cuba, se pretende mostrar los posibles nexos entre las lenguas aruacas, caribes y guaraní. No se han alterado los nombres, aparecen tal y como están en los documentos. Para la traducción se han utilizado diferentes fuentes.
tarará: temblar, tiritar, crujir, repiquetear.
yaguajay: tigre pequeño
yara: dueño, amo, poseedor
tupá: dios
meyu o beiju: pan de almidón de yuca
guava: fruta
tagua: cerdo montés
güira o güiro: torpe, bejuco en Cuba
jagua: perro, onza
yaguami: cachorro
aguara: zorro
guaigüi: anciana
carivata: cerdo
pitá: rojo
aba o ava: indígena, cabello.