Nueva Antología de Nicanor Parra: el poeta que nace de la ceniza

La noche del jueves fue presentada la nueva antología del que, para críticos y autores como Harold Bloom o Roberto Bolaño, es uno de los mejores poetas de Occidente: nos referimos al creador de la antipoesía, Nicanor Parra. Allí estuvo su paisano y colega, el poeta Gastón Carrasco, que comenta este lanzamiento en exclusiva para el Suplemento Cultural

/pf/resources/images/abc-placeholder.png?d=2059

Cargando...

El pasado jueves 13 de agosto se llevó a cabo el lanzamiento de Nicanor Parra. Un puñado de cenizas. Antología 1937-2001 (LOM Ediciones), con selección y prólogo del académico Naín Nómez, en Santiago de Chile. Para cualquier lector de poesía, pasar por alto la obra de Nicanor Parra sería un gesto de profunda ceguera. Desde la mitad del siglo XX, su figura eclipsó a gran parte de los poetas chilenos de las generaciones venideras. La antipoesía, ese todo que es y no es poesía, se encargó de traer de vuelta la oralidad dialógica del pueblo al, por aquellos años, altisonante podio de la poesía. Con la tarea de bajar a los poetas del Olimpo a cuestas, Parra hizo del lenguaje simple su caballo de batalla, con cierta deuda al trabajo realizado años antes por Carlos Pezoa Véliz. Sus exploraciones posvanguardia lo hacen merecedor, indiscutiblemente, de un lugar central entre los grandes poetas chilenos, sino latinoamericanos, del último tiempo. Así lo ha hecho notar la crítica al laurearlo con importantes premios durante este inicio de siglo: Reina Sofía de Poesía Iberoamericana (2001), Miguel de Cervantes (2011), Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda (2012).

Como lectores, guste o no, hay que hacerse cargo de la tradición literaria latinoamericana y, ciertamente, el poeta inauguró, o rearticuló, una forma inédita del quehacer poético. Abusada por los seguidores y continuadores de Parra, la antipoesía está instalada en los escaparates de manera afianzada. Incombustible en obra y vida, el poeta sigue entregando interesantes propuestas que mantienen ocupados a los investigadores. En esta oportunidad, Naín Nómez, académico de la Universidad de Santiago de Chile (USACH), presenta esta selección a manera de homenaje. El recorrido que se propone parte del Cancionero sin nombre (1937) y sus resabios lorquianos y sigue por el desarrollo germinal de la antipoesía, por Hojas de Parra (1984), por cierta consolidación de su obra y por los textos posteriores, más recientes, que son más bien actualizaciones de sus obras previas, como un ave que sabe nacer de sus cenizas.

Si bien se tiene el antecedente inmediato de Obras completas + algo, publicada en dos tomos por Galaxia Gutenberg (Barcelona, 2006, 2011), es posible decir que la obra no se agota en sus antologías. La publicación española, a cargo de Ignacio Echeverría, albacea de la obra de Roberto Bolaño también, funciona perfectamente como vitrina para los lectores europeos que se quieren embarcar en la obra parriana. Por otro lado, la propuesta de Nómez parece ser una cercana al afecto, en una selección de poemas reconocibles y significantes para la tradición chilena. Más allá de un todo abarcador, esta nueva antología propone una lectura particular de la figura de Parra.

Para todos los engolosinados con la antipoesía, se presentan textos previos que nos dan luces sobre la transformación de la poética del autor de los Artefactos (1972). Más allá de mostrarnos a Parra, o introducirlo a nuevos lectores, Nómez hace un recorrido crítico junto al poeta. Reconoce sus principales virtudes, y propone una forma de aproximación o lectura. El crítico selecciona, prologa e interpreta la obra. Nómez identifica en la propuesta de Parra la necesidad de un lector activo, dispuesto a aceptar y reaccionar respecto a lo que el poeta tiene que decir; he ahí su invitación.

Cada lanzamiento de un nuevo libro del autor implica una celebración, pero también una alerta, una invitación a reflexionar, ya no solamente sobre el alcance de su obra, sino también sobre su vigencia. Sea por permanencia o por trascendencia, la poética de Parra parece inagotable, o al menos nos permite preguntarnos sobre su inagotabilidad. Sin ser un entusiasta de la antipoesía, es imposible desconocer su alcance. Como ocurre con cualquier fenómeno, de cualquier índole, más allá del antipoema, o del propio Parra, parece ser que los que se agotan son los autoproclamados antipoetas o parristas, considerando al poeta el iniciador de una corriente. Leer a Parra es gustar de la poesía, pero también saber reconocer sus alcances. En un país como Chile, donde es fácil encontrar y reconocer buenos poetas –no es preciso excavar, están ahí, vivos, moviéndose, no siempre en escaparates, es cosa de buscar un poco, leer–, Parra está en la cúspide, en el olimpo del cual quiso escapar. De seguro ese es su lugar, y sabrá volver de sus cenizas.

Nicanor Parra.

Un puñado de cenizas. Antología 1937-2001.

Santiago de Chile, LOM Ediciones, 2015.

268 pp.

* Desde Santiago de Chile

Enlance copiado
Content ...
Cargando...Cargando ...