Monólogos de la vida

Voces cercanas y reales de personajes sin nombre confiesan en el secreto de los soliloquios íntimos sus miserias, ilusiones y fábulas cotidianas desde las penumbras anónimas del hospital, la despensa del barrio, la oficina…

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ENFERMERA DE GUARDIA

3:30 de la madrugada, ya me ataca el sueño y recién estoy en la mitad de mi guardia. Ay, ese viejo que se queja todo el tiempo y molesta a los otros pacientes. Voy a tener que inyectarle un sedante intramuscular a ver si se tranquiliza. Total, a quién le importa. Hace tres semanas que lo trajeron y una sola vez vino un hijo a preguntar si seguía vivo o ya se había muerto. Así co es desagradecida nuestra gente. Quién sabe a cuántos hijos pa crió el viejo y ahora nadie se ocupa de él. Pobre anga; solo que es tan hincha...

Suena el timbre en la privada. ¿Qué querrá ahora la señorita hija de mamá que vino a tener su hijo en secreto? Parece que todavía no cumplió 15, pero en la ficha aparece con un nombre inventado y dice que ya tiene 18. El director mismo la trajo una noche medio a escondidas y nos dijo que la atendiéramos bien, sin preguntar nada ni a ella ni a su mamá, que viene cada rato, pobrecita, tan preocupada que está. Quién sabe quién embarazó a la nena, y pájaro que comió, voló.

A la pucha. Ahí llega el Dr. Ramírez. ¡Qué pesado el tipo ese! Se cree el churro de América y que todas las enfermeras tenemos que estar enamoradas de él. Mba’e piko tanto. Gordito, bigotudo y encima con mal aliento. Que se meta en la cámara frigorífica y se enfríe un rato. Lo que pasa es que algunas enfermeras pues nos dieron mala fama porque se dejan seducir gua’u por los médicos. Allá ellas con su problema. Yo no soy una chica fácil. Tuve mis años de amor con Roberto, pero lastimosamente él se fue a hacer una especialización en México y nunca volvió, alguna mariachi le habrá agarrado. Voy a esperar nomás. A lo mejor por ahí aparece algún candidato que realmente valga la pena.

¡Caramba! Suena el timbre de urgencia en la sala 4. Ha de ser el pobre nenito con leucemia que está la mitad aquí y la mitad ya en el otro mundo. Esta máquina de asistencia respiratoria es una porquería. Le dije bien al administrador que compre los buenos y no este aparatito asiático que se descompone cada rato. A ver. Pierde por uno de los tubos. Voy a ponerle cinta de embalaje y va a seguir funcionando. Ya está. Danielito, te ganaste algunas horas más de vida. ¿Será que él sabe que, una vez más, estuvo a punto de convertirse en angelito?

Ya son las 5. Tomaré un poco de café a pesar de que a la jefa Milva no le guste que se tome mucho porque dice que le retan en administración. ¿Cuánto lo que cuestan algunos gramos de café? Una pavada, comparado con los millones que se cobra a los pacientes por los medicamentos y los famosos «descartables», que son productos mágicos porque aparecen en la cuenta del enfermo pero las enfermeras a veces no los vemos. Y qué le vamos a hacer; negocios son negocios.

Bueno, haré mi recorrida porque los pacientes pronto van a despertarse y a veces todos juntos tocan el timbre. Doña Juana duerme profundamente. Danielito, sin novedad. La madrecita Johana está inquieta, se queja un poco, pero está bien. Don Pedro ronca tan fuerte porque está normal. ¡Caramba! El goteo de suero a la jeringa descubierta de Marta salió del lugar, seguramente se lo arrancó en sueños, sin querer. Un ratito. Ya está. ¡Oh, mala suerte! Ña Eustaquia se hizo encima y tendré que limpiarla y bañarla. Y bueno, en cada guardia siempre tenés que hacer algo desagradable. Por qué no me habré presentado a uno de esos concursos de bailando por un sueño o promotora de celulares o qué. Aunque ya tengo 30 años, me dijeron que lo mismo podés presentarte. Me tengo que estirar un poco la cara, ponerme un poco de nalga, sacarme estos rollitos y tomar clases de danza. ¡Hum…! No parece tan fácil. ¡Nde rasore! Ahora que terminé de limpiarla, la vieja se hizo de nuevo…

SECRETARIA TUITERA

Esta Lupe ya no tiene gracia. Subió su foto comiendo una enorme hamburguesa en el Mariscal. De lo que no se dio cuenta es de que a un costadito se ve una gran manija de chop. Ja, ja. Voy a retuitear la foto a todas las chicas y nos vamos a morir de risa. Ring. El teléfono. Buenos días, Corporación Financiera, habla Sonia, ¿en qué puedo servirle? Sí, claro. Hum, hum. Sí, claro. Tomo nota, señora. Le devuelvo la llamada apenas tenga una respuesta. Gracias por llamar. Ay, me tiene harta esta gente que llama a quejarse por cualquier cosa. ¿No tiene pio otra cosa qué hacer? Que el extracto de la cuenta de su tarjeta todavía no le llegó. ¿Y qué culpa tenemos nosotros? Que se queje al courier.

Pip, pip. El whatsApp. Florencia estuvo tomando helado anoche con Javier en Freddo. ¡Ah! La mosquita muerta salió del cascarón. Con su ropa hasta el cuello y su falda larga, pero extendió sus redes y atrapó a Javier. Mi Javier. Va a ver esa flaca esquelética lo que le espera. Brrr, brrrr. Aviso del celular. Ndee, la mosquita ya alzó en su Face su foto con Javi. ¡Hey! Cinco de las chicas ya le dieron «Me gusta». ¡Qué hipócritas! Ring, ring. El teléfono. Buenos días, Corporación Financiera, Sonia habla.

No, yo a esta mosquita la voy a matar. Con mápex, diablo rojo, espirales, veneno en aerosol o qué se yo. Mi cel. Hola Ani, sí, ya vi, la falsa monja. Te imaginás. Pone cara de boba enamorada y Javi parece un idiota embrujado. No, esto ya es demasiado. Ring. Teléfono. Buenos días, Corporación Financiera, Sonia habla... Pip, pip. El whatsApp. Anoche le vi a Javi en la Manzana T con una chica a quien no se la veía bien porque estaba apretando con él y no se le veía la cara. No, a esta la reviento. Seguro que en público anda con mucha ropa pero en privado lo que ha de ser... como Adán y Eva. Una degenerada. Pobre Javi, no sabe con quién se mete. Yo le abriré los ojos. Brrr, brrrr. Avisa el Face. La foto posteada no es clara, está todo muy oscuro. Pero esa nariz grandota es la de Javi. ¿Y ese vestido largo que parece levantado en parte? No, no quiero imaginar lo que significa. Ring. El teléfono. Buenos días, Corporación Financiera, Sonia habla...

Ahora mismo me pongo en campaña. Mi cel. Hola, ami. ¿No podés averiguarme algo sobre la mosquita muerta? No sé, cualquier cosa. Algo debe tener que está ocultando o de lo que podría tener vergüenza. Tratá na de conseguirme algo. Vos que sos experta en la materia, ve si no tiene otro perfil, si podés entrar en su correo o si alguna de sus amigas te puede chusmear algo. Dale na. Espero noticias.

Pip, pip. El whatsApp. La mosquita tiene un novio oficial. ¿Qué? Hija de mil... Javi es solo un entretenimiento porque el otro viajó unos días a Buenos Aires. Pero qué sinvergüenza. Brr, brrrr. Aviso del celular. Javi puso en su tuiter privado que anoche conoció a una chica espectacular. ¡Espectacular va a ser el tongo que le voy a dar a esa chirusa cuatro ojos, bruja de cuarta!

Ring, ring. El teléfono. Buenos días, Corporación Financiera, Sonia habla... No, disculpe, señor, no estaba hablando con usted. Bueno, sí, era con usted, pero no era con usted. ¿Cómo que no me entiende? Sí, señor, disculpe, señor. Yo, la verdad... Sí, claro. Es que Javi… ¿Cómo? Claro, usted no sabe quién es Javi. No, son cosas mías. Claro, sí, esta es la Corporación Financiera, señor. Le reitero mis disculpas. Brrr, brrrr. Aviso del celular. Hola, bolúa, no, esperame, estoy en la otra línea. Hola, señor... Señor, ¿está usted ahí? Uff, qué día. La gente no te tiene paciencia. Hey, hola ami, ¿qué me decías?

ilde@abc.com.py

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