Los orígenes económicos de la peor guerra interamericana (I)

Brilla por ausente entre los eventos que rememoran la firma del Tratado de la Triple Alianza, siglo y medio atrás, una discusión de los orígenes económicos de la guerra «del Paraguay». Se la conoce así en los tres países con costa sobre el Atlántico cuyos gobiernos se aliaron contra el del mediterráneo luego de que este invadiera el territorio de los dos adyacentes a él. Que esta conflagración tuvo orígenes económicos lo sugirió Box ya en 1930. Parecería, sin embargo, que su sugerencia ha sido pasada por alto por historiadores y científicos sociales. El hecho de que Whigham, en su enciclopédico estudio, no mencione causas económicas entre las que a su juicio desataron la guerra lo confirma.

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LA HIPÓTESIS

Al leer fuentes primarias y secundarias (El Paraguayo Independiente y Luis Alberto de Herrera, por ejemplo) con Box en mente, la información que brindan sugiere la hipótesis de que esta guerra se libró por fuentes de recursos naturales, los mercados para los productos elaborados utilizando dichos insumos intensivamente, y la libre navegación internacional de las vías de comunicación entre las fuentes de esos recursos y los mercados para los productos intensivos en ellos.

A esta hipótesis se llega considerando el quid pro quo que, según Herrera, el gobierno uruguayo ofreció a sucesivos gobiernos paraguayos a cambio de su protección militar contra el levantamiento armado de sus enemigos políticos internos y de una inminente invasión de su territorio por el gobierno brasileño. Este amenazaba con invadir la República Oriental del Uruguay (su antigua provincia cisplatina independizada por mediación británica para concluir con la guerra cisplatina entre Brasil y Argentina), por razones también económicas pero diferentes de las que originaron la guerra que nos interesa.

A cambio de intervenir en el conflicto interno uruguayo, y en el de la díada Brasil-Uruguay del lado de este último, el gobierno uruguayo ofrecía al paraguayo, según Herrera, gravar la yerba mate, el principal producto intensivo en recursos naturales que exportaba al Uruguay, con un arancel menor que el que debían pagar los empresarios privados riograndenses que para ese entonces suplían mayormente el mercado uruguayo y los platinos en general. Río Grande do Sul comenzó a exportar yerba mate a los mercados regionales, platinos y de más allá a partir de la década de 1820, cuando el gobierno paraguayo cerró el comercio con dichos mercados, que hasta entonces y a partir del siglo XVII habían consumido yerba mate y otros recursos naturales de la provincia del Paraguay. Se supone que el gobierno paraguayo no anticipó las consecuencias de cerrar el comercio por el Paraná y en su lugar favorecer el comercio por las Misiones argentinas y el río Uruguay. En caso contrario, habría estado tratando deliberadamente de beneficiar a los exportadores de yerba mate de São Pedro de Río Grande do Sul, es decir, a la competencia para los exportadores de yerba mate de su propio país.

LA EVIDENCIA

Coherente con esta hipótesis es el hecho de que el gobierno paraguayo anticipara ya desde 1845 la libre navegación que en 1852 decretaron nuevos gobiernos en Argentina y Uruguay. Prueba de ello es el artículo que El Paraguayo Independiente publicó inmediatamente después de que la flota anglo-francesa bloqueara los puertos de Buenos Aires y Montevideo por el proteccionismo de Rosas y Oribe a expensas del comercio mundial y el del Brasil y Paraguay, rompiera la cadena tendida por Rosas a través del Paraná en la batalla de Vuelta de Obligado y remontara luego el Paraná. Calificar ese artículo de oda a libre navegación y a los efectos positivos que permitía anticipar sobre el comercio e ingreso interiores no es exagerado.

Anticipando la eventual apertura, el gobierno paraguayo tomó una serie de medidas congruentes con la hipótesis: adoptó en 1846 una nueva ley de aduanas por la cual se reservó el comercio exterior de yerba mate de calidad de exportación como fuente de financiación de sus gastos públicos en lugar de otros impuestos. Posteriormente, se reservó también el beneficio de los bosques y maderas de construcción, fueran propiedad pública o privada, disolvió los pueblos de indios, se apoderó de sus tierras y destinó a sus pobladores a la frontera norte, más cercana a los yerbales del Amambay, reformó el ejército y sujetó a los indígenas al servicio militar.

MONOPSONIO Y MONOPOLIO: ÚNICO COMPRADOR, ÚNICO VENDEDOR

La nueva ley de aduanas convirtió al Estado paraguayo en el único comprador de yerba mate de calidad de exportación destinada a los mercados de la cuenca del Plata, es decir, el Estado se hizo de un monopsonio doméstico sobre ella. Además, el gobierno uruguayo, al ofrecerle excluir de su mercado interno la oferta brasileña y en su lugar reintroducir la paraguaya, de hecho estaba otorgando al gobierno paraguayo un cuasi monopolio del mercado uruguayo de la yerba mate. En otras palabras, con el ofrecimiento del gobierno uruguayo el paraguayo podría desplazar del mercado a la competencia brasileña y exportar una cantidad mayor a la que hubiera podido exportar sin el arancel preferencial. O, lo que es lo mismo, podría unir su monopsonio doméstico sobre la yerba mate con un cuasi monopolio sobre un mercado exterior, el interior del Uruguay.

Para cuando Argentina y Uruguay acordaron permitir la libre navegación internacional de los ríos interiores en 1852, consecuentemente, las exportaciones de yerba mate de Río Grande do Sul superaban con creces las exportaciones estatales paraguayas al Uruguay y los mercados del Plata por el río Uruguay, según lo prueban las cifras suministradas por Whigham en La economía de la independencia. En otras palabras, la situación relativa de Brasil y Paraguay para esa fecha se había invertido en comparación a la de 1800, cuando la yerba mate paraguaya suplía la demanda de los mercados platinos mientras que la de Río Grande do Sul se consumía en el mercado interno del Brasil.

Claramente, entonces, el conflicto internacional en un principio se dio entre los gobiernos de Brasil y Uruguay. A lo sumo, estaba también en conflicto con el gobierno del Brasil el de Paraguay, por su tácita alianza de hecho con el gobierno de Uruguay. En ese momento, Argentina era neutral y no estaba involucrada. Es decir, existió en los hechos una doble alianza, tácita e informal, de los gobiernos de Uruguay y Paraguay antes de la Triple Alianza. Luego, es obvio que en algún momento Argentina dejó de ser neutral, la doble alianza se disolvió y el gobierno uruguayo fue reemplazado por otro más dispuesto a solucionar sus problemas con el del Brasil de manera pacífica.

Queda claro, entonces, que, uniendo su monopsonio sobre la yerba mate de calidad de exportación con el mercado reservado para la misma, virtual monopolio que le ofrecía el gobierno uruguayo, el gobierno paraguayo maximizaría las utilidades de las rentas que derivaba de esos recursos en comparación con los que rendirían si la industria de la yerba mate fuera competitiva y el impuesto fuera ad valorem.

LA ESTRUCTURA FISCAL NEOBORBÓNICA Y SU PRECEDENTE BORBÓNICO

Pero el monopsonio-cum-monopolio en cuestión no era sino una versión de la organización industrial de la Renta del Tabaco que los Borbones implantaron el siglo anterior en la América española y Filipinas para aumentar las recaudaciones fiscales. La Real Renta del Tabaco del Virreinato del Río de la Plata reservaba la producción del tabaco a la Provincia del Paraguay y al mismo tiempo la prohibía en las otras provincias. Obligaba así a estas a suplir sus necesidades de ese producto de las provincias productoras, lo que convertía a la Provincia de Paraguay en su único vendedor. Es decir, la Real Renta segmentaba el mercado de insumos de recursos naturales del mercado de bienes finales intensivos en recursos naturales para reducir el precio pagado a los productores directos y aumentar el precio pagado por los consumidores del producto final, y maximizar las utilidades sobre los recursos estatales invertidos en la recolección de impuestos, aunque a costa de limitar tanto la producción como el consumo. En otras palabras, el gobierno uruguayo ofrecía al paraguayo recrear una estructura tributaria borbónica, es decir, colonial, en el contexto geopolítico posterior al colapso del imperio hispano-americano, el de la fragmentación política en estados formados por grupos de provincias, como en el caso de las Provincias Unidas del Río de la Plata, o en provincias-estado, como en los casos de Paraguay y Uruguay.

(Continuará)

(*) PhD en Economía. Académico de Número, Academia Paraguaya de la Historia

pastoremario@hotmail.com

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