Los enlhet, perseguidos en la Guerra del Chaco

Hoy, víspera de la conmemoración de la firma, el 12 de junio de 1935, del protocolo de paz que le puso fin, todavía existen historias no contadas sobre la Guerra del Chaco

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El lingüista de origen alemán Hannes Kalisch y el indígena enlhet Ernesto Unruh han recopilado relatos de ancianos enlhet sobre la Guerra del Chaco (1932-1935) en el libro no publicado aún ¡No llores! 

Según los relatos recopilados, ¿cuál ha sido el principal impacto de la Guerra del Chaco para los enlhet? 

La cuestión es demasiado compleja para hablar de una causa y un efecto. Si pensamos desde el pueblo enlhet, el frente inicial de la Guerra del Chaco se ubica completamente dentro de su territorio; por eso, es obvio que tuvo impactos tremendos en su pueblo. Sin embargo, hubo al menos tres sucesos paralelos igualmente importantes: el considerable aumento, hacia fines de la década de 1920, de las actividades de los exploradores militares, tanto paraguayos como bolivianos; el inicio de la inmigración menonita en 1927; y, a fines de 1932, una epidemia de viruela que costó la vida a aproximadamente dos tercios del pueblo enlhet en pocos meses. Cada uno de estos sucesos contribuyó a perturbar la existencia del pueblo en tal medida que después de la guerra, aunque la violencia bélica hubiera terminado, no fue posible seguir con el modo de vida anterior: había muchos actores nuevos en el territorio enlhet. Tal vez en 1935 los impactos de estos sucesos no fueran aún muy visibles, pero sí lo fueron dos décadas después, cuando el pueblo fue despojado de su territorio y perdió su autonomía y sus posibilidades de protagonismo: había comenzado el proceso de reducirlos en las llamadas «misiones» o comunidades indígenas. Hasta hoy, los enlhet no han recuperado lo que perdieron en ese tiempo: si pensamos en el territorio, hoy tienen títulos sobre menos de un 3% de las tierras que ocupaban inmediatamente antes de la guerra; si pensamos en la cantidad de personas, el último censo registra poco más de 8000, y se calcula que antes de la guerra vivían más de 10.000 enlhet en su territorio.

Existen testimonios de fusilamientos de indígenas por soldados paraguayos durante la Guerra del Chaco. ¿Por qué perseguían a muerte a los indígenas? 

Aunque los indígenas están totalmente ausentes en el relato sobre la Guerra del Chaco, excepto algunas anécdotas, esta no era solo una guerra internacional para definir los límites entre dos países. Al mismo tiempo, y de eso hablan muy claramente los relatos enlhet, era una guerra colonial que servía para someter a los pueblos indígenas chaqueños, que hasta ese momento habían sido autónomos e independientes. En los relatos enlhet llama la atención la bestialidad con la cual los soldados paraguayos (de los bolivianos, los testigos de la época esbozan un cuadro mucho menos feroz) trataban a los indígenas. Por eso, no basta decir que se perseguía a muerte a los indígenas. Más bien, se los trataba con una crueldad increíble.

Hay varias líneas que cabe seguir para intentar comprender esta crueldad. Por ejemplo, es típica de las guerras coloniales. Y no es inédita en Paraguay; recordemos las crónicas sobre las actuaciones de los españoles después de su llegada. Se puede decir, en este sentido, que, aunque la independencia paraguaya fue una independización de la corona española, nunca se completó con una independización de la lógica colonial. Hasta hoy la sociedad paraguaya tiene abiertas las heridas de ese pasado de colonización; nunca ha asumido su origen claramente indígena más allá de lo anecdótico-romántico. Como es típico, las víctimas en un contexto se vuelven victimarios en otro: el fuerte rechazo de la sociedad paraguaya a sus orígenes indios sería una de las razones de la crueldad contra los pueblos con los cuales comparten el ser originario de estas tierras que conforman hoy Paraguay; esa crueldad expresa que no los ven como pares; expresa el intento de negarles su condición de humanos, que, al mismo tiempo, es obvia.

Parte de la guerra se desarrolló en el territorio de los enlhet norte; ¿qué significó esto para ellos en cuanto a alimentación o migración hacia otras zonas? 

Los enlhet se retiraban de las zonas de combate, por razones obvias. Los fortines se fundaron en regiones con agua superficial, pero esos lugares eran también de crucial importancia para los enlhet. Relatan, por eso, que el de la guerra fue un tiempo de mucha hambre. En cierto momento, al inicio de esta, intentaban acercarse a las flamantes colonias menonitas porque existía la idea de que allí los militares no los iban a perseguir. Sin embargo, los relatores enlhet resaltan que pronto se daban cuenta de que no era así y se retiraban a zonas no frecuentadas por los ejércitos. Las pautas de migración que se afirmaron en esa época indican claramente la superposición de los tres eventos mencionados: la guerra, la inmigración menonita y la viruela. El espacio libre se redujo tremendamente, al tiempo que los grupos quedaron desmembrados por la epidemia. Eran años de terror para el pueblo.

En el anuncio del libro se señalan la inmigración menonita a partir de 1927 y la Guerra del Chaco como el comienzo del proceso de sometimiento de un pueblo independiente, de su silenciamiento. ¿En qué consiste este silenciamiento y qué significa para el futuro del pueblo enlhet? 

Ya he dicho que lo que pasó en los primeros años de la década de 1930 fue solo el inicio de un largo y complejo proceso. Uno de los resultados es un silenciamiento que consiste en que no se puede hablar desde y sobre la propia perspectiva, por varias razones. Los traumas que dificultaban la palabra. La experiencia de ser presa fácil de cualquier tipo de violencia (y de discriminación); esa es una experiencia que hace callar. El trabajo misionero que reprimía decididamente cualquier expresión propia y forzaba a ocultar lo que se seguía haciendo, y siendo. Las consecuencias de tal silenciamiento se ven en el siguiente ejemplo. Por los relatos de los ancianos enlhet se comprende que durante la época de la guerra se originó un tremendo temor a los paraguayos. Este temor persiste claramente en la actualidad; sin embargo, en la medida en que no se habla de los orígenes de ese temor parece describir una condición natural y no una consecuencia de hechos históricos. Si ya no es comprensible para las generaciones de hoy, tampoco lo pueden superar fácilmente. Por esta razón es tan importante que el pueblo enlhet, como cualquier otro pueblo, tenga una conciencia clara de su historia y su pasado para poder trabajar, así, las consecuencias que este pasado ha dejado en el presente. No es fácil recuperar tal conciencia, porque se han impuesto narrativas sobre el pasado que no se corresponden mucho con lo que relatan los que fueron sus protagonistas. Son narrativas que justifican la exclusión en la cual los pueblos indígenas viven hoy.

Las consecuencias de la historia del pueblo enlhet durante último siglo siguen siendo muy dolorosas. Son heridas que siguen presentes y abiertas pero que no pueden sanar dado que de no se habla de ellas e incluso se las niega. A eso se refiere el título del libro anunciado: ¡No llores! Es el título de uno de los relatos recopilados en él; en este relato se le da a una muchacha que iba a ser violada por los soldados el consejo: no llores para que no te maten. Como se trata de explicar en el libro, esta lógica sigue vigente: cállate, aguántate, no importa el precio. Solo así te dejan escapar con vida.

¿Qué hacer para dar una nueva perspectiva al pueblo enlhet? 

La intención de este libro con relatos enlhet es contribuir a la posibilidad de una nueva comunicación entre las sociedades indígenas y la sociedad paraguaya, que viven en un mismo Estado pero de forma totalmente desequilibrada y sin comunicación. El libro desea mostrar que los miembros de las sociedades indígenas y paraguaya no están tan lejos unos de otros, que todos viven en un contexto de presión, de creciente reducción y pérdida de libertades. Hoy enfrentamos el desafío de completar la independencia paraguaya, que se inició con muchos sacrificios hace doscientos años pero que hasta el momento ha quedado inconclusa. En nuestra sociedad paraguaya actual conviven diferentes sociedades que se perciben como antagónicas pero que en realidad se dirigen a un mismo futuro y que podrían unir esfuerzos para construirlo de una manera digna y orientada a la libertad. Entonces, si me preguntas por el futuro del pueblo enlhet, existe una condición indispensable: procesos de comunicación equilibrada, en los que se tome en serio al otro. Una comunicación entre pares. Solo así será posible, para este y todos los pueblos indígenas de Paraguay, vivir dignamente. No olvidemos que el derecho a la vida no es el simple derecho a la supervivencia. Es el derecho a una vida digna.

mduerksen@abc.com.py

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