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En vida recibió las condecoraciones: “Cruz del Defensor”, “Cruz del Chaco”, “Orden Nacional del Mérito”, “Cóndor de los Andes” de Bolivia, “Reino de Italia” y “Legión de Honor” de Francia.
Nosotros creemos que la historia de nuestro gloriosa Armada de la República del Paraguay (ARP) y la del Sr. capitán de Navío José A. Bozzano, en particular, desgraciadamente son poco conocidas; es más, inéditas. Son pocos los libros, folletos, artículos e impresos que sobre sus gloriosas actuaciones en la Guerra del Chaco se han escrito.
Así leemos: “Una institución de la importancia de la Marina que trabajó con tanto ahínco y reconocida eficiencia durante la Guerra del Chaco y que el pueblo siga ignorando su contribución … constituye una negligencia que debe ser salvada en aras de la verdad y la justicia históricas. Puede afirmarse sin caer en impostura alguna que la Marina desempeñó un papel de primer orden en la Guerra del Chaco”. (1)
“El Cap. BOZZANO, genio de aquellos tiempos, constituía toda una figura de relieve, que por sobre su cabeza descansaban las responsabilidades inherentes a la nación, ya que merced a su esfuerzo y eficaz ejecutoria dependería la defensa del país … Nuestra Marina de Guerra, pues, resolvió el problema del dominio del río, mediante sus cañoneros, concebidos y engendrados en su propio seno, por uno de sus hijos dilectos: Cap. José Bozzano (h)”. (2)
EL RÍO PARAGUAY
Este inmenso venero, caudaloso y noble “camino que anda”, “río amable” al decir de Gaboto, es factor influyente de nuestra nacionalidad. El insigne Cap. de Fragata don Félix de Azara dijo: “El Paraguay es dueño de su río o muere el Paraguay”. El perínclito Mariscal don José Félix Estigarribia aseveró: “El río Paraguay, columna vertebral de nuestras comunicaciones, sobre él debe ejecutarse dominio práctico, real y efectivo; sin esto es como entregarse maniatados a cualquier vecino país. Sin esto el Ejército en campaña, el invicto “Verde O” no hubiera podido realizar su portentosa hazaña”. El Dr. Daniel Salamanca, Pdte. de la República de Bolivia, al Comando Superior, Gral. Enrique Peñaranda, el 25 de junio de 1934, dijo: “Paraguay se sentirá siempre intangible resguardado por el río y podrá regatear las condiciones de paz. Para quebrantarlo hay que salir al río Paraguay, nuestro objetivo final debe ser el río”. “Creo que vale la pena instruir al comandante de la Quinta División para que descarguen un golpe sobre Bahía Negra, golpe de muerte”. (3)
El ilustrado escritor, investigador y periodista Bernardo Nery Farina, en su libro JOSÉ BOZZANO, escribe cuanto sigue: “Es importante que la historia grande del Paraguay lo recuerde, que los historiadores lo estudien, que los estudiantes lo historien y que la gente lo conozca. José Alfredo Bozzano Baglietto fue un modelo de talento rayano en la genialidad y un paradigma de honestidad incorruptible al servicio de la patria. (…) El 21 de setiembre de 1917 ingresó a la Armada Nacional con el grado de guardiamarina en comisión. Él no fue un oficial de carrera. De hecho, la Escuela Militar había sido puesta en funcionamiento un año atrás, 1916, creada por orden del presidente de la República, Eduardo Schaerer, bajo la dirección del entonces mayor Manlio Schenoni”.
En el año 1920 fue enviado por el gobierno de Paraguay, durante la presidencia de José P. Montero, a los Estados Unidos de Norteamérica, ingresando como estudiante.
Escribe el Cap. de Nav. (SR) José A. Bozzano en su libro REMINISCENCIAS: “Yo partía cumpliendo órdenes del Sr. ministro de Guerra y Marina Dr. Adolfo Chirife hacia los Estados Unidos, donde en el Naval Intelligence Departament me destacan a Cambridge - Massachussett Instituts of Techonology. En habiéndome graduado, pasé a la Escuela de Guerra Naval en Conectitut, luego a la 5.ª Base Naval y Aérea de Hampton Roads-Newport News y, luego de otras misiones, vuelvo al Paraguay, aún con el grado de guardiamarina”.
En el año 1924, nuestro héroe naval se graduó de arquitecto e ingeniero naval y, en el año 1925, se graduó como ingeniero aeronáutico en la mencionada universidad.
En enero de 1927, el ministro de Guerra y Marina Dr. Luis A. Riart le dice: “La guerra contra Bolivia se viene. Es irreversible. Para nosotros es fundamental dominar la navegación fluvial hasta Bahía Negra de una manera segura y firme. (...) Sigue siendo posible, de acuerdo a un informe muy reservado que proporcionará en su momento el doctor Manuel Gondra, que el Brasil ceda a Bolivia su flotilla de guerra de Corumbá-Cuiabá. Son seis buques artillados y con poco calado. Con esa flotilla, Bolivia puede dominar el río Paraguay y en esas condiciones nuestro ejército quedaría aislado. El servicio logístico normal sería imposible. Todo nuestro material está en la Región Oriental. (…) Su proyecto para construir los buques cañoneros ha sido aprobado, Bozzano. Usted va a viajar a Europa. Esta información se la traigo en nombre del presidente de la República. Dentro de dos años, esos cañoneros deben estar en Asunción. (…) De hecho, los dos cañoneros fueron parte fundamental de su tesis para que el Massachussets Institute of Technology le otorgara el título de Máster en Arquitectura e Ingeniería Naval. En los Estados Unidos había trabajado en el diseño durante ocho meses a razón de ocho horas diarias por día”. (4)
El presidente de la República al que hacemos referencia en el párrafo precedente era el Dr. Eligio Ayala, insigne estadista que no pudo ver la solución más que exitosa de una de sus más grandes preocupaciones. Murió el 24 de octubre de 1930.
Acota también nuestro héroe naval: “Para aquel tiempo tenía ya los planos de la carena de los dos cañoneros “Paraguay” y “Humaitá”, que inicialmente fueron llamados “Capitán Cabral” y “Comodoro Meza”. Se los tenía estudiados en detalle en Asunción. La nación le hacer dar forma y realidad tangible, con capacidad de surcar todo el ámbito del río Paraguay, sin necesidad de reabastecerse de combustible; capacidad de transportar regimientos pesados de 1600 hombres completos, capacidad de tiro antiaéreo hasta 8000 m de altura y, todo con potencia de fuego rápido, rectilíneo a fil de proa y en condiciones de enfrentar a cualquier escuadrón naval de cualquier potencia limítrofe al Paraguay”.
“Por Decreto del P. E. N.º 31368 del 26 de setiembre de 1928, se aprobó el contrato suscrito en Marcella entre los representantes de nuestro Gobierno, Dr. Venancio B. Galeano y el teniente 1.º de Marina José Bozzano (h), y la S. A. Cantieri Navali Odero de Génova, sobre la construcción de dos barcos para nuestra Marina de Guerra. El precio de ambos buques se fijó en la suma de 236.200 libras esterlinas”. (5)
“Fueron botados al agua en Génova: el cañonero ‘Humaitá’ el 16 de abril de 1930 y el cañonero ‘Paraguay’ el 23 de junio del mismo año, previa bendición del sacerdote paraguayo padre Duarte Ortellado, actuando como madrinas las señoras doña Virginia Cardozo de Bozzano para el ‘Humaitá’ y para el ‘Paraguay’, doña Helena Zubizarreta de Gubetich. (…) El 21 de enero de 1931, se procedió al cambio de banderas, estaban bajo bandera mercante italiana. (…) Comandaba el ‘Paraguay’ el señor capitán Martínez y el ‘Humaitá’, el Sr. Tte. Bozzano. Las unidades terminadas zarparon del puerto de Génova el 14 de febrero de 1931”. (6)
De paso por Gibraltar y al tocar su puerto, “apareció un oficial británico con un ejemplar del Jane’s Fighting Ships, la célebre publicación anual que contiene información sobre todos los navíos de guerra del mundo ordenados por nación, incluyendo información sobre los nombres, dimensiones y armamento. En el libro figuraba todo sobre los dos cañoneros paraguayos recién fabricados. Señalando con el índice de la mano derecha la publicación, el comandante de la flota inglesa de Gibraltar (cuyo nombre Bozzano mismo no recordaba) lanzó una expresión admirativa. El Paraguay tiene dos cañoneros modernísimos. Por su calado y autonomía son actualmente los mejores y más potentes de todo el mundo fluvial. Tienen una potencia de fuego superior a la de nuestros destroyers leaders”. (7)
“De la llegada a Asunción se ocupó El Diario de fecha 5 de mayo de 1931. (…) De pronto tronaron los cañones del ‘Paraguay’ saludando a la histórica plaza con 21 cañonazos. Los formidables estampidos fueron contestados por el cañonero ‘Tacuarí’ y un viejo cañón de la batería ‘Londres’. (…) Seguidamente sobre la cubierta formaron los oficiales y la tripulación. La Srta. Alba Cáceres hizo entrega al comandante Rufino Martínez de la bandera adquirida por suscripción popular. (…) De igual modo se desarrolló otra ceremonia a bordo del cañonero ‘Humaitá’, circunstancia en que la Srta. Feliciana López depositó en manos del capitán José Alfredo Bozzano una segunda bandera preparada para el efecto…”. (8)
Sigue escribiendo nuestro héroe naval: “Y los cañoneros ‘Paraguay’ y ‘Humaitá’ partían con horas exactamente prefijadas y llegaban a donde hubieran de atracar a horas también predeterminadas. (…) Era y me es aún familiar el presagiante ulular de sus sirenas. Aquel grito metálico desgarraba el éter del ambiente. Se compungía todo el mundo paraguayo que lo escuchaba y esas naves a -18-20-39- kilómetros por hora, según las exigencias, descargaban hombres y cosas, sanas, listas y ordenadamente en Casado o donde hubieran sido destinados. (…) Y con ese ritmo, cadencia y seguridad que la Marina de Guerra lleva y trae a los puntos básicos del litoral chaqueño más de 160.000 hombres sin ningún trastorno, ni pérdida humana ni de material. (…) Los cañoneros con suficiente potencia de fuego para destruir cualquier resistencia boliviana, ya que la potencia de fuego del ‘Paraguay’ y ‘Humaitá’ era superior en calibre y cantidad de explosivos por unidad de tiempo a lo máximo que, aun concentrando podía oponer el enemigo. (…) Los cañoneros ‘Paraguay’ y ‘Humaitá’ podían hacer explotar en la zona del desembarco y la consiguiente de protección y a mucho más de 12 km a retaguardia de la Playa de Desembarco, más de 1000 kg de explosivos por minuto con un peso de proyectiles de 1700 por minuto. (…) Total, con dos buques, seis cañones de 76 mm y cuatro ametralladoras de 40 mm, cuatro cañones Vickers de 3 pulgadas, y cuatro ametralladoras de 73,5 mm. Estas piezas pueden hacer tiro naval y antiaéreo, excepto las ocho bocas de 120 mm.
“Es fácil comprender cuál hubiera sido la moral del combatiente y sobre todo la de los Comandos al saber que las líneas de los servicios logísticos no hubiesen tenido posibilidad de una defensa eficaz con medios y hombres adecuados. Es el papel que, entre otros fundamentales, podía con seguridad técnica responsable desempeñar la Marina de Guerra. (…) Los cañoneros de la Marina de Guerra, que esperaban órdenes para navegar, navegaron siempre, jamás fallaron y durante casi cuatro años nunca sufrieron inconvenientes en sus máquinas. (…) Cumplían órdenes por minutos de tiempo. El capitán Aponte los manejaba con precisión cronométrica. (…) El transporte de más de 5000 tambores de 200 litros de combustible por mes, agua arriba y luego agua abajo, sumando un total de más de 300.000 durante toda la guerra, fue por sí solo un acto de responsabilidad, tan grande, capaz de desconcertar al más veterano y destruir los nervios en esta clase de vicisitudes. (…) El día, en aquel entonces, más que en otras épocas del calendario, tenía 24 horas para dedicarlas al trabajo. El resto del día era suficiente para descansar. (…) La guerra se gana durante la guerra y no después. Los profesionales guerreros son soldados al servicio de la patria y de su acervo”.
Acá citamos lo escrito por el Cnel. Arturo Bray, en su libro Primicia de Sangre: “Ser soldado es no comer cuando se tiene hambre, no dormir cuando se tiene sueño, no beber cuando se tiene sed”.
Aquellas palabras citadas y escritas precedentemente por el Cap. de Nav. José A. Bozzano y que reverencian al soldado paraguayo, lo pintan a nuestro héroe naval tal cual fue, y el estilo y la clase de hombre excepcional que tuvo la República del Paraguay durante la Guerra del Chaco. Podemos, debemos y estamos obligados todos los paraguayos de bien a tomarlo como ejemplo, y hacer nuestras sus palabras y razonamientos que rayan en lo épico de la vida de este gran marino.
“Según reportes de la Armada Nacional, el cañonero ‘Humaitá’ transportó durante la guerra a 62.546 combatientes aguas arriba hasta Puerto Casado. De bajada conducía prisioneros y heridos. En total hizo 84 viajes. (…) Por su parte, el cañonero ‘Paraguay’ hizo un total de 81 viajes y transportó 51.867 combatientes aguas arriba hasta Puerto Casado”. (9)
De todo lo cual nosotros podemos deducir, dando fe de lo transcripto, que en total los dos cañoneros condujeron a 114.413 combatientes armados y equipados listos para entrar en acción.
Así, en apretadísima síntesis relatamos la actuación del Cap. de Nav. José A. Bozzano, como el padre de los cañoneros, proyectados, construidos y bajo su dirección y control, hasta sus botaduras y su entrada en la lucha de la Guerra de Chaco.
Acotamos acá lo escrito por el Prof. Dr. Julián del Rosario Escobar Aquino, en su libro Los cañoneros PARAGUAY y HUMAITÁ. Recuerdos y pedazos de la gloria paraguaya: “Recorridas ligeramente las trayectorias heroicas de los cañoneros ‘Paraguay’ y ‘Humaitá’ durante la Guerra del Chaco… nos preguntamos: ¿qué se hubiera hecho si no contáramos con los cañoneros ‘Paraguay’ y ‘Humaitá’?
Además de su épico trabajo precedentemente relacionado, nuestro marino escribió: “Al ‘nacer’ el arsenal, funda la Marina de Guerra, la Escuela de Aprendices Mecánicos de la Armada; prolifera esta y se convierte en la gloriosa Escuela de Especialidades de la Armada, bastión indiscutido de la maestranza técnica; armas cortas, armas automáticas, fabricación de granadas y de bombas, tiros de obuses, criptografía, radio, mecánicos de aviación, maquinistas, electricistas, tractoristas, automovilistas y muchas especialidades más (…) medios de transportes, máquinas automáticas, teléfonos, telégrafos, personal técnico, servicios técnicos de retaguardia, campos de aterrizaje, aviación naval y por sobre todas las cosas, el dominio seguro, incontrastable del río Paraguay; debían ser elementos básicos de la lucha; (…) hasta con hidroplanos de fabricación nacional, con motores de 200 HP, a razón de 80-90 km en el agua hasta Casado.
“A pesar de la Dirección de los Arsenales, de la Dirección de Amunicionamiento del Ejercito en Campaña, de la Dirección del Material, de la Comandancia del Personal de Automovilistas del Ejército y de la Dirección Técnica del servicio Mecánico de Retaguardia del frente del Chaco, SIN PERJUICIO de sus obligaciones, decía el Decreto, TUVE que hacerme cargo de la Dirección de la Aviación Militar. (…) Los hombres que fueron movilizados por los Arsenales, y que en su gran total alcanzó a casi 10.000, incluidos en estos 4300 choferes que dependientes de un solo Comando han sufrido ‘penurias y fatigas’ y a quienes también se les ofreció tan solo ‘sangre, sudor y lágrimas’ al comenzar el choque, y otros que, después de terminada la lucha, los veo marchar hacia el ocaso en silente caravana después de haber dado todo y no haber pedido sino que se les respete en su deambular, porque han sido buenos y honestos con su patria y con su conciencia… A ellos dedico estas memorias con todo el respeto y emoción de que soy capaz. Sin su esfuerzo disciplinado y decisivo la Guerra con Bolivia SE HUBIERA PERDIDO INCUESTIONABLEMENTE”.
Continuar escribiendo sobre nuestro héroe naval sería muy extenso, por las características únicas y excepcionales de su personalidad; esperando que nuestros lectores, si así lo desean, saquen sus conclusiones y muy especialmente nuestra bella juventud con el fin de aportar en bien de la patria, todo cuanto de bueno y noble tiene el ser paraguayo.
El capitán de Navío (SR) Ing. Naval y Aeronáutico José A. Bozzano falleció el 14 de diciembre de 1969 y sus restos mortales están depositados en el panteón familiar, al cual llegó acompañado con el dolor de sus familiares y amigos.
Al padre de los cañoneros “Paraguay” y “Humaitá” y de los Arsenales de Guerra y Marina y de Aviación, el gobierno de entonces no le rindió ninguna clase de honras
fúnebres.
Amables lectores, saquen ustedes sus conclusiones. ¿Por qué tanta ingratitud? ¿Por qué tanto olvido? ¿Por qué tanta felonía?
Nosotros, los de la PRIMERA PROMOCIÓN de egresados del CIMEFOR NAVAL, además de este tributo a nuestro héroe naval, queremos expresar cuan grande honor tuvimos en el cumplimiento de la Ley del Servicio Militar Obligatorio, de aquel entonces, al embarcarnos durante seis meses en ambos cañoneros, donde nuestros instructores nos instruyeron en las asignaturas de los Reglamentos Navales. Recordando someramente, ya que los años en balde no pasan, aquellas como: navegación; manejos y disparos de todo el armamento de ambos buques, sean en forma manual y/o con las centrales eléctricas de tiro; uso de los telémetros; del sextante; de los elementos para toma de profundidad de nuestro río Paraguay durante los cursos de navegación; de los códigos morse nocturnos, con los correspondientes reflectores; códigos morse diurno con el uso de las banderolas; desembarcos en supuestas playas con el objeto de realizar la famosa cabeza de playa y para la posterior permanencia en las mismas.
Fueron meses únicos e inolvidables, gracias a los cuales podemos expresar cuanto honor y cuanto fervor patriótico sentíamos al vestir y lucir con gallardía, no exenta de cierto pequeño y humano orgullo desmedido, el sagrado uniforme del MARINO DE LA REPÚBLICA DEL PARAGUAY.
Gloria y honor a la Armada de la República del Paraguay (ARP) y honor y gloria al capitán de Navío Ing. Naval y Aeronáutico Sr. José Alfredo Bozzano Baglietto.
Para terminar, permítasenos, con todo respeto, poner en conocimiento de todos nuestros compatriotas que en el Panteón Nacional de los Héroes están depositados los restos mortales de los héroes de la Infantería y de la Aviación paraguayas, representando a dichas heroicas armas en ese sagrado recinto, pero, desgraciadamente, la gloriosa Armada de la República del Paraguay (ARP) no está representada por ninguno de sus héroes navales.
(1) “HISTORIA DE LA ARMADA NACIONAL”, Juan Speratti. Capitán de Corbeta (SR).
(2) “ACTUACIÓN DE LA MARINA EN LA GUERRA DEL CHACO”, Rodolfo Dávalos. Cap. de Corbeta (SR).
(3) “ALGO SOBRE LA CONTRIBUCIÓN LOGÍSTICA DE LA ARMADA NACIONAL EN LA GUERRA DEL CHACO”, Agustín Rojas González. Cap. Nav. DIM (SR).
(4) (7) (9) Bernardo Nery Farina, libro citado.
(5) “DE LA EPOPEYA DEL CHACO”, Mauricio T. Osuna, Benigno Riquelme García, Osvaldo Masi Pusineri. Tomo I.
(6) (8) “LOS CAÑONEROS PARAGUAY Y HUMAITÁ. RECUERDOS Y PEDAZOS DE LA GLORIA PARAGUAYA”, Julián del Rosario Escobar Aquino.