Cargando...
El retrato en miniatura, que proviene de los retratos en códices miniados o iluminados, salterios y libros de horas del Medioevo, experimenta un auge en el siglo XVI debido, entre otros factores, a que tales costosos manuscritos ilustrados estaban acusando los efectos de la creciente competencia, desde la década de 1460, del libro impreso. En este contexto, justamente en el siglo XVI, encontramos a la pintora miniaturista flamenca Levina Teerlinc, acerca de la cual disponemos actualmente de bastante documentación, pero de quien, sin embargo, no han sobrevivido miniaturas firmadas. Así, llegan de Levina Teerlinc hasta nosotros tan solo algunas obras, de cuya autoría, además, en general, no se tiene completa certeza.
Levina Teerlinc (cuyo apellido también figura como Teerline en algunas fuentes) nació en Brujas, la capital de Flandes. No se sabe con certeza la fecha de su nacimiento, pero se calcula que fue entre 1510 y 1520.
HIJOS Y DISCÍPULOS
Levina provenía de una familia de artistas. Su padre y su abuelo lo fueron. Su padre, Simon Bening (1483-1561) era hijo de Alexander Bening (¿?-1519) y Catalina van der Goes, probablemente una prima o hermana del pintor Hugo van der Goes.
Perteneciente a la escuela de Gante-Brujas, Simon es para algunos el último gran artista de la tradición flamenca. Su especialidad era la iluminación de los libros de horas; creó libros para el cardenal Alberto de Brandeburgo, para el emperador Carlos V y para don Fernando, el Infante de Portugal.
Fue Simon, quien enseñó a Levina, su hija mayor, a dar los primeros pasos en su minuciosa especialidad. A su vez, Simon Bening fue discípulo de su padre, el notable pintor antes mencionado Alexander Bening, y trabajó en el taller de pintura de miniaturas de este en Gante antes de mudarse a Brujas, donde estableció su propio taller. Con su primera esposa, Catalina Scroo, Simon Bening tuvo cinco hijas. La mayor fue Levina, y también fue ella, a su vez, su discípula.
Levina se convirtió en una gran pintora de miniaturas, sobre todo de retratos. Y una hermana de Levina se convirtió en marchante de pinturas.
EN LA CORTE INGLESA
Durante el siglo XVI, un gran número de pintores miniaturistas fueron solicitados por la corte inglesa para brindar sus servicios en las Islas, servicios que solo personas muy importantes podían afrontar económicamente. Gracias al trabajo de estos artistas tenemos actualmente una importante documentación sobre el vestuario y la apariencia general de las personas acaudaladas de la época.
En este grupo de miniaturistas se encontraba Levina, quien ya se había casado con George Teerlinc de Blankenberge cuando acudió, junto con su esposo, en respuesta a una invitación del rey Enrique VIII, en 1545, a Inglaterra para trabajar en la corte luego de la muerte de Hans Holbein, que antes de ella fuera contratado como pintor de la realeza en ese país.
Levina desempeñó esta labor hasta la muerte del monarca, y continuó cumpliéndola durante los tres reinados siguientes, que fueron el de Eduardo VI, el de María I y el de Isabel I, lo que da claros indicios del gran aprecio que se tenía por su trabajo.
RASGOS PROPIOS
Por los registros de la corte, sabemos que Levina presentaba cada día de Año Nuevo un retrato de la reina Isabel I (una de las hijas de Enrique VIII y Ana Bolena). Todas estas pinturas fueron miniaturas, que al principio tenían siempre forma cuadrada, hasta que, en 1569, pintó un retrato de un hombre desconocido en un formato ovalado.
Además, existe un detalle en los trabajos de Levina que no se veía en las obras de otros artistas: ella escribía palabras alrededor del borde de sus miniaturas. El miniaturista Nicholas Hilliard, más conocido que Levina, también comenzó a pintar miniaturas de forma ovalada, lo que posteriormente se volvió muy frecuente.
Además de retratos individuales, algunas miniaturas de Levina muestran grupos de personas, lo que en esos tiempos también era bastante raro.
OLVIDO Y RESCATE
El trabajo de Levina era muy bien pagado. Algunas fuentes indican que Enrique VIII le pagaba cuarenta libras anuales. Según otras, eran sesenta libras. En ambos casos, se trataba de una gran cantidad para aquella época. Esta asignación era mayor que la que recibía Hans Holbein, a quien se reconoce como un pionero de las miniaturas, además de la fama que tiene por su labor en formatos grandes. En suma, el ingreso anual de Levina superaba al de Hans Holbein y Nicholas Hilliard juntos, clara muestra de que su arte fue muy valorado en su época.
Levina Teerlinc murió en Londres el 23 de junio de 1576. Además de no firmar sus obras, no dejó ningún autorretrato ni quedó tampoco retrato alguno de ella realizado por otro artista contemporáneo. Su nombre y su fama cayeron pronto en el olvido histórico.
Ya bien entrado el siglo XX, en el año 1983, se realizó una exposición en el Victoria and Albert Museum. En esa muestra, por primera vez fueron reunidas y expuestas al público todas las miniaturas que podrían ser atribuidas a Levina Teerlinc. Este grupo incluyó cinco miniaturas y dos manuscritos ilustrados.
Obras de Levina:
Las obras que se atribuyen actualmente, con variable grado de certeza, a Levina son las que siguen:
Portrait of Lady Katherine Grey, circa 1555-60 (Victoria and Albert Museum, Londres)
Portrait of a Young Woman, 1566 (Victoria and Albert Museum)
Portrait of Mary Dudley, Lady Sidney, circa 1575 (Victoria and Albert Museum)
Portrait of Queen Mary I (Collection of the Duke of Buccleuch)
Portrait of a Young Woman (Collection of Her Majesty the Queen, Windsor Castle)
Portrait of Elizabeth I in State Robes (Collection of Welbeck Abbey)
piccardoandrea@gmail.com