Las piedras de Santa María del Acaray

En otro momento de la conversación con el padre Rafael Carbonell S.J. y el arquitecto Norberto Levinton, se planteó el problema del turismo y de los circuitos culturales.

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- Cada vez que se habla de circuitos turísticos o de la necesidad de fomentar el turismo en la zona que se encuentran importantes monumentos, se me ponen los pelos de punta porque lo primero que veo es una legión de gente con cámaras fotográficas depredando todo lo que encuentran a su paso. Fíjese nada más en los graffitis que gente inescrupulosa pintó en las paredes de Jesús.

- Pues yo no pienso que el tema deba ser causa de alguna alarma - dijo el padre Carbonell-. Aquí hay cosas muy importantes que no podemos obviar. Por ejemplo, si relacionamos Jesús con sus orígenes, nos debemos remontar a una de las reducciones más antiguas y más bellas que tuvo el Paraguay. Se trata de Santa María del Acaray.


- ¿Por dónde quedaba esa reducción?


- Un amigo mío, Ignacio Smith fue contratado para asesorar a la Itaipú Binacional y además una especialista argentina. Un día, les piden a estos técnicos que vengan a Asunción y ver aquí las piedras que encontraron al lado mismo de la planta de distribución de energía eléctrica del Acaray. Cuando vieron esas piedras que estaban acumuladas en un depósito dijeron que debían ser piedras de una reducción de antes de 1.630. Hoy día estas piedras están desaparecidas. Quién sabe abajo de qué edificio estarán hoy día sirviendo de cimiento. En el Acaray he visto el piso de una iglesia y ella tuvo que haber pertenecido a un sitio de alto valor histórico. Primero: ese debió haber sido el sitio donde se estableció la conexión de todas las reducciones del Paraná con las reducciones del Guairá. Aquí se abre una nueva ruta y se encuentran los dos grandes misioneros que son Antonio Ruy de Montoya, en el Guairá, y Roque González de Santacruz que era de los pueblos del Paraná. No se ha ubicado, hasta el momento, ninguna otra reducción en las cercanías de Itaipú. Esta sí fue perfectamente ubicada. Creo que todavía sería posible, cuando se atraviesa del lado del Brasil, acercarse y ver cómo está.


- ¿Y nuestra energía eléctrica, padre?

- No hay por qué preocuparse. Es posible respetar perfectamente la distribución de la energía eléctrica y respetar el sitio arqueológico. Ahora bien, las piedras que quedaban del piso de la iglesia fueron destruidas por un tractor al que le habían encargado cortar la hierba. Pero por qué un tractor, cuando muy bien podría haberse hecho el trabajo con un machete.


- ¿Qué fue lo que usted llegó a ver allí?

- Pues se veía el piso de la iglesia, había detalles de madera y partes hechas en piedra. Pero lastimosamente esas piedras fueron removidas y hoy nadie sabe dónde están.


- ¿Cuál es la respuesta, entonces?

- Pues Paraguay puede ofrecer algo que no puede ofrecer Brasil: el recuerdo de la reducción que permitía enlazar las reducciones del Guairá con las del Paraná, además del recuerdo de un santo que pisó esa tierra y que se proyectó más tarde a todas las reducciones. Creo que el santo (Roque González de Santacruz) merece este recuerdo.
En aquel entonces escribí una carta proponiendo abrir una ruta turística que todavía se puede habilitar. Pero nunca he recibido respuesta alguna. También poseo fotografías de aquellas piedras.


- ¿A quién envió esa carta, padre?

- La carta se la envié al ingeniero (Enzo) Debernardi. No sé si le habrá llegado o no. Otra carta la envié a las autoridades culturales, tratando de saber si aquella persona que trabajó en el lugar y que tiene que saber el destino que corrieron esas piedras, vive todavía, porque es la única que nos puede conducir a encontrarlas. Fíjese que esto podría ayudarnos a cerrar el círculo mariano a través de los pueblos de Paraguay: Natividad de la Virgen, Encarnación y Asunción.


- ¿El próximo trabajo cuál es?

- Nos han pedido un informe histórico-arquitectónico de la reducción de Jesús. Tenemos que precisar el plan si bien, anteriormente, ya habíamos procesado mucho material. Pero ahora hay un ambiente acogedor para este tema de la investigación. Lo que decía el arquitecto Levinton es verdad. Muchas veces queremos acelerar alguna restauración sin tener todavía la información histórica necesaria. Y hay archivos que nos pueden dar datos para hacer una reconstrucción como las ya se han hecho.
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