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Parafraseando a Dominik –el protagonista de este film polaco–, que dice algo así como: «Demasiadas veces el arte utilizó máscaras para desenmascarar la falsedad y la hipocresía...», y luego agrega: «...para esto se ha valido de bufones y de locos», es que el tío me propuso ver esta peli para hablar de lo’ suicida’.
–¿Vos sabés que en Paraguay ocurren 1,03 suicidios por día al año?
–No va a ser…
–Estadísticas del año 2015 del Ministerio de Salud.
–No es joda, che.
–¿Y vos por qué decís que sucede esto tío? ¿Mucha gente deprimida? ¿Muchas personas tristes?
–Mirá, para el franchute ese, hablo del tal Emile Durkeim, uno de los papás de la sociología ñandeko, el individuo, la persona, el sujeto nunca es el responsable, sino que más bien el suicidio obedece a causas sociales que se inscriben en la psiquis de la persona…
–E’a, eso sí que no entiendo. ¿Acaso no es un hecho íntimamente personal?
–Y no tanto…
–¿Cómo gua’u que «no tanto»?
–Para Durkheim existen fuerzas sociales que instalan en las personas ese último impulso de colgarse de una viga, de apretar un gatillo, de tomar una sobredosis o de tirarse de una azotea.
–Aaaah, ahora voy entendiendo.
–Él distingue tres tipos de suicidio.
–Aijuepete, ¿tres luego? ¿Cuáles?
–Egoísta, religioso y anómico.
–¿Anómico? ¡Qué piko es eso, che Dio!
–Anómico quiere decir ausente de normas, sin normas, y se refiere a los suicidios producidos por la irritación y el disgusto que sufren las personas a raíz de las múltiples decepciones de la existencia, disgusto que es resultado de que el individuo, la invidua, cobre de pronto conciencia de la desproporción de las aspiraciones instaladas en su cabeza y las ínfimas satisfacciones que obtiene en su día a día…
–Aaaah… ahora sí voy entendiendo…
–Durkheim es un obsesionado con la crisis de la sociedad moderna, que –dice él– se define por la desintegración social y la debilidad de los vínculos que relacionan al individuo con el grupo.
–Asé mesmo ningo es, tío.
–En nuestras sociedades –siempre según él–, la existencia social ya no está regulada por la costumbre, sino por la competencia entre todxs lxs individuxs que rivalizan permanentemente unxs con otrxs, esperando mucho de la existencia y exigiéndole a esta demasiado, por lo que están acechados perpetuamente por el sufrimiento que se origina por la desproporción entre sus aspiraciones y las satisfacciones que le brinda la sociedad.
–Angustia, ¿no?
–Eso. Un ejemplo característico de este tipo de suicidio son los de los choferes de metro de los súper trenes orientales, que están en todo momento de sus vidas apresurados por llegar puntuales a la siguiente estación; cuentan que cuentan que más de uno se suicidó por haber llegado uno o dos minutos tarde a una parada.
–Escuché de esos casos…
–Esta atmósfera de deseos desmedidos y escasas satisfacciones es lo que propicia el desarrollo de «corrientes suicidógenas» en lo que él llama «suicidio anómico».
–Ciertoite ningo upéa…
–En esta peli polaca lo que pega es que, además de incluir logradas imágenes de animación, transmite un mensaje complejo que incluye Tics (1), fármacos, adolescencia y homosexualidad.
–Recomendable para aquellas personas que alguna vez han andado ese camino desconocido por la mayoría de la sociedad y que han vivido para contarlo.
–Asé mesmo, sobrino... bueno, te voy dejando, no te olvides de poner que está disponible en Youtube.
–Dale. Chaucitas, tío. Cierro y te alcanzo abajo.
Ficha Técnica
Título original: Sala Samobójców
Año: 2011
Duración: 110 min.
País: Polonia
Dirección: Jan Komasa
Guión: Jan Komasa
Fotografía: Radoslaw Ladczuk
Reparto: Jakub Gierszal, Roma Gasiorowska, Krzysztof Pieczynski, Agata Kulesza.
Notas
(1) Tics: Nuevas tecnologías de la información y la comunicación.
PD: En memoria de Gabriela Fleitas, que en paz descanse.
miguelmendezpereira1975@gmail.com