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Proponía la creación de una escuela central o seminario en Asunción, a la cual concurrirían los muchachos mejor dotados de las diversas reducciones indígenas, para retornar luego a sus pueblos a constituirse, a su vez, en maestros de sus conterráneos. Para estimular la integración de estos indios a la vida provincial, consideraba útil su coeducación en dicha escuela con los hijos de los criollos españoles.
Pese a su gobierno de una década, Ribera no pudo realizar su proyecto. Subsistió siempre una escuela de primeras letras en la capital y preceptor de la misma fue designado en 1802 José Gabriel Téllez, que conservó el empleo por un lapso de más de cuarenta años. El referido gobernador dejó impreso un "Catecismo", en el que desarrollaba la defensa de la monarquía absoluta, para uso de los escolares.
Su sucesor en el mando, Bernardo de Velasco y Huidobro, suprimió las pagas de los maestros de escuela del interior y confió su cometido a los Tenientes Curas de las diversas parroquias rurales. Tal medida resultó contraproducente, pues los mencionados sacerdotes, abrumados de trabajo como se hallaban, no podían dedicar la necesaria atención a sus nuevas obligaciones.
La reforma radical de la instrucción pública, su liberalización y modernización, la comenzó a llevar a la práctica en 1812 la Junta Superior Gubernativa, integrada entonces por Fulgencio Yegros, Pedro Juan Caballero y Fernando de la Mora.
Rafael Eladio Velázquez, Breve historia de la cultura en el Paraguay, Centro de Publicaciones de la Universidad Católica, Asunción, 1985.
Pese a su gobierno de una década, Ribera no pudo realizar su proyecto. Subsistió siempre una escuela de primeras letras en la capital y preceptor de la misma fue designado en 1802 José Gabriel Téllez, que conservó el empleo por un lapso de más de cuarenta años. El referido gobernador dejó impreso un "Catecismo", en el que desarrollaba la defensa de la monarquía absoluta, para uso de los escolares.
Su sucesor en el mando, Bernardo de Velasco y Huidobro, suprimió las pagas de los maestros de escuela del interior y confió su cometido a los Tenientes Curas de las diversas parroquias rurales. Tal medida resultó contraproducente, pues los mencionados sacerdotes, abrumados de trabajo como se hallaban, no podían dedicar la necesaria atención a sus nuevas obligaciones.
La reforma radical de la instrucción pública, su liberalización y modernización, la comenzó a llevar a la práctica en 1812 la Junta Superior Gubernativa, integrada entonces por Fulgencio Yegros, Pedro Juan Caballero y Fernando de la Mora.
Rafael Eladio Velázquez, Breve historia de la cultura en el Paraguay, Centro de Publicaciones de la Universidad Católica, Asunción, 1985.