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Aunque en 1965 salió el disco El tango, poemas de Jorge Luis Borges musicalizados por Piazzolla, parece que no se llevaban muy bien. En Borges (Barcelona, Destino, 2006) cuenta Adolfo Bioy Casares que el escritor le había puesto al músico el apodo de «Astor Pianola». Todo pretexto vale para ceder el espacio a Jacinto Chiclana:
Me acuerdo, fue en Balvanera,
en una noche lejana,
que alguien dejó caer el nombre
de un tal Jacinto Chiclana.
***
Algo se dijo también
de una esquina y un cuchillo.
Los años no dejan ver
el entrevero y el brillo.
***
¡Quién sabe por qué razón
me anda buscando ese nombre!
Me gustaría saber
cómo habrá sido aquel hombre.
***
Alto lo veo y cabal,
con el alma comedida;
capaz de no alzar la voz
y de jugarse la vida.
***
Nadie con paso más firme
habrá pisado la tierra.
Nadie habrá habido como él
en el amor y en la guerra.
***
Sobre la huerta y el patio,
las torres de Balvanera,
y aquella muerte casual
en una esquina cualquiera.
***
Sólo Dios puede saber
la laya fiel de aquel hombre.
Señores, yo estoy cantando
lo que se cifra en el nombre.
***
Siempre el coraje es mejor.
Nunca la esperanza es vana.
Vaya, pues, esta milonga
para Jacinto Chiclana.
Jorge Luis Borges
(Musicalizado por Ástor Piazzolla)