Imágenes insurgentes

La historiadora Ana Barreto Valinotti comenta el álbum gráfico Imágenes Insurgentes. La Guerra Civil de 1947, con fotografías que recuperan aspectos desconocidos de la guerra que asoló al país hace 70 años y con análisis de Carlos Gómez Florentín, Carlos Pérez Cáceres y Hérib Caballero Campos.

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Este 2017 se cumplieron setenta años del que con seguridad fue el mayor conflicto armado entre paraguayos del siglo XX, y cuando historiadores y lectores pensábamos que sería otro año sin recuerdos, debate ni memoria, la editorial Servilibro nos ha sorprendido con una propuesta inusual: un libro de historia donde el texto se nos presenta haciendo un saludo reverencial de entrada hacia la narración de la protagonista: la imagen.

Historia e imágenes 

Hay una contradicción, extraña por cierto, que manifestamos una gran parte de los historiadores. Por un lado, es innegable que con la fotografía (y posteriormente con el cine) el siglo XX inició su recorrido apoyado en un discurso visual legitimado por los avances que representaba la tecnología; sin embargo, por el otro, esas mismas imágenes nos han servido –hasta hace muy poco– como un apoyo, una prueba de la narración textual de la historia. Dicho de otra manera, estamos acostumbrados a usar las imágenes, que terminan apuntalando lo que decimos, lo que sostenemos, lo que construimos.

Buscamos en un amplio catálogo, revisamos acervos, escogemos. ¿Sometemos a juicio crítico las imágenes? ¿Pueden estas hablar o narrar por sí solas un hecho histórico? ¿Tiene la fotografía la misma importancia que asignamos a una carta, a un compendio de documentos? ¿Qué campo está trabajando actualmente la historia como una tendencia? 

Una historia insurgente 

Sabemos que en un álbum de fotografías, como muchos que son referentes en la historia paraguaya, especialmente los publicados con motivo del centenario de la independencia, entre 1911 y 1913, las imágenes tienen un poder interpretativo y manipulador, sin ignorar que fueron tomadas, seleccionadas y publicadas bajo las propias motivaciones personales, políticas, económicas e históricas de sus editores. Y todo ello sin olvidarnos del valor que la sociedad termina por asignarles. Este álbum es diferente por eso.

Las imágenes que componen el discurso narrativo histórico fueron seleccionadas en distintos acervos, que van desde los oficiales y públicos, como los periódicos y revistas de la hemeroteca de la Biblioteca Nacional, los Archivos del Departamento de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, el Archivo Histórico del Ministerio de Defensa y del Ministerio de Relaciones Exteriores, hasta colecciones privadas y un también rico en imágenes por fuera del estronismo Archivo del Terror.

Cada capítulo empieza con un texto claro, breve, pero firme. El primero está dedicado al gobierno del general Morínigo, entre 1942 y 1946, y, sin ningún resquicio a la ambigüedad, el título está marcado por la palabra Dictadura. Pasamos la hoja del texto y la doble imagen trae consigo un enorme pasacalle a favor de la disolución del Partido Liberal: «¡Liberales (…) miserables parias!» Conforme vamos avanzando, la mirada se detiene en las improvisadas tarimas callejeras del Partido Comunista, en las mujeres que comercializaban sus productos en el mercado, en la imponente construcción del Banco Central (hoy Banco Nacional de Fomento), en un relajado y sonriente Morínigo, y en el mismo, adusto y serio, ante el Congreso de los Estados Unidos.

El segundo está dedicado a la Primavera Democrática y, quizás como un guiño de los autores a la primavera que, en términos políticos, significaron esos años para la participación de las mujeres en la vida pública, la doble fotografía son ellas, con cartera, zapatos y vestido, portando un gran estandarte a la entrada del puerto de Asunción con las siglas F. F. F. La siguen mítines políticos (¡eran tantos!), que congregaban asistentes de todas las edades, bajo todas las banderas políticas en un sinnúmero de espacios públicos. ¡Cuántas mujeres! ¡Y cuántos niños acompañando a sus padres! 

El tercero está dedicado al 47. Y de entre todos los nombres que cabe dar a ese tiempo histórico, en cuatro párrafos resulta claro por qué es una Guerra Civil. La imagen doble es un muelle improvisado de revolucionarios en el norte. La forma en que fue tomada, lo grueso de los abrigos, las facciones, la actitud corporal ante el conflicto parecen hacernos entender la magnitud de los hechos que los fríos números y la descripción de la estrategia guerrera narran. Es el capítulo de los combatientes, de un lado y del otro, interactuando con el espacio y confraternizando con la población civil, urbana y campesina.

Los dos últimos capítulos son el fin. O son el inicio. Es la entrada triunfal y es el exilio. Es Natalicio González y los colorados democráticos presos y perseguidos. Son las solicitudes de asilo, las fotografías y el informe en fichas policiales. Son las fotografías con uniforme de gala y de campaña de los protagonistas. Son los manifiestos de la resistencia y son las invitaciones a los bailes populares.

Los autores 

Carlos Gómez Florentín, Carlos Pérez Cáceres y Hérib Caballero Campos están trabajando desde hace un buen tiempo –en sus distintas disciplinas– sobre política y sociedad en el Paraguay de la primera mitad del siglo XX. Desde el periodismo, Pérez Cáceres ha hecho aportes en historia, memoria y derechos humanos de los años 40, la crisis anterior al 47 y de qué manera se forjó el camino que llevó a la larga dictadura del general Alfredo Stroessner. Desde el quehacer histórico, Hérib Caballero Campos no solo ha dirigido al menos dos colecciones de libros dedicados a los enfrentamientos armados –revoluciones, guerras civiles, cuartelazos y asonadas– en la historia del Paraguay con énfasis en el período de los gobiernos militares, sino que también ha desarrollado un interés historiográfico en la construcción discursiva histórica del pasado en esas mismas circunstancias. En esa misma línea, el también historiador y politólogo Carlos Gómez Florentín ha vinculado política internacional y desarrollo económico en el Paraguay de fines de la década de 1930 y casi toda la década de 1940; ni la guerra civil del 47 ni las biografías de sus protagonistas han estado ausentes tampoco en su producción.

Es la riqueza de este libro/álbum concebido desde miradas a diferentes lugares –la política internacional, la política interna y partidaria, la resistencia ciudadana manifestada en panfletos e imprentas clandestinas, la detención y fichaje de personas, el proceso económico ante la crisis, la acción propagandística, entre otros– que, traducidas en imágenes y reconstruidas a tres manos, comparten como característica resaltante el conocimiento y en enfoque respetuoso y objetivo de un doloroso momento histórico que, a la par de servir de cimiento a Paraguay ante la modernidad, terminaría por perseguir y expulsar y por instalar la violencia y el miedo como ejercicio de praxis política.

Carlos Gómez Florentín, Carlos Pérez Cáceres y Hérib Caballero Campos: 

Imágenes Insurgentes. La Guerra Civil de 1947 

Asunción, Servilibro, 2017 

135 pp.

calle_ultima@hotmail.com

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