Honrar la memoria: el Museo Judío del Paraguay

El viernes 27 de enero, fecha designada por la Asamblea General de las Naciones Unidas como Día Internacional de Conmemoración Anual en Memoria de las víctimas del Holocausto, el Museo Judío del Paraguay «Doctor Walter Kochmann» abrió sus puertas a una serie de visitas guiadas y actos conmemorativos.

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«En mi corazón no hay odio

En mi mente no hay venganza

Pero no podría ser quien soy...

sin recordarte».

La motivación de los museos y centros culturales que honran la memoria de las víctimas del Holocausto es no olvidar, y las cuatro primeras líneas con las que se inicia esta nota hablan a las claras de dicha motivación.

El Museo del Holocausto Yad Vashem, en Jerusalén, es quizás el más completo para sentir, analizar e interiorizarse del sufrimiento padecido por millones de seres humanos en los campos de exterminio durante la Segunda Guerra Mundial.

En coincidencia con la fecha de la llegada del Ejército Rojo de la Unión Soviética al campo de concentración de Auschwitz-Birkenau en Polonia, en el año 1945, el Museo Judío del Paraguay puso a disposición de los interesados sus renovadas salas y un auditorio para emisión de materiales audiovisuales el 27 de enero pasado.

Este museo, que funciona desde noviembre de 2013, fue creado por iniciativa del historiador y periodista paraguayo Alfredo Seiferheld y del doctor Walter Kochmann, también paraguayo, descendientes ambos de ciudadanos judíos que lograron sobrevivir a la barbarie y llegaron a Paraguay en la zona del Guairá.

El recorrido consta de tres salas temáticas; previamente, un material audiovisual de corta duración pero cargado de emotividad da la bienvenida al visitante y lo prepara para lo que va a observar en el museo.

En la primera de las tres salas que componen el renovado centro cultural se exponen materiales que ofrecen un vasto panorama informativo referente a la cultura y la historia hebreas, estrechamente ligadas a la religión. En ella el visitante conoce vestimentas tradicionales tanto de mujeres como de hombres; se explica allí con lujo de detalles cada festividad, sus motivos y la manera de celebrarla, así como la simbología judía y sus significados, siempre vinculados con hechos tanto históricos como bíblicos.

El visitante podrá encontrar en los cuadros colgados en las paredes nombres como el de Nabucodonosor II, rey de Persia, o el de Antíoco, rey de Grecia, junto a otros más populares, como los de Oskar Schindler o Ana Frank, cuyas historias forman parte de la literatura y el cine actuales.

Recorriendo la primera sala, también es posible comprender el significado de las celebraciones judías, como el Shabat, Janucá, el Pésaj, Yom Kippur, Rosh Hashaná, o conocer la historia y el simbolismo de objetos tanto de uso frecuente como ritual; por ejemplo, el kipá o el talit, así como el menorá, símbolo por excelencia del judaísmo, un candelabro de siete brazos, pero que en una festividad específica (Janucá) se transforma en uno de nueve.

La segunda sala, dedicada a la Shoah (Holocausto, en hebreo), da una perspectiva visual de los horrores cometidos por el régimen nazi en los campos de concentración. Una galería de imágenes «decora» las paredes pintadas con el lúgubre color que le da nombre y que ambienta adecuadamente el tema.

A los cuadros con fotografías de prisioneros de los diversos campos de concentración les siguen otros con los nombres de estos lugares de muerte y la cantidad de víctimas que se estima dejaron sus vidas en ellos durante esta oscura etapa de la historia de la humanidad.

En los rincones se han colocado unos muñecos, acostados unos, sentados otros, vestidos con el ya tristemente conocido «pijama a rayas», y en el centro de la sala, llevándose toda la atención, solitario en una caja de cristal e iluminado por un tenue rayo de luz desde el techo, flota un pedazo de tela recortado con la forma de una Estrella de David en color amarillo pálido y con la inscripción «Jude» (judío, en alemán) en medio.

Es la etiqueta que utilizaban los nazis para marcar a los ciudadanos de origen judío antes de su traslado a lugares como Auschtwitz-Birkenau, Treblinka, Ravensbrück, Mauthausen y otros campos de concentración.

En el futuro, las autoridades del Museo Judío del Paraguay esperan que esta colección crezca para desarrollar este centro cultural como centro de estudios del Holocausto, un hecho que debe ser conocido en toda su amplitud para que no se repita nunca más.

La última sala realiza un recuento de la historia de trece familias alemanas de origen judío que llegaron a Paraguay huyendo de la atroz conflagración desatada en Europa.

Estas familias se instalaron en el departamento del Guairá, y sus nombres, apellidos, rostros y aportes en diferentes áreas culturales y científicas a la sociedad paraguaya, así como también la interesante participación de sus descendientes, pueden ser conocidos completando el recorrido por esta sala.

En antiguas fotografías podemos ver a miembros de la Asociación de Damas Israelitas o del Centro Juventud, sumados a una imagen del mariscal José Félix Estigarribia, que posa con ellos, formando parte de una rica colección gráfica.

El Museo Judío del Paraguay cuenta con una biblioteca donde se pueden consultar temas relacionados con el Holocausto pero también con la historia, la cultura, la religión y la actualidad de Israel.

Es posible visitar este centro cultural tanto integrando una excursión académica como de manera individual. El horario de visitas es de lunes a jueves de 08:00 a 16:00, y los viernes de 08:00 a 12:00. Un domingo al mes, elegido al azar por las autoridades del museo, este se abre al público. Para conocer más, quienes quieran visitarlo pueden informarse en la página de Facebook del Museo Judío del Paraguay.

Para concretar las visitas es necesario ponerse en contacto, llamando al 021 233 282 o al 0984 878 899, con Romina Burgos Mancini, quien ha colaborado gentilmente con estos datos que ponemos a disposición de los interesados. Cabe recordar que el ingreso al Museo Judío del Paraguay es gratuito.

El Museo Judío del Paraguay «Doctor Walter Kochmann», en Eligio Ayala 1530 casi Perú, ofrece al visitante un panorama del complejo universo de la cultura hebrea, del Holocausto y de la presencia judía en Paraguay. Además del auditorio y la biblioteca, consta de tres salas: la Sala Roja, dedicada a las tradiciones y la cultura hebreas; la Sala Negra, dedicada al exterminio durante la Segunda Guerra Mundial; y la Sala Azul, dedicada a la historia de la migración judía a Paraguay. Fue creado por iniciativa del doctor Walter Kochmann (1939-2006) –nacido en la colonia guaireña de Carlos Pfannl, hijo de judíos alemanes que emigraron a Paraguay– y de su amigo el historiador y periodista Alfredo Seiferheld (1950-1988).

juan.dossantos@abc.com.py

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