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El único escape para su agobiado cuerpo es la bebida alcohólica, por la que debe pagar el dinero que mucho resta a su sueldo de esclavo. Clara se convierte en su compañera inseparable. Su sumisión y el hijo que lleva en sus entrañas no son impedimento suficiente para que un día él decida regresar a Asunción. En la ciudad lo aguarda Margot, la mujer que ama.
Eusebio intenta cruzar mercadería de contrabando en una lancha, con el fin de juntar el dinero necesario para su partida. Su destino está jugado: el nuevo comandante argentino de la casa del Resguardo inicia un tiroteo contra su embarcación. Clara, sacando fuerzas de su amor, va en busca de su hombre herido, en un bote. Un sentimiento de redención y gratitud, que amanece en el alma de Eusebio, cierra la página final del libro.
Los confinados del Alto Paraná
Con esta novela, que es publicada cuando aparece La Babosa, de Gabriel Casaccia, se inicia un nuevo período en la novelística. José María Rivarola Matto conoce a fondo el arte de ir ensamblando situaciones, de tal manera que el lector se siente inmediatamente atraído por la lectura de Follaje en los ojos.
Sus personajes encarnan el estoicismo y el sufrimiento de una raza donde la ley del más fuerte, del más taimado, rige el destino de los seres humanos que sobreviven en el Alto Paraná. Su pluma profesional sabe pintar un estilo de vida: el puntear del chopí nativo, la lámpara, los mosquitos, la caña, el boliche donde los hombres se embrutecen bebiendo, y las mujeres, perfil de una raza, que entregan su cuerpo con docilidad al requerimiento del sexo masculino.
En posteriores páginas el escritor muestra la sórdida existencia de quienes luchan por sobrevivir, tumbando árboles día tras día. Si Gabriel Casaccia nos acerca a los típicos personajes pueblerinos de su recordada Areguá, José María Rivarola Matto nos abre el corazón a la fuerza del amor que intenta sobreponerse a la vida salvaje de los confinados del Alto Paraná.