"Escritos Paraguayos" de Raúl Amaral

Escritos Paraguayos 1 (Introducción a la cultura nacional), es el nombre del libro recientemente publicado por el crítico, poeta e investigador de la historia paraguaya, don Raúl Amaral. Generalmente los libros de los historiadores se dividen en opiniones cuando se refieren a las figuras del doctor Gaspar Rodríguez de Francia y del mariscal Francisco Solano López.

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Tomar partido es casi una costumbre ya, en ese aspecto, salvo algunas excepciones, como Amaral, quien se ciñe a lo estrictamente histórico. Sus apuntes son una formidable sucesión de investigaciones exhaustivas sobre las circunstancias históricas y los hombres públicos de nuestro país.

El doctor Francia

Don Raúl Amaral profundiza en la figura del Dr. Francia, a quien el autor no tilda de tirano como otros historiadores, o como comúnmente se lo menciona, exponiendo las evidentes diferencias entre el dictador y los tiranos vulgares:

1- No usurpará el poder.

2- No se valdrá de golpes de Estado para cimentarlo.

3- Carecerá de camarillas que favorezcan su acción o que, en el reverso, le impidan ver la realidad en toda su crudeza.

4- No tendrá a su servicio pendolistas untuosos, y a los que llegarán de afuera sólo les dirá lo que a su país le convenga, a riesgo de que no pocos de ellos se dediquen a distorsionar su pensamiento.

Reflexiona el autor de Escritos Paraguayos sobre la difícil época que le ha tocado vivir al Paraguay, asediado por el tirano porteño don Juan Manuel de Rosas, que pretendía convertirlo en una provincia de la Argentina.


El mariscal Francisco Solano López

La pluma de Amaral enfoca también los aspectos fundamentales del gobierno de don Carlos Antonio López, que se ha mostrado -dice- interesado en la cultura del país.

“Esa labor cultural de don Carlos Antonio López estaba centrada en la idea de un destino con grandeza, o sea la retoma étnico-cultural del Paraguay americano”, escribe.

Cuando le toca el turno a echar su mirada observadora sobre el Mariscal Francisco Solano López, Amaral dice que él es por derecho propio, el iniciador de un romanticismo nativo que se bifurca con el largo despegue del posromanticismo americano. Explica el sentido de la guerra contra la Triple Alianza como una acción romántica desde el instante mismo de solidarizarse con el Uruguay. Pero es una acción romántica en la que caben el amor, el dolor, la muerte; la sangre, las lágrimas y así mismo la gloria.

Su crónica “El Mariscal de pie” comienza de la siguiente manera: Francisco Solano López se hace cargo del gobierno, mediante el voto del Congreso, el 16 de octubre, o sea a un mes y seis días de la muerte de su padre. El ambiente en que se había iniciado el romanticismo tendrá en adelante, pocos momentos de paz para desarrollarse. Salvo en 1863, todo el resto del tiempo se le ve al joven mandatario de 36 años en la guerra declarada al Imperio del Brasil y luego en los preparativos contra la Triple Alianza. En ambas circunstancias participaron los integrantes del primer grupo romántico -que él mismo encabezaba- muchos de los cuales se vieron envueltos en esos acontecimientos.


El novecentismo

Amaral dice que Juansilvano Godoi (1846-1926) es el último romántico de las letras paraguayas. Después profundiza sus investigaciones en la llamada generación novecentista, o el novecentismo. Hace referencia al estilo de un novecentista, Manuel Domínguez, de quien dice que “tocado del influjo que ejerciera en grado sumo la literatura francesa, amaba la frase breve, el giro preciso, la adjetivación oportuna y, por sobre todo, las ideas que contuvieran un halo de aristocracia espiritual, obtenido en la prolongada frecuentación de Renan, a quien declara su maestro”. De Manuel Gondra (1870-1940), otro novecentista, recuerda su figura depurada en las adversidades de antaño. Lo considera guía de la última década del siglo y comienzos de 1900.

Estudia además a Fulgencio R. Moreno, mencionando que era lector de filosofía, y que en cierta etapa de la investigación bibliográfica se le colgó el sambenito (sin argumentos) de “marxista”. De Alejandro Guanes, el autor de la celebrada “Las leyendas”, dice que es un novecentista nato. Igual opinión tiene sobre esta gran figura el escritor, investigador y crítico literario Hugo Rodríguez-Alcalá.

Blas Garay es otro novecentista cuya existencia duró sólo veintiséis años. Su actuación pública, sin embargo, fue agitada.

“Es verdad que con Blas Garay se acentúa el sentido nacional de la historia, que alentó en sus días juveniles Cecilio Báez y que más tarde abandonara”, escribe Raúl Amaral.

En el estudio de Juan E. O'Leary, que tiene una apretada síntesis en un trabajo con fecha de junio de 1969, escribe estas palabras: “El revisionismo rioplatense, venido para justificar a otras figuras, por la pluma precursora de Adolfo Saldías y Ernesto Quesada, tenía desde ya un brioso aliado, cuya fuente nacional había sido, precisamente, el llorado Garay. La historia se llama, a partir de esa época (1902), epopeya, y la corriente que habrá de resumirla será denominada lopizmo. La poesía y la prosa emocional de O'Leary marchan a partir de ese momento, por el mismo camino”.

Amaral opina que Eligio Ayala estuvo marcado por un simbolismo trágico, que es el de su misma generación. “El novencentismo paraguayo se inicia con los balazos que segaron la existencia de Blas Garay y se cierra, tres décadas más tarde, con los que terminaron con Eligio Ayala”, escribe.


El modernismo poético

En octubre de 1907, se consigue reunir a los representantes del novecentismo. Aparece después la revista Crónica, que simboliza la continuidad del modernismo literario en el Paraguay, en su tercer tramo. Ignacio A. Pane y Juan E. O'Leary, dos de los líderes del novecentismo, colaboran para la revista con cierta asiduidad. Dice Raúl Amaral que “puede considerarse a Crónica como a una de las manifestaciones más evidentes del influjo rioplatense”.

Eloy Fariña Núñez, nacido en la villa de Humaitá, el 2 de junio de 1885, está estrechamente vinculado al modernismo poético. Después hace su aparición Manuel Ortiz Guerrero. Raúl Amaral señala que “Rubén Darío es el maestro inolvidable de toda la obra, tanto es así que alguna vez escribe ‘al modo de Rubén’ y en otra le dedica un poema, incorporado a Arenillas de mi tierra”.


Los dos ateneos

Importantes páginas del libro son dedicadas a los dos Ateneos. Sobre este punto es preciso mencionar que la historia del primer Ateneo Paraguayo comienza el 28 de julio de 1883 y se extingue, sin fecha precisa, en 1889. “Cuarenta y cinco años más tarde, se funda otro Ateneo (que para comodidad del lector pasará a denominarse Ateneo II). Ocurre esto a principios de 1934 como culminación de las gestiones que se venían realizando para confundir en una sola dos entidades que se hallaban en manifiesta decadencia: el Instituto Paraguayo, iniciado en 1895, y el Gimnasio Paraguayo, en 1913”.

Amaral aporta también observaciones elementales sobre las hermanas Adela y Celsa Speratti, y la gran figura del coronel Albino Jara; a su trabajo se suman los temas histórico-literarios, que tienen mucho valor.

Breve reseña de Raul Amaral

Profesor, ensayista, crítico literario, poeta y periodista. Nacido en la localidad de Veinticinco de Mayo, provincia de Buenas Aires, Argentina, el 5 de diciembre de 1918. Llegó al Paraguay el 7 de octubre de 1952. Este prolífico y conocido escritor, ejemplar “maestro” de muchos, ha dedicado más de la mitad de su vida al Paraguay, su patria adoptiva. Como merecido homenaje a sus cuarenta años de dedicación a la educación y a la cultura paraguayas, el profesor Amaral ha sido galardonado con la ciudadanía paraguaya por resolución de la Corte Suprema de Justicia y voto unánime de sus miembros (16 de julio de 1993). Su vasta producción ensayística y creativa incluye, además de innumerables artículos (diseminados en publicaciones nacionales e internacionales varias) los siguientes títulos: El modernismo poético en el Paraguay (1982), La sien sobre Areguá (1983), Escritos Paraguayos (1984), El romanticismo paraguayo (1985, Premio Nacional de Literatura de La República, de ese año), El León y la Estrella (1986), Breviario Aregüeño de Gabriel Casaccia (1983), Los presidentes del Paraguay: crónica política (1844-1954) y Antecedentes del nacionalismo paraguayo. También El grito de Piribebuy (1995).
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