Emiliano R. Fernández, luna de melodía

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1- Emiliano R. Fernández supo escuchar, en la lengua guaraní, el habla cotidiana y hacer pasar a poema lo que encierra el habla, los significados. El habla cotidiana es la ocasión para que la poesía se haga presente. Por eso se puede entender aquello que se dice de que Emiliano se identificó con el pueblo. Pues su decir poético le fue familiar a su gente y lo hizo comprensible, así trascendió, a pesar de no pulir sus versos, como quizás ningún otro poeta popular. Emiliano escuchó el gorjeo de la lengua guaraní, ahí donde goza un ser humano, en su lengua primaria, llamada materna. De ahí la fuerza de los lazos sociales que se mantiene con los versos musicalizados de Emiliano. Por eso se musicalizaron sus versos y se cantan en voz alta.   
   
2- Su descripción sobre los acontecimientos heroicos y amorosos, tomando significantes populares y articulándolos en giros sin necesidad incluso de alisarlos, lo llevó a ocupar un lugar de representante del sentir popular. Por decir en sus versos cosas del saber popular, se mezcló en los puntos de identificaciones y reconocimientos simbólicos de la gente, lo que dejó, como saldo, que cada pueblo se reconozca en Emiliano y se inspire en él.   

3- Los versos de Emiliano hicieron resonar la lengua en cada temática poética, épica-social-amatoria-erótica. El semejante-oyente lo captó comprensible, porque el lenguaje no es solamente comunicativo, la lengua hace gozar al sujeto por eso se silba y se canta murmurando bajito también. Hay una carga libidinal en la lengua (concepto freudiano que designa gratificación-satisfacción en el hablar). Es lo que señala David A. Galeano Olivera en el prólogo del libro de Pedro Escurra Franco, El Gran Poeta del Pueblo, "Emiliano no murió… Emiliano está vivo, en la boca de mucha gente…".   
  
4- Sus versos no son rupturas de significaciones, son explicitaciones de cargas de afecto, nivel de las pasiones reivindicativas, heroicas, amatorias. Es la versión del goce–sentido que une a la gente mientras se canta. En este aspecto no sorprende, sino que empuja, anima.   

5- En el discurso común, folclórico, que corresponde a "La otra escena", como llama también Freud al inconsciente, es en donde se encuentra el goce de los sonidos de la cultura tradicional, que no son abolidos por el aprendizaje de las reglas y los usos de la lengua, es decir por la educación, subsisten desplazados. Por eso se puede decir que la transmisión es esencialmente oral, auditiva. No ayuda oponer la cultura académica, muchas veces burocrática, a la cultura del silbido folklórico.   
  
6- El folklore, como el de Emilianoré, eleva la dignidad humana, no es segregacionista, es participativo como una luna de melodía, de miel.   

7- Emiliano R. Fernández empujó a hacer oír la voz de cada sujeto sobretodo en los momentos de crisis sociales, bélicas. Es que es eso lo que se necesita hacer cuando se está frente a catástrofes, hacer al sujeto victorioso. La civilización percibe, como señaló C. Soler, que se necesita unas voces mínimas de sujeto, y voces mínimas de sujeto es coherente con el régimen de la democracia.   
 
Genaro Riera Hunter
Ágape Psicoanalítico Paraguayo
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