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1. El pietismo; y
2. El escolasticismo protestante. De ambas vertientes, sin duda la más importante y fundamental es la constituida por el fenómeno conocido como "pietismo".
Es posible afirmar que la influencia del pietismo en Kant es un hecho confirmado y evidente, 1 y sería un lugar común si no fuera por el hecho igualmente confirmado que el pietismo es un movimiento extremadamente mal comprendido, cuando no directamente ignorado.
El pietismo es un movimiento formado como reacción alanquilosamiento del escolasticismo protestante y el endurecimiento de sus categorías, todo lo cual hizo que este degenerara en mera polémica violenta, ácida e intrascendente, con una dicotomía absoluta entre la dogmática y la praxis. Especialmente, el pietismo fue una reacción ante los excesos del escolasticismo dogmático luterano, aunque su influencia permeó todo el protestantismo. El principal representante del movimiento es el luterano PHILIPP JAKOB SPENER (1635-1705), quien dio nombre al pietismo con su libro Pia Desideria (1675), a quien deben sumarse JOHANN ARNDT (1555-1621), AUGUST HERMANN FRANCKE (1663-1727) y IKOLAUS LUDWIG VON ZINZENDORF (1700-1760).
La característica principal del pietismo es la introducción dela subjetividad radical de la experiencia religiosa como criterio normativo para la eclesiología y la teología y un distanciamiento de los contenidos objetivos de la dogmática, a quienes creían responsables de la crisis espiritual de la época y la dicotomización entre ortodoxia y ortopraxis. En consecuencia, y de forma conjunta con la transformación efectuada por el deísmo y el protoliberalismo a la ortodoxia protestante, el pietismo ha favorecido la reducción del concepto de Dios a lo inmanente, minimizando todos aquellos atributos de Dios que favorecían la objetividad del hecho religioso. Siguiendo a OLSON,2 es posible identificar cuatro rasgos fundamentales del pietismo:
1. Una expresión conversional y experimental del hecho religioso, lo cual explica la subjetivización radical de la fe; 2. La tolerancia hacia la diversidad de expresiones religiosas, dentro de una aprobación tácita a las normas de la ortodoxia; 3. La insistencia en la visibilidad del carácter de la fe del creyente; y 4. La adopción de un modelo activista de vivencia religiosa. Es posible establecer la influencia ejercida por el pietismo sobre Kant basándose sólo en noticias biográficas. 3 Kant nació en el seno de una familia de fuertes creencias pietistas, que buscaban "la salud del hombre, no en las exteriores manifestaciones, sino en la edificación interior, en la interior pureza y en la piedad del espíritu." 4. Fue educado en el Collegium Fridericianum, dirigido por el clérigo Franz Albert Schultz, predicador, miembro del consistorio, profesor de teología, y de claras convicciones pietistas. Fue el mismo Schultz quien aconsejó a Kant que estudiara teología. Ya en la Universidad de Königsberg, Kant siguió estudiando bajo Schultz, quien ocupaba la cátedra de dogmática en la facultad de teología.
Fischer minimiza la influencia del pietismo en Kant con estas palabras: [...] Kant no tuvo que sufrir la influencia de los pietistas; las estrechas miras de la intransigencia pietista le fueron completamente extrañas y no pudieron introducirse en el ánimo del escolar. Lo que tiene el pietismo de malsano y contrario a la razón y lo que a los espíritus débiles suele comunicar, no hallaba en Kant simpatía alguna. Pero en un aspecto ejerció el pietismo sincero cierta influencia saludable sobre su espíritu, a saber: en la severidad moral de sus sentimientos y en la rigidez de su conciencia, cosas que siempre pedía y que él mismo practicaba. 5 Sin embargo, no es posible minimizar una influencia tan grande en Kant con sólo estas palabras. 1. Es posible indicar que la subjetividad trascendental de Kant tiene un paralelo directo con el pietismo. En efecto, el pietismo reemplaza al Dios trascendente por la experiencia de Dios del sujeto religioso que aprehende así a la divinidad. De manera análoga, es posible alegar que en vez de observar cambios en el sujeto que participa del conocer para que éste se adapte al objeto, Kant insiste en que son los objetos del conocimiento -los fenómenos- los que son afectados por el sujeto cognoscente.
2. Igualmente es posible insinuar algunos tímidos paralelos entre el primer rasgo fundamental del pietismo indicado por OLSON (la religiosidad conversional) y la evolución del pensamiento kantiano. En los ambientes permeados por el pietismo es común escuchar "testimonios" que detallan "experiencias de conversión", en donde el nuevo converso relata cómo era su vida anterior a la conversión y el evento mismo de la conversión para luego extenderse sobre las consecuencias de dicho evento. Tales casos son abundantes hasta nuestros días, en donde es posible encontrar cantantes, personalidades de la farándula, políticos, deportistas, etcétera, que son propensos a relatar sus experiencias religiosas de este modo. Como OLSON tan bien lo señalara, el énfasis en una "experiencia de conversión" no es algo accesorio al pietismo, sino que forma parte de su mismo núcleo fundamental.
De manera similar, Kant alude a una "experiencia de conversión" para justificar la transción de su pensamiento desde el racionalismo dogmático orientado más hacia CHRISTIAN WOLFF. En las propias palabras de Kant, Confieso abiertamiente que la sugerencia de David Hume fue exactamente aquello que hace muchos años atrás consiguió interrumpir mis ensoñaciones dogmáticas, y dio a mis investigaciones en el campo de la filosofía especulativa una dirección completamente nueva... [y] bien podemos esperar, mediante una continua reflexión, avanzar más que aquel hombre perspicaz, A QUIEN DEBEMOS LA PRIMER CHISPA DE LUZ. 6 3. Es posible adelantar una vinculación de la insistencia del pietismo en la práctica de la tolerancia religiosa, la renuncia a la teología polémica y la superación de barreras eclesiásticas y denominacionales en adopción de un espíritu abierto a la diversidad. Fueron los pietistas quienes acuñaron el lema "en lo esencial, unidad; en lo no esencial, libertad; y en todas las cosas, caridad". 7 Ecos de esta insistencia pietista en la superación de los antagonismos religiosos son fácilmente discernibles en La religión dentro de los límites de la mera razón, en donde Kant insiste enfáticamente en la superación de las barreras denominacionales (parte del vicio que él denomina como "clericalismo") en el Libro IV, abogando en cambio por el establecimiento del Reino de Dios en la tierra expresado en una federación mundial de naciones, en el Libro III de la misma obra y en la obra Zum ewigen Frieden (Para la paz perpetua)
4. Obviamente, el punto de contacto más comúnmente mencionado entre el pietismo y el pensamiento kantiano es la vertiente ética, en donde el pietismo aboga por una ética activa e informada por imperativos de naturaleza religiosa. En la Crítica de la razón práctica y en la Metafísica de las Costumbres Kant adopta la ética deontológica como indicio de la noumenalidad de Dios y del individuo como agentes morales dotados de libertad. La ética del pietismo -y también la del puritanismo- asume la ética del deber como fundamental, y, paradójicamente, apunta hacia la universalidad tal como Kant lo hizo con el imperativo categórico. Este breve examen nos permite afirmar más allá de toda duda que Kant fue profundamente influido por el pietismo, del cual exhibió prácticamente todos sus rasgos fundamentales. El pietismo es, indudablemente, parte del núcleo fundamental del pensamiento kantiano. Sin na buena comprensión del pietismo una intelección correcta del pensamento de Kant no será posible.
Eduardo Sánchez Gauto Filósofo y teólogo
Miembro de la Iglesia Bautista de Villa Morra
2. El escolasticismo protestante. De ambas vertientes, sin duda la más importante y fundamental es la constituida por el fenómeno conocido como "pietismo".
Es posible afirmar que la influencia del pietismo en Kant es un hecho confirmado y evidente, 1 y sería un lugar común si no fuera por el hecho igualmente confirmado que el pietismo es un movimiento extremadamente mal comprendido, cuando no directamente ignorado.
El pietismo es un movimiento formado como reacción alanquilosamiento del escolasticismo protestante y el endurecimiento de sus categorías, todo lo cual hizo que este degenerara en mera polémica violenta, ácida e intrascendente, con una dicotomía absoluta entre la dogmática y la praxis. Especialmente, el pietismo fue una reacción ante los excesos del escolasticismo dogmático luterano, aunque su influencia permeó todo el protestantismo. El principal representante del movimiento es el luterano PHILIPP JAKOB SPENER (1635-1705), quien dio nombre al pietismo con su libro Pia Desideria (1675), a quien deben sumarse JOHANN ARNDT (1555-1621), AUGUST HERMANN FRANCKE (1663-1727) y IKOLAUS LUDWIG VON ZINZENDORF (1700-1760).
La característica principal del pietismo es la introducción dela subjetividad radical de la experiencia religiosa como criterio normativo para la eclesiología y la teología y un distanciamiento de los contenidos objetivos de la dogmática, a quienes creían responsables de la crisis espiritual de la época y la dicotomización entre ortodoxia y ortopraxis. En consecuencia, y de forma conjunta con la transformación efectuada por el deísmo y el protoliberalismo a la ortodoxia protestante, el pietismo ha favorecido la reducción del concepto de Dios a lo inmanente, minimizando todos aquellos atributos de Dios que favorecían la objetividad del hecho religioso. Siguiendo a OLSON,2 es posible identificar cuatro rasgos fundamentales del pietismo:
1. Una expresión conversional y experimental del hecho religioso, lo cual explica la subjetivización radical de la fe; 2. La tolerancia hacia la diversidad de expresiones religiosas, dentro de una aprobación tácita a las normas de la ortodoxia; 3. La insistencia en la visibilidad del carácter de la fe del creyente; y 4. La adopción de un modelo activista de vivencia religiosa. Es posible establecer la influencia ejercida por el pietismo sobre Kant basándose sólo en noticias biográficas. 3 Kant nació en el seno de una familia de fuertes creencias pietistas, que buscaban "la salud del hombre, no en las exteriores manifestaciones, sino en la edificación interior, en la interior pureza y en la piedad del espíritu." 4. Fue educado en el Collegium Fridericianum, dirigido por el clérigo Franz Albert Schultz, predicador, miembro del consistorio, profesor de teología, y de claras convicciones pietistas. Fue el mismo Schultz quien aconsejó a Kant que estudiara teología. Ya en la Universidad de Königsberg, Kant siguió estudiando bajo Schultz, quien ocupaba la cátedra de dogmática en la facultad de teología.
Fischer minimiza la influencia del pietismo en Kant con estas palabras: [...] Kant no tuvo que sufrir la influencia de los pietistas; las estrechas miras de la intransigencia pietista le fueron completamente extrañas y no pudieron introducirse en el ánimo del escolar. Lo que tiene el pietismo de malsano y contrario a la razón y lo que a los espíritus débiles suele comunicar, no hallaba en Kant simpatía alguna. Pero en un aspecto ejerció el pietismo sincero cierta influencia saludable sobre su espíritu, a saber: en la severidad moral de sus sentimientos y en la rigidez de su conciencia, cosas que siempre pedía y que él mismo practicaba. 5 Sin embargo, no es posible minimizar una influencia tan grande en Kant con sólo estas palabras. 1. Es posible indicar que la subjetividad trascendental de Kant tiene un paralelo directo con el pietismo. En efecto, el pietismo reemplaza al Dios trascendente por la experiencia de Dios del sujeto religioso que aprehende así a la divinidad. De manera análoga, es posible alegar que en vez de observar cambios en el sujeto que participa del conocer para que éste se adapte al objeto, Kant insiste en que son los objetos del conocimiento -los fenómenos- los que son afectados por el sujeto cognoscente.
2. Igualmente es posible insinuar algunos tímidos paralelos entre el primer rasgo fundamental del pietismo indicado por OLSON (la religiosidad conversional) y la evolución del pensamiento kantiano. En los ambientes permeados por el pietismo es común escuchar "testimonios" que detallan "experiencias de conversión", en donde el nuevo converso relata cómo era su vida anterior a la conversión y el evento mismo de la conversión para luego extenderse sobre las consecuencias de dicho evento. Tales casos son abundantes hasta nuestros días, en donde es posible encontrar cantantes, personalidades de la farándula, políticos, deportistas, etcétera, que son propensos a relatar sus experiencias religiosas de este modo. Como OLSON tan bien lo señalara, el énfasis en una "experiencia de conversión" no es algo accesorio al pietismo, sino que forma parte de su mismo núcleo fundamental.
De manera similar, Kant alude a una "experiencia de conversión" para justificar la transción de su pensamiento desde el racionalismo dogmático orientado más hacia CHRISTIAN WOLFF. En las propias palabras de Kant, Confieso abiertamiente que la sugerencia de David Hume fue exactamente aquello que hace muchos años atrás consiguió interrumpir mis ensoñaciones dogmáticas, y dio a mis investigaciones en el campo de la filosofía especulativa una dirección completamente nueva... [y] bien podemos esperar, mediante una continua reflexión, avanzar más que aquel hombre perspicaz, A QUIEN DEBEMOS LA PRIMER CHISPA DE LUZ. 6 3. Es posible adelantar una vinculación de la insistencia del pietismo en la práctica de la tolerancia religiosa, la renuncia a la teología polémica y la superación de barreras eclesiásticas y denominacionales en adopción de un espíritu abierto a la diversidad. Fueron los pietistas quienes acuñaron el lema "en lo esencial, unidad; en lo no esencial, libertad; y en todas las cosas, caridad". 7 Ecos de esta insistencia pietista en la superación de los antagonismos religiosos son fácilmente discernibles en La religión dentro de los límites de la mera razón, en donde Kant insiste enfáticamente en la superación de las barreras denominacionales (parte del vicio que él denomina como "clericalismo") en el Libro IV, abogando en cambio por el establecimiento del Reino de Dios en la tierra expresado en una federación mundial de naciones, en el Libro III de la misma obra y en la obra Zum ewigen Frieden (Para la paz perpetua)
4. Obviamente, el punto de contacto más comúnmente mencionado entre el pietismo y el pensamiento kantiano es la vertiente ética, en donde el pietismo aboga por una ética activa e informada por imperativos de naturaleza religiosa. En la Crítica de la razón práctica y en la Metafísica de las Costumbres Kant adopta la ética deontológica como indicio de la noumenalidad de Dios y del individuo como agentes morales dotados de libertad. La ética del pietismo -y también la del puritanismo- asume la ética del deber como fundamental, y, paradójicamente, apunta hacia la universalidad tal como Kant lo hizo con el imperativo categórico. Este breve examen nos permite afirmar más allá de toda duda que Kant fue profundamente influido por el pietismo, del cual exhibió prácticamente todos sus rasgos fundamentales. El pietismo es, indudablemente, parte del núcleo fundamental del pensamiento kantiano. Sin na buena comprensión del pietismo una intelección correcta del pensamento de Kant no será posible.
Eduardo Sánchez Gauto Filósofo y teólogo
Miembro de la Iglesia Bautista de Villa Morra