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- El guaraní en el paraguay se encuentra en uno de sus peores momentos. Está en total crisis. Es una lengua oficial del Estado, pero el Estado no la asume, no la usa, no la defiende, ni la promueve. El Estado sigue funcionando como ente monolingüe en abierta violación de la Constitución Nacional. A 14 años de la oficialización del idioma guaraní y la declaración del estado bilingüe, el Parlamento no se ha dignado en reglamentar los artículos 140 y 77 de la CN a pesar de existir en esos mismos artículos un mandato constitucional concreto, que dice en la parte esencial Son idiomas oficiales el español y el guaraní.
La ley reglamentará la utilización de uno y otro. Y esta ley es muy necesaria para iniciar la construcción del estado bilingüe. Esa ley debe crear la Secretaría de Política Lingüística, y una academia para la lengua guaraní. Tampoco el Parlamento se preocupa por dictar las leyes en ambos idiomas oficiales del Estado y con ello cada cual viola la Constitución. El poder judicial, a su vez, no toma la iniciativa de bilingüizar los procesos judiciales. Sigue traduciendo al castellano las declaraciones que testigos y litigantes formulan en guaraní en grave perjuicio de la fidelidad. La mayoría de mis colegas no están capacitados para llevar adelante un proceso en guaraní, ni para transcribir en guaraní la declaración de un procesado o testigo. La Corte Suprema no tiene ninguna iniciativa en este sentido. Por su parte, el Poder Ejecutivo, que es el responsable del sistema educativo nacional, tiene al idioma guaraní en total descuido.
¿Cómo está planteada la enseñanza del guaraní en las escuelas actualmente?
-Dentro de un plan de educación bilingüe absolutamente inconsistente que hace agua por todos sus costados. Es un fracaso. Sirve solamente para dar pánico al estudiante y llevar a la hilaridad a los padres que miran los cuadernos de sus hijos; es decir a los padres que son hablantes. El resultado es una rápida transferencia del guaraní al castellano. El plan no es siquiera de mantenimiento del guaraní; es de sustitución y por tanto, de clara traición al idioma guaraní. El resultado está la vista, es desastroso.
¿Por qué se adopta ese sistema?
- Creo que por dos razones: por ignorancia y mala fe. Entiendo que dentro del equipo técnico del MEC existen dos tipos de personas: los que quieren hacer bien las cosas y no tienen capacidad, y los que decididamente trabajan para volver el sistema educativo al monolingüismo: estos son los castellanistas infiltrados. Contribuye también la falta de preparación de los profesores cuya formación, en su mayoría, es pésima. Falta además una definición de la política lingüística. Falta una institución que con autoridad científica resuelva los problemas internos del idioma guaraní, que son muchos. Pero, sobre todo, falta la definición del modelo de lengua; esto es, cuál dialecto del guaraní enseñar, porque el guaraní tiene siete dialectos dentro del Paraguay, veintiuno dentro del Brasil y no sé cuántos en Bolivia. Existe en nuestro país el estereotipo de que el guaraní es una lengua no dialectalizada; ni los profesores del idioma admiten la existencia de otra variedad de esta lengua; el paraguayo cree que el guaraní que habla es el único que existe en el mundo, porque nunca ha ido a hablar con los mbya ni con los pai tavytera, ni con los otros grupos indígenas que existen dentro del país.
Por eso es importante que se defina el dialecto guaraní que se debe enseñar, y yo creo que el dialecto que se debe enseñar es el guaraní paraguayo.
¿Cuál es la diferencia entre el guaraní paraguayo y el guaraní escolar? ¿Acaso no es lo mismo?
- No. Son absolutamente diferentes y la diferencia consiste en los siguientes aspectos:
1. El guaraní paraguayo es un dialecto del idioma. El guaraní escolar es un sociolecto de los mboe hára.
2. El guaraní paraguayo es un instrumento de comunicación de todo un pueblo. El guaraní escolar es un engendro que no sirve para comunicarse.
3. El guaraní paraguayo se habla mucho y se escribe poco. El guaraní escolar se escribe, pero no se habla en absoluto.
4. El guaraní paraguayo todavía tiene cierto futuro. El guaraní escolar no tiene ningún futuro.
5. El guaraní paraguayo es una lengua mezclada, porque el paraguayo es mestizo no solo de etnia, sino también de cultura; por ello, su guaraní admite una importante carga de hispanismos. Por su parte, el guaraní escolar es un sociolecto sin mezcla, que pretende ser puro, pero resulta ser artificiosamente repurificado.
6. El guaraní paraguayo es el producto natural de cinco siglos de historia de transformaciones del guaraní karió, el dialecto que fuera de los indígenas asuncenos, los que pactaron la alianza e iniciaron el mestizaje. Por su parte, el guaraní escolar es el producto de cuarenta años de errores en el enfoque lingüístico; se inició con la equivocación del Dr. Decoud Larrosa, quien creyó que se podía restaurar el guaraní paraguayo por medio de la recuperación de los arcaísmos y la creación de neologismos de gabinete; en consecuencia rechazó la carga de hispanismos que tiene nuestro guaraní. Ese error, cometido de buena fe, absolutamente humano, no fuimos capaces de corregir por falta de apertura hacia la ciencia del lenguaje, el dogmatismo y la pontificación de Decoud.
¿La Reforma Educativa en el tema del guaraní es efectiva?
- No tengo idea de lo que es la Reforma Educativa. Solo puedo decir que de haber existido es un fracaso y lo digo en base a una observación absolutamente empírica; yo mido la eficacia de la enseñanza a través del producto. En la universidad yo recibo a bachilleres supuestamente bilingües, que no saben leer ni escribir en castellano ni en guaraní. Una carta a su madre que les pido que escriban, comienzan con minúsculas; sus errores ortográficos son innumerables, no tienen idea del uso del punto y de la coma. Son analfabetos académicos.
Sobre las grafías que se utilizan, casi arbitrariamente en nuestro país, ¿ya existe acuerdo?
- El verdadero mérito de Decoud es su contribución a la consolidación del alfabeto guaraní moderno, diferente del alfabeto castellano. Sobre este punto también existe un estereotipo: la gente cree que un idioma se puede escribir con el alfabeto de otro idioma y eso es falso. No se puede escribir el guaraní con el alfabeto del castellano y este alfabeto guaraní que hoy se utiliza en el sistema educativo aprovecha todos los signos o letras del castellano que se puede utilizar, pero el corpus fonético o conjunto de fonemas del guaraní exige la adopción de letras con valores fonéticos distintos, como el caso de la /Y/ de la /J/ y la /H/ con sonido, o la eliminación de la /c/ con generalización de la /K/. Sin embargo, este alfabeto es insuficiente para escribirse con él el guaraní paraguayo, necesita de cuatro letras más: /F/, /LL/, /D/ y una letra para representar el sonido de la jota española, y que yo propongo hacerlo con /X/. También existe una letra que sería conveniente cambiarla, es la /CH/ por la /SH/.
Lastimosamente en el Congreso de Montevideo de 1950 nadie propuso esta letra. El padre Guasch propuso para el efecto la /X/, que fue rechazada por la escuela Decoud, por inapropiada.
¿Cómo la literatura puede acompañar el desarrollo del guaraní
en el Paraguay?
- La literatura es efectivamente la que a la larga va a resolver todos los problemas del guaraní, pero se necesitan de escritores que asuman el guaraní paraguayo y que escriban prosas, no poesía; la poesía no pone en ejercicio el idioma en uso y sus signos lingüísticos son arbitrarios, porque mayoritariamente son metafóricos. Los poetas pueden darse el lujo de ser puristas, pero yo no, porque soy prosista; soy cuentista y novelista, y tengo la necesidad de escribir como habla la gente; tengo el deber de ser fiel al idioma de mi pueblo. Por ello insto a los escritores jóvenes a incursionar en el mundo del cuento y la novela asumiendo el dialecto guaraní paraguayo. Repito, el guaraní escolar no tiene futuro.
¿Hay algún escritor que pueda servir de modelo?
- Solo Carlos Martínez Gamba, y si quieren otros, que lean mis obras. Nadie más. La prosa de los puristas no tiene futuro. El pueblo la despreciará.
¿Puede el guaraní ser un idioma del Mercosur y estar a la altura de los otros dos oficiales o de trabajo?
- Puede que algún día, cuando sea normalizada; cuando sea asumido en primer lugar por el Estado paraguayo como lengua oficial; cuando las leyes del Paraguay se dicten en guaraní, cuando tengamos capacidad de proveer traductores instantáneos al Mercosur; cuando el guaraní paraguayo readquiera su terminología política, de la cual ahora carece. Por el momento no tiene condiciones, salvo que simbólicamente y por respeto al Paraguay, sea declarada lengua oficial del Mercosur, porque es una de las lenguas oficiales del Paraguay, aunque la clase política paraguaya no la asuma.
¿Y cuál es la actitud de la clase política con respecto al guaraní?
- De la más absoluta desidia. Nuestra clase política puede ir al teatro del Banco Central a disfrutar de las canciones cantadas en guaraní en una velada de cuatro horas y gozar intensamente con ella, pero no es capaz de mover un dedo por el idioma. Nada hizo hasta ahora, a pesar del mandato constitucional. Son los principales responsables de lo que se ha dado en llamar el apartheid lingüístico paraguayo, de la segregación, de la marginación total del guaraníhablante.
Pero muchos de los parlamentarios son de tierra adentro.
- Sí, pero son los menos consecuentes. Nunca van a tomar la iniciativa de hacer algo por el idioma. Ganan sus bancas a través de discursos formulados en guaraní, pero en las cámaras del congreso no son capaces de utilizar.
¿No será esto fruto del complejo de inferioridad?
- Creo que sí. Los paraguayos tenemos un profundo complejo por hablar un idioma indígena, en vez de sentir orgullo. Es como consecuencia de nuestra cultura colonialista; mentalmente seguimos siendo colonia. No hemos tomado conciencia de los doscientos años de nuestra independencia. El común de la gente condena por esto a España, reino que no deja de tener culpabilidad, pero la verdad es que doscientos años son suficientes para descolonizarnos. Sin embargo, en ese lapso se ha hecho más daño al idioma y la cultura guaraní que en los 300 años anteriores. Gobiernos paraguayos fueron los que declararon la extinción de los 21 pueblos de indios, que permanecieron durante toda la colonia con cultura, idioma y gobierno exclusivamente guaraní.
¿Por qué no lee en guaraní el paraguayo?
- Porque no se le ha enseñado. Para leer y escribir el individuo debe ser enseñado. Nadie aprende por generación espontánea o mejor dicho en forma autodidacta. Sabemos que el guaraní fue prohibido en las aulas durante la mayor parte de la historia del Paraguay. Ingresó hace apenas cuarenta años y para desgracia, con el enfoque lingüístico equivocado, y en una etapa equivocada del proceso escolar. Se introdujo primeramente en la enseñanza media, cuando un idioma nuevo debe introducirse en la primera etapa, en el preescolar, si es posible.
¿Debe enseñarse inicialmente gramática a los niños? ¿Cuál debe ser el método?
- Definitivamente no. Los niños deben ser enseñados a hablar el guaraní, especialmente aquellos que no hablan en sus casas, y a mejorar el lenguaje hablado de aquellos hablantes naturales. Luego, se le debe enseñar a escribir a través de métodos lúdicos, el juego, las adivinanzas, los dichos, los cantos. La gramática es apenas un instrumento para ordenar el pensamiento del hablante, pero el destino de un idioma se juega en el habla, en el uso oral.
¿Por qué los jóvenes prácticamente desprecian el idioma?
- En primer lugar porque no le encuentran utilidad. No pueden comunicarse con el guaraní que le enseñan ni siquiera con sus padres porque es un guaraní inventado. En segundo lugar, porque existe una enorme deficiencia en materia de formación lingüística; una cultura plagada de prejuicios. Se cree por ejemplo, que el guaraní es lengua indígena, cuando en realidad, el guaraní paraguayo al menos, es un dialecto que ha dejado el mundo indígena; es una lengua nacional, de una sociedad paraguaya y latinoamericana insertada en la cultura occidental. Nunca se destaca que el pueblo paraguayo es el único pueblo de América que ha adoptado una lengua indígena, porque se ha convertido en lengua general de la nación; es la lengua mayoritaria de pueblo paraguayo y es su lengua propia. El idioma guaraní es marca del paraguayo.
¿Qué opinión tiene sobre el guaraní que hablan los sindicalistas, que es noventa por ciento castellano?
- Es el producto de la falta de alfabetización en guaraní, por una parte; y por otra, de la ausencia de la terminología política en el guaraní paraguayo actual. A ello debe sumarse el populismo de esos dirigentes; un populismo bien intencionado que consiste en el deseo de identificarse con el campesinado paraguayo a través del idioma. En suma, es lo que pueden hablar hoy, y evidentemente no es el modelo que debe seguirse.
Usted habló de la creación de la Academia de la Lengua Guaraní, ¿en qué instancia está?
- Está en nuestro proyecto de ley; en la que hemos consensuado con la Comisión Nacional de Bilingüismo a través del Viceministerio de Educación. Espero que ese proyecto llegue al Parlamento en este año y que entre en sustitución de lo presentado el año pasado por la CNB, el cual no lo contempla. La Academia es una de las más grandes necesidades del idioma y del Paraguay. El guaraní necesita de una autoridad para evitar las improvisaciones y las pretensiones de manejo arbitrario por parte de individualidades, y para resolver una inmensa cantidad de problemas puramente idiomáticos.
¿Cuál es su opinión sobre las palabras del guaraní introducidas en la última versión del Diccionario de la Real Academia Española?
- Es un derecho que tiene el castellano de admitir los guaranismos adquiridos por castellano hablantes en esta región de América. El idioma castellano se enriquece de esa forma. Pero debemos señalar que no lo hace con lealtad porque no señala el origen guaraní de esas palabras, las presenta como argentinismos que es toda una falsedad. Yo tuve la oportunidad de presentar mi protesta sobre este punto al subdirector del Instituto de Lexicografía de la Real Academia, don Rafael Rodríguez Marín, en Madrid, en su propia casa donde nos ofreció generosamente una cena a mi señora y a mí. Este amigo admitió el hecho, pero nos dijo que no tenía autoridad para realizar las correcciones. Nos explicó que la iniciativa debe partir de la Academia Paraguaya de la Lengua Castellana, y que las academias conforman una federación siendo la española un miembro más; ya no es lo que fue antes. He tenido que decirle que pongo en duda que esa iniciativa parta del Paraguay, porque me consta que para los académicos paraguayos el guaraní no existe. En suma, a mí no me enorgullece que el castellano adquiera palabras del guaraní, ni siquiera si lo señalara expresamente. Eso no engrandece a nuestro idioma. Lo que lamento es que los guaraniólogos del Paraguay seamos tan estúpidos en resistir a la asimilación de hispanismos, transfonetizados o que se hallan en pleno uso por el pueblo paraguayo dentro del contexto de la lengua guaraní. Lo que deberíamos hacer es crear la academia y empezar a enriquecer el diccionario guaraní con la admisión de los hispanismos. Nosotros hacemos exactamente al revés de lo que hacen los españoles.