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TÉ PARA TRES
A comienzos del 82, Cerati y Bosio se sentaban juntos en la facultad. Con otro compañero de estudios, Alfredo Lois, medían su criterio publicitario eligiendo y descartando nombres para una banda. Estereotipo, Soda, Soda Stereo, aparecían dibujados entre sus apuntes. Pensando en The Police, Gustavo y Zeta querían hacer un trío. Pero les faltaba un baterista. Carlos Ficcichia, ya conocido como Charly Alberti, había estudiado batería con Willy Iturri, tocaba en algunos grupos y a veces trabajaba con su padre, el célebre baterista de jazz Tito Alberti. Un día llamó por teléfono a una chica que había conocido en el club Ríver Plate. –No, no puedo salir, pero te doy con mi hermano, que es músico y justo está acá. En esos términos María Laura Cerati se libró de la insistencia de Charly y al mismo tiempo, le presentó a su hermano Gustavo, el baterista que estaba buscando. Dos días después, Cerati y Bosio viajaban a Núñez, al hogar de los Ficcichia (...) Entre abrazos y cervezas, Bosio y Cerati decidieron trasladar sus equipos a Núñez; el estudio de Charly se convirtió en los tres años siguientes en la sala de ensayos del grupo.
FIDEOS CON TUCO
Empleado en un laboratorio de bioquímica, alumno del Salvador, Cerati empezó a pensar que ya no iba a seguir estudiando; la música, lo que más le importaba, comenzaba a ocupar mucho tiempo en su vida. Para entonces, el trío, las novias y los amigos salían en grupo, y uno de los programas favoritos consistía en ir a bailar a Fire, una discoteca de moda en la que trabajaba como disc jockey Popy Mazanedo, uno de los primeros en pasar los temas de Soda Stereo (...) Una noche de julio del 83, durante un desfile de modas organizado por Carlos Pires, en Airport, Soda debutó en público. El sonido no fue de lo mejor. Subidos a una tarima, mientras las modelos pasaban sus ropas, los chicos tocaron las canciones del demo y algunas obras como «El héroe de la serie» y «La calle enseña», temas que quedaron inéditos. Apenas un par de días después, todavía festejando el show de Airport, la banda comía fideos con tuco en la casa de Charly Alberti, cuando sonó el teléfono. –Hablamos del Stud Bar. ¿Pueden venir a tocar? Los fideos quedaron atravesados en las gargantas de los muchachos. –¿Esta misma noche? –preguntaron. Tragaron la pasta, se miraron entre ellos y dijeron que sí. Cargaron en una camioneta Volkswagen sus equipos y los que le tomaron prestados al padre de Charly y se fueron para el pub de la avenida Libertador (...) Era domingo y no había demasiada gente en el lugar, algunas parejas, jóvenes tomando algo y, entre ellos, Horacio Martínez, productor discográfico de la CBS. El show del trío fue bueno y, cuando terminó, Martínez les preguntó si les interesaba grabar. Por segunda vez en la noche, Alberti, Bosio y Cerati dijeron que sí.