El borrador de la historia

El 1° de octubre de 1869 salió a las calles el número 1 del primer periódico aparecido en Paraguay en las postrimerías de la «Guerra Grande». Publicada este año por el Grupo Editorial Atlas y el Centro Cultural de la República El Cabildo, La Regeneración, 1869-1870, es una monumental edición facsimilar de los ejemplares conservados en la Biblioteca Nacional, con introducción y análisis de textos de Miguel Gauto Bejarano: un documento que nos abre el acceso a la época en la que se gestó nuestro presente.

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«La Regeneración no solamente es el primer periódico aparecido en las postrimerías de la Guerra Grande y en los albores de la nueva época surgida del Paraguay en ruinas. Su especial relevancia, nos parece, radica en que es el archivo de esa suerte de salsa primigenia en la que se pergeña el Paraguay contemporáneo, una pieza documental que ilustra cierta remodelación de la sociedad paraguaya que, a partir del cataclismo, deja tras de sí el período de los tres autócratas que habían marcado la historia paraguaya inmediatamente posterior a la independencia», dice el doctor Gauto Bejarano en entrevista para el Suplemento Cultural de ABC Color desde Munich, Alemania, donde reside.

–¿Cómo surge la idea de elaborar este material?

–Fue dándose en sucesivas etapas. Mi interés por investigar la historia americana en general, y la paraguaya en particular, me llevó, años atrás, a preparar mi tesis doctoral sobre el tema de la gestación del Estado paraguayo en un contexto de dependencia económica. Para ello, recurrí a bibliografía disponible de segunda mano. Que estaba –de esto fui consciente recién años después– fuertemente contaminada por preconceptos acuñados en los años treinta y cuarenta del siglo XX. Esta constatación me llevó a abocarme –al abordar la época de la posguerra de la Triple Alianza– al tratamiento de literatura primaria: documentación de entidades estatales, crónicas de protagonistas, cartas y periódicos de las épocas respectivas. Con ese propósito, me dediqué a examinar el material disponible en la Biblioteca Nacional. Y allí encontré las colecciones encuadernadas del periódico La Regeneración.

–Debe ser un material muy delicado de tratar ya...

–El manejo de sus hojas, endebles y deterioradas por el tiempo y por las condiciones naturales, representó una tarea ardua para mí por el riesgo de deterioro adicional para un material sumamente frágil y delicado. Por eso –y con la gentil autorización de los respectivos directores de la Biblioteca–, procedí a digitalizar el material.

–¿Cuánto tiempo le llevó?

Me llevó varios años, pues tuve que hacer constantes correcciones y consultar a personas conocedoras de técnicas de digitalización. Y el tiempo disponible para estos menesteres era bastante limitado.

–¿Cómo hizo para presentar toda la colección? ¿Existen diarios originales de la época?

–Hay una colección original de La Regeneración en la Biblioteca Nacional; esta fue la fuente de la compilación publicada.

Los datos

El primer número de La Regeneración apareció el 1° de octubre de 1869, y el último, el 23 de septiembre de 1870. La Regeneración aparecía dos veces por semana: los jueves y los domingos. Las oficinas del periódico estaban en la calle Palma número 64, Asunción. La suscripción mensual costaba dos pesos bolivianos. El ejemplar suelto, tres reales fuertes. Juan José Decoud figura como director y redactor en jefe a partir del número 23, del 1° de diciembre 1869. En el número 50, del 2 de febrero de 1870, Juan José Decoud figura como redactor, y José S. Decoud como director general. En el número 59, del 23 de febrero de 1870, José S. Decoud aparece como director general, y el nombre de Juan José Decoud ya no figura en los créditos de la portada. Fueron redactores de La Regeneración: José Segundo Decoud, Adolfo Decoud, Asunción Escalada, Ricardo R. Menica, Juan B. Arce, F. Guanes, Eugenio Pelleter, Juan B. Mansilla, Juansilvano Godoi.

La colección digitalizada comprende la colección completa, que está en poder de la Biblioteca. Pude comprobar, sin embargo, que en las encuadernaciones faltan algunos ejemplares. No tengo explicación sobre las causas de su desaparición. No pude encontrar el otro periódico de la época, La Voz del Pueblo, editado por Cándido Bareiro, con el cual los editores de La Regeneración entraron en una vehemente polémica. No tengo informaciones sobre otras publicaciones coetáneas a La Regeneración y a La Voz del Pueblo.

–¿Cuál es el valor bibliográfico e histórico de este material? ¿Cómo lo califica usted? Dicen que el periodismo es el primer borrador de la historia. ¿Y cómo ve este material desde ese punto de vista?

–El valor bibliográfico del material, tal como usted lo sugiere, es que el periodismo es, en efecto, una de las fuentes primarias de la historia. Cualquier periódico, y La Regeneración no es una excepción, representa una suerte de materia prima para el estudioso. Cualquier periódico, como un microcosmos, permite aproximarse a una sociedad determinada en una época concreta. En La Regeneración están plasmadas las posiciones más antagónicas y apasionadamente discutidas de la sociedad paraguaya de fines de la Gran Guerra. En esta publicación, el lector puede percibir, también, las sorprendentes variaciones manifestadas por sus actores. Pero este microcosmos incluye, además, valioso material para los estudiosos de la historia económica y social de Paraguay, ya que contiene propaganda de los buques que establecían contactos entre Asunción, Buenos Aires y Mato Groso, así como de profesionales y artesanos, y refleja las costumbres de los vecinos de la Asunción (bailes, riñas de gallos), de sus operaciones comerciales, de los edictos, por citar solamente algunos pocos.

–Como conocedor del contenido del material, ¿qué aspectos históricos rescata usted?

–En La Regeneración uno puede encontrar datos respecto a hechos y personas muy discutidos, tales como el comportamiento de numerosos y destacados miembros de la Legión Paraguaya, un conglomerado antilopizta, pero caótico y sin mayor consciencia de una unidad de acción; de un personaje histórico como Madame Lynch, a la que numerosas damas le reclaman la devolución de sus joyas, así como al cónsul italiano Chapperon, que, con apoyo de la armada brasileña, logra fugarse sin antes haber rendido cuentas de los numerosos bienes y joyas entregados, especialmente por damas paraguayas, para salvarlas de la expoliación extorsiva de López y Lynch. La persecución fallida emprendida por el jefe de aduanas, Benigno Ferreira, se lee como una novela político-policial. También suscita curiosidad la presencia de un importante contingente de súbditos italianos, especialmente en la Asunción de la posguerra. No hay datos acerca de su llegada, pero puede asumirse que gran parte de los mismos habría seguido a los ejércitos aliados.

–¿Cuál es el aspecto constante que se refleja en las ediciones en una época tan difícil para el país?

–El aspecto constante que se refleja en las ediciones de La Regeneración (antes de la ruptura entre el grupo director y redactor de La Regeneración y el triunvirato gubernamental) es la estrecha relación (casi identificación) entre el periódico y el equipo gubernamental, cuyo epicentro se hallaba en Cirilo Antonio Rivarola; llama la atención –aunque no sorprende, pues se da en la mayor parte de los grupos dirigentes de un país derrotado en una guerra internacional y ocupado por fuerzas extranjeras– el lenguaje ostentosamente obsecuente del periódico hacia los vencedores, especialmente hacia el Imperio. Esta obsecuencia, sin embargo, no habría de ser retribuida. Los jefes brasileños –y parte del ejército argentino, así como la misma milicia paramilitar de la Legión Paraguaya– apoyarían la destitución –pergeñada por Cándido Bareiro y Cirilo Antonio Rivarola– del primer presidente de la República ungido por la Asamblea Nacional Constituyente (probablemente el primer golpe de Estado de la era constitucional en Paraguay); es también significativa la búsqueda ilustrada de modelos jurídico-políticos para el país, por parte de los redactores de La Regeneración, entre ellos su más brillante exponente: José Segundo Decoud. Desde otra perspectiva, y dicho de una manera trivial, La Regeneración se lee como una novela política y costumbrista, y su epílogo es el de una fascinante tragedia.

–¿Quiénes escribían en La Regeneración? ¿Cómo califica sus plumas?

–Observo con admiración la ilustración universalista de José Segundo Decoud, traductor de la Constitución de Estados Unidos y elaborador de una importante serie de propuestas de reformas constitucionales, económicas e impositivas. También destacan Juansilvano Godoi, Ricardo Menica, Benigno Ferreira y Asunción Escalada. El tono polémico utilizado reproduce en gran medida los paradigmas existentes en los llamados círculos «liberales» rioplatenses, españoles y franceses. Están intensamente ideologizados y no insinúan la presencia de una «intelligentzia» paraguaya propiamente dicha, con pensamiento propio. Esto, por otra parte, tampoco era fácil luego de décadas de gobiernos autocráticos, declarados enemigos del pensamiento crítico. Sus lugares comunes sugieren perspectivas reiterativas (y frecuentemente contradictorias, tales como el ataque redundante contra «el jesuitismo», ataque en el que coinciden, sorprendentemente, con el tirano Francia, al que, sin embargo, simultáneamente denuestan).

–¿Cómo cree que es posible que hayan surgido personajes tan brillantes en un país en ruinas que trataba de reponerse de la guerra?

–La presencia de intelectuales reformistas –en el sentido anteriormente indicado– se explica porque los mismos, generalmente miembros de familias relativamente pudientes, tuvieron la posibilidad –casi inexistente en Paraguay– de formarse en importantes centros educativos rioplatenses. La mayor parte de estas familias habían sido perseguidas y tuvieron que ir al exilio durante los gobiernos autocráticos de Francia y de los López. En el círculo oficialista desplazado, solamente destacaba Cándido Bareiro, el director de La Voz del Pueblo.

El autor

Miguel Ángel Gauto Bejarano (Asunción, 1945) es abogado por la Universidad Nacional de Asunción y tiene estudios de Sociología, Historia Económica y Social y Ciencias Políticas en la Universidad Ludwigs-Maximilian, de Munich. Ha sido profesor de Ciencias Sociales en la Universidad de Passau y en la Politécnica (Fachhochschule) de Munich, y de Metodología de la Investigación Social y Ciencias Políticas en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Asunción. En los últimos años, se ha dedicado de manera preferencial a la investigación de la historia paraguaya e hispanoamericana.

pgomez@abc.com.py

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