El álbum de Cavedagni

El Ateneo Paraguayo acaba de presentar la edición facsimilar de la primera publicación conocida de música paraguaya, el “Álbum de los toques más populares del Paraguay”, de Luis Cavedagni, editado originalmente en Buenos Aires en 1877.

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Entre los festejos y actividades para conmemorar el 135 aniversario de su fundación, el Ateneo Paraguayo lanza la edición facsimilar del Álbum de los toques más populares del Paraguay, de Luis Cavedagni.

Con esta publicación, el Centro de Investigación Musical Juan Max Boettner del Ateneo Paraguayo presenta una rara pieza de colección para los bibliófilos y un material útil para todo estudioso de la música en Paraguay, explica Manuel Martínez Domínguez, director general de la institución, en la presentación del material. Señala también que la fecha exacta de su nacimiento es uno de los datos más reveladores sobre Luis Cavedagni (Montevideo, Uruguay, 1858-1916) encontrados últimamente, gracias a las investigaciones realizadas por el maestro César Manuel Barrios sobre el Himno Nacional paraguayo.

La edición facsimilar de su Álbum de los toques más populares del Paraguay es de gran importancia para «una» historia de la música en nuestro país. Es la primera recopilación escrita (y difundida) de música paraguaya.

La obra fue publicada en Buenos Aires hacia 1877, por la editora musical Ediciones Arturo Demarchi y Cía., que, según consta en sus publicaciones musicales, tenía su «escritorio» inicialmente en la calle Florida al 280, y sus talleres en Bolívar al 1794, en el porteño barrio de San Telmo. Para 1885, según consta en un aviso publicitario en La Gaceta Musical de Buenos Aires (año XII, núm. 9, 5 de julio de 1885) tenía dos locales: uno en Florida 168 y otro en Suipacha 51. Las «planchas» del Álbum de Cavedagni tienen la identificación A.D.8531.Cª, se lee en el texto.

La Biblioteca del Ateneo Paraguayo cuenta con dos ejemplares del Álbum. Los mismos pertenecieron a Juan Max Boettner (Asunción, 1899-1958) y se encontraban clasificados en su archivo como material relativo al Himno Nacional. Uno de esos ejemplares perteneció originalmente al escritor español radicado en Paraguay Viriato Díaz-Pérez (Madrid, 1875-Asunción, 1958), a juzgar por el nombre que se lee en el ángulo superior derecho de la tapa, y que es el que se reproduce en esta ocasión.

Manuel Martínez Domínguez afirma que Cavedagni registró (aquí en el sentido de que anotó para su preservación) y publicó el Álbum de los toques más populares del Paraguay a más tardar en 1877, «con todas las de la ley», como «debía», pero sobre todo como entonces se «podía» hacer (es decir, solo «por escrito»): «Ese año Thomas Alva Edison inventa el fonógrafo, que, al permitir la grabación del sonido, por un lado inaugura un nuevo periodo en la historia de la percepción sonora, ya que divorcia el sonido de su fuente original, y, por otro, posibilita el registro del fenómeno en carácter de archivo, desplazando en muchos casos a la escritura, sobre todo cuando ya es insuficiente para ciertos registros».

Domínguez prosigue diciendo que «la cuestión acerca del archivo para la reflexión estética no es un tema menor, sobre todo cuando las poéticas posmodernas hacen constantes referencias al pasado. La escritura musical tradicional europea academicista es cosa del pasado a la hora de registrar (en más de un sentido) cierto tipo de obras».

«Así como Cavedagni no encontró en el Paraguay del siglo XIX las condiciones para el registro y la divulgación de su obra (imprenta musical, editora especializada, etc.), los compositores contemporáneos que se hallan al margen de un pretendido academicismo legalista tampoco las encuentran en el Paraguay del siglo XXI, constreñidos por normativas hechas por quienes, por lo que se percibe, no entienden de música», concluye.

El maestro César Manuel «Lito» Barrios M., director del Centro de Investigación Musical Juan Max Boettner del Ateneo Paraguayo, afirma por su parte que la incursión de Luis Cavedagni en la materia «marca un antes y un después en el historial musical del Paraguay. Podríamos afirmar que en él es la pieza clave».

Luego de establecerse en Paraguay en 1874, aunque viajaba constantemente, se radicó en Uruguay en 1893, donde vivió aproximadamente durante ocho años y tuvo tres hijos con su segunda esposa.

El Álbum de los toques más populares del Paraguay, asegura Lito Barrios, «es considerado el primer libro de partituras editado de la música que se escuchaba en el Paraguay. Cuenta además con el Himno Nacional, cuya música, del italiano Francesco Casale, fue utilizada en el país a partir de la incursión de Cavedagni en el mundo musical paraguayo».

Cavedagni llega el 2 de junio de 1874 a Paraguay, convocado y contratado por el gobierno de Salvador Jovellanos para reconstruir las bandas militares luego de la Guerra contra la Triple Alianza, y recibe de manos del presidente la única partitura existente de la música que había entregado Acuña de Figueroa con su prosa para un Himno Patriótico dedicado a Carlos Antonio López.

«Esta música fue rechazada por don Carlos por ser la misma, en aquel entonces, del Himno Nacional Oriental del Uruguay. Su partitura la heredó Jovellanos de su padre, Bernardo de Jovellanos, que fue uno de los emisarios paraguayos que recibió el obsequio de Acuña para don Carlos». Cavedagni, continúa Barrios, retorna al Paraguay en 1901, y es interpelado en diferentes círculos por la cuestión del himno. Por entonces, y creyendo que con esta acción dejaría de suscitar recelos, publica en su descargo la historia del himno, cómo habría surgido, etc.

En el Álbum editado por Cavedagni se encuentra la partitura del actual Himno Nacional, piano-dirección, exactamente copiada del único original conocido de Francesco Casale, incluso en el mismo tono (la bemol mayor) que era utilizado en Uruguay, ya que, en su tiempo de funcionalidad, fue principalmente cantado por la soprano italiana, lírica ligera, Justina Piacentini. 

Este libro de partituras plantea numerosas cuestiones para iniciar investigaciones y debates concernientes a la música popular, folclórica, autóctona o clásica en Paraguay. «Esperamos –afirma el maestro– que este material sea el primer estímulo para que tanto historiadores e investigadores como la juventud musical puedan y quieran colaborar con la aventura de reescribirnos, conocernos plenamente, sabernos, honrarnos y pertenecernos».

pgomez@abc.com.py

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