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LOS CONSEJOS DE CAJAL
El concepto de nicho es ecológico y de origen darviniano (Darwin lo plantea en The Origin of the Species). Se refiere a factores internos y externos de los seres biológicos o especies que les permiten adaptarse, sobrevivir y progresar en un ambiente particular. Las propias especies, en lento proceso de moldeamiento situacional, son el resultado de este fenómeno identificado por el genial científico de la evolución. Modernamente, esta idea se ha aplicado al trabajo y los negocios para identificar áreas de desarrollo favorables. Pero en la ciencia fue Cajal quien, por analogía con el criterio darviniano, indicó a los investigadores que se inician, para hacerles más factible el éxito, que identifiquen y focalicen un «nicho de investigación», es decir, un área, una disciplina, un dominio, un tema de estudio cuya relación con una particular externalidad o ambiente lo haga singular y promisorio desde el punto de vista de la investigación científica.
El concepto está en libros de Cajal (Reglas y consejos sobre la investigación científica: los tónicos de la voluntad, 1897, Recuerdos de mi vida, 1937). Estas obras, junto a El estudio de la medicina experimental (1865), de Claude Bernard, permanecen como clásicos de iniciación que todo joven científico debería leer. Es increíble cómo, a pesar del tiempo, los innumerables descubrimientos y los cuestionamientos a la ciencia y sus métodos, las ideas fundamentales, las explicaciones y las visiones epistémicas de la actividad científica que eran tan claras para estos grandes hombres, y que lo siguen siendo para los verdaderos científicos, perduran incólumes.
EL NICHO DE INVESTIGACIÓN
Entre nuestras recomendaciones a los científicos de países sin tradición ni cultura científica como el nuestro consideramos crucial identificar un nicho local de investigación. Entendemos por nicho un área, disciplina o temática con potencial de investigación que sea rara o inexistente en regiones con más medios y producción científica, con las que sería imposible competir en temas comunes. Porque el mundo de la ciencia es de alta competitividad, entre regiones continentales, entre culturas, entre países, entre instituciones en un mismo país, entre departamentos o cátedras, entre científicos en una misma cátedra. Al identificar un nicho de estudio se cumplirían dos de las características deseadas por los investigadores. Primero, la posibilidad de aportar conocimiento original, ya que, por ser este nicho único y relacionado probablemente con lo ecológico o cultural local, y aún desconocido en el mundo, hará más factible publicar y globalizar ese nuevo conocimiento. Aunque su localidad podría limitar algo esta pretensión. Segundo, al ser un estudio enfocado en una problemática local, estaría relacionado con alguna necesidad de la sociedad en que se realiza, y eso le agregaría impacto social. Porque, si bien la motivación fundamental de la mayoría de los científicos es lograr nuevos conocimientos aceptables para la comunidad internacional de pares, sin mirar su uso, independientes, en principio, de su impacto externo, íntimamente se desea que las ideas o técnicas descubiertas puedan de alguna manera ser útiles a la sociedad en la que se vive y desarrollan los estudios. Más aún si esta financia los programas. Es interesante ver que en Paraguay un número significativo de científicos se dedica a estudios relacionados con la ecología o la cultura locales, por ejemplo, la línea de estudios químicos y toxicológicos sobre hierbas medicinales tradicionales, de especies de vida silvestre, flora y fauna, de enfermedades que, por nuestra ecología o cultura, prevalecen.
POR QUÉ BUSCAR NICHOS
¿Pero cuál es la razón de esta búsqueda de áreas exóticas de estudio que podrían no despertar el interés de la comunidad internacional de científicos, a la que necesariamente, siguiendo el esquema ya explicado de los paradigmas de Kuhn, se dirigen casi todos los estudios científicos? Que ningún científico tolera observar en su entorno fenómenos aún no adecuadamente estudiados, y así aprovecha una oportunidad de aportar estudios nuevos. Le será más fácil competir a nivel internacional puesto que este nicho es cuasi monopólico; los demás no lo tienen. Un ejemplo es el área que elegimos, el estudio del cáncer peneal, un nicho perfecto, previamente poco estudiado. Esta patología, cuya base de aparición es ecológica y cultural, está casi extinta en los países de ciencia central, en los que, cuando era frecuente, no existían los métodos y técnicas modernas de estudio. Entonces, se retoma una patología extinta con estudios modernos y se logra originalidad e interés de las fuentes centrales de financiación y publicación. Además, se contribuye a la eliminación de este cáncer, más común en países de ciencia periférica, con nuevas técnicas basadas en la evidencia científica y no en la mera intuición, por ejemplo, la vacunación contra un virus productor del cáncer. Porque este tipo de estudios ligados a lo ecológico o geográfico son metodológica y técnicamente menos complejos y más accesibles a un mayor número de investigadores de variados talentos. Porque un porcentaje importante de estas áreas vacías de conocimiento previo puede ser investigado en detalle con técnicas antiguas, algunas ya obsoletas, pero de bajo costo. El nivel jerárquico de investigación, sobre todo en las ciencias naturales, aún permite un enfoque observacional primario. El área en cuestión puede haber sido investigada previamente a nivel de la comunidad internacional (mucha ciencia ya se practicó entre los siglos XVIII y XX), pero mediante la incorporación de nuevas técnicas importadas de los países de ciencia central, o mediante colaboraciones internacionales con estos centros, se puede agregar nuevas miradas y profundizaciones de la ciencia primaria observacional que permitan teorizaciones más acordes con la ciencia moderna y así alcanzar un nivel aceptable de competitividad. Porque así se entroncan más fácilmente los estudios con las necesidades de la sociedad.
ORIGINALIDAD
La realidad profunda es que esta búsqueda de nichos no es disociable de la búsqueda de originalidad, característica esencial de la investigación científica, sin la que sufriría su propia definición. En la evaluación de un trabajo científico por un jurado internacional para una publicación relevante, el primer factor y el definitorio para su aceptación o rechazo es la originalidad. No importa cuán elaborado en su forma y bien escrito esté el trabajo: si no es original, no será considerado para su publicación. Existe mucha confusión sobre la misión fundamental de la ciencia, y esta varía de acuerdo a quién la fundamenta. Pero independientemente de todas las opiniones, una cuestión crucial, no siempre bien entendida, es que el verdadero científico busca lo nuevo, lo no identificado, observado, pensado o postulado previamente por otros científicos. La originalidad se relaciona con la creatividad, y esta con el uso adecuado de la imaginación para generar ideas, la búsqueda de soluciones alternativas, la postulación de variadas hipótesis, la crítica profunda e independiente de las ideas previas, el aprovechamiento de las intuiciones, el ingenio para crear o mejorar técnicas que permitan el avance sobre el conocimiento anterior. El gran matemático francés Poincaré ya escribió a principios del siglo XX sobre la psicología del descubrimiento, explicando sus pasos y el momento crucial, que él llama revelación.
Existe mucha actividad que rodea a la ciencia, que ayuda a la ciencia, que se parece a la ciencia, pero que no es realmente científica. Le falta la originalidad fundamental. Escribir un detallado y enjundioso diccionario no mejora el estilo literario. Acumular innumerables datos y observaciones no necesariamente incorpora nuevas visiones científicas. Cuánto pretencioso informe se disfraza de científico. Cuánto libro autoeditado y no evaluado por el rigor de la crítica de los pares científicos termina en ese gran limbo que es la biblioteca del olvido.
Por eso, en una situación de extrema carencia, como la de nuestros países sin tradición científica y con poca financiación, es una buena estrategia buscar un nicho temático aún no estudiado, en el que todo lo que pueda observarse, decirse o hacerse sea nuevo, no pensado, elaborado ni publicado antes, y cumpla esa difícil conditio sine qua non de la ciencia que es la originalidad en la producción científica.
Instituto de Patología e Investigación
antoniocubillaramos@gmail.com