Bárbara Longhi y el espíritu de la Contrarreforma

No se conoce mucho acerca de la vida de Bárbara Longhi, contemporánea de artistas tan notables como Sofonisba Anguissola y Artemisia Gentileschi y nacida el mismo año que la boloñesa Lavinia Fontana, 1552, en la ciudad de Rávena. Como muchas otras pintoras de la época, aprendió su oficio en el taller de su padre.

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Su madre fue Bernardina Baronzelli, y su padre, el reconocido pintor manierista Luca di Francesco Longhi (Rávena, 14 de enero de 1507-12 de agosto de 1580), llamado por sus admiradores «el Rafael de Rávena» y recordado, entre otros contemporáneos suyos, por el escritor, también de Rávena, Filippo Mordani (1797-1886), que dedica siete páginas de su Vite di ravegnani illustri (1837) a la memoria de Luca Longhi y a la «maravillosa dulzura de la devoción que posee su pintura sacra» (Filippo Mordani, Vite di ravegnani illustri, 2ª edición, Rávena, Stampe de Roveri, 1837, p. 107). Fue en ocasión de la muerte del maestro Luca Longhi, por cierto, que el orador, sacerdote, historiador y literato Vincenzo Carrari (Rávena, 1539-1596) escribió su De la utilidad de la muerte (Dell’utilità della morte).

De las obras más conocidas de Luca Longhi cabe mencionar, entre los retratos, los de Giovanni Guidiccione, obispo de Fossombrone; Giulio dalla Rovere, cardenal de Urbino; Alessandro Sforza, Cardenal de la Romaña; Cristoforo Boncòmpagni, arzobispo de Rávena; y Giovanni Battista Rossi, y, de las pinturas religiosas, La Virgen y el Niño con los santos, de 1541, el Martirio de San Ursino y los Esponsales de Santa Catalina (obra temprana, de 1529 o 1530, conservada actualmente en la Pinacoteca Comunal de Rávena y que muestra la influencia de Baldassare Carracci, Francesco Zaganelli y Nicolo Rondinelli). Mención aparte merece su Dama con unicornio, posible retrato, según se cree, de Giulia Farnese. En la Circuncisión, de 1561, Luca Longhi introduce retratos de Dante Alighieri, Miguel Ángel y el Tiziano entre los espectadores. Pintó una Ascensión de Cristo en la Catedral de Cervia. Con sus hijos, los pintores Bárbara y Francesco Longhi, pintó Las Bodas de Caná; se dice que en esta obra aparecen retratados Bárbara y Francesco.

Luca Longhi, antes de morir en 1580 y ser enterrado en San Doménico, en Ferrara, les enseñó el oficio de pintor a dos de sus hijos, Francesco (1544-1618) y Bárbara; sin embargo, Bárbara recibió una educación más restringida que la de Francesco en cuanto a lo que podía pintar y aprender. Bárbara Longhi trabajó en el taller de su padre, que, tras la muerte de este, pasó a ser el taller de su hermano Francesco.

Del legado pictórico de este último, Francesco di Luca Longhi, cabe citar La cena en casa del rico Epulón, la Crucifixión con la Virgen, San Juan, San Apolinario y San Vital (1571, Pinacoteca Comunal de Rávena), y el retrato de Nicolo Masini. La primera obra que llevó su firma fue La visión de la beata Clara de Rímini (La visione della beata Chiara di Rimini, 1568), pintada por encargo para la iglesia de Santa Maria Annunziata, de Rímini. De 1580 es La Virgen con el Niño y los santos Mateo y Francisco (La Madonna con il Bambino e i ss. Matteo e Francesco), pintada para la iglesia de San Giovanni Battista, en Rávena. Para la misma iglesia pintará, en los albores del nuevo siglo, en 1604, La Virgen con el Niño y los santos Girólamo y Clemente (Madonna con il Bambino e i ss. Girolamo e Clemente). Anterior, de 1586, es la obra, firmada y fechada por el autor, La Virgen con el Niño y dos santos (La Madonna con il Bambino e due santi, Biblioteca Classense, Rávena). De 1605 data La Madonna Assunta e santi, que se conserva en la iglesia de Santa Maria in Porto, en Rávena. La Visitazione, obra firmada y datada en 1611, se conserva en la iglesia de los Santos Nicolás y Francisco, en Castrocaro, y la Decollazione del Battista (1612), en la Pinacoteca de Rávena. Francesco di Luca Loghi murió en su ciudad natal, Rávena, en 1618.

Esta familia de pintores estaba imbuida de la poderosa religiosidad característica de la Contrarreforma católica, y esto se plasma de manera claramente visible en su producción artística. Como su hermano Francesco, Bárbara di Luca Longhi ayudaba a su padre, Luca, a pintar grandes retablos religisos. Bárbara copiaba algunos trabajos de Luca Longhi también, y las obras que le pertenecen a esta artista se parecen mucho a las de su maestro y progenitor, con el cual, por otra parte, comparte un estilo bastante semejante al de sus contemporáneos florentinos y boloñeses.

La obra pictórica de Bárbara Longhi solo fue, en su momento, conocida en el área de Ravena, y está compuesta en su mayor parte por representaciones de la Virgen con el Niño (Madonna con bambino). De los quince trabajos que se conocen actualmente de Bárbara Longhi, doce son representaciones de este motivo iconográfico especialmente caro al credo católico, que lo cultiva y lo promueve en clara oposición al protestante, y el más famoso de todos es su Virgen y el Niño con Juan el Bautista (Madonna con il Bambino e s. Giovannino), cuadro de ejecución particularmente refinada, que se conserva actualmente en la Pinacoteca Comunal de Rávena y lleva, abajo, las iniciales: BLF, B(arbara) L(onghi) F(ecit).

A pesar de no ser muy conocida en vida, Bárbara Longhi fue lo suficientemente relevante como para que la tuviese en consideración el arquitecto, pintor, teórico del arte y autor de la monumental obra sobre Las vidas de los más excelentes pintores, escultores y arquitectos (Le vite de’ più eccellenti pittori, scultori, e architettori italiani, da Cimabue insino a’ tempi nostri, 1550) Giorgio Vasari (Arezzo, 30 de julio de 1511- Florencia, 27 de junio de 1574), que dejó constancia de que apreciaba en los trabajos de esta pintora «la pureza de la línea y la suave brillantez del color». También el académico boloñés Muzio Manfredi habla de la artista. Este último con particular detenimiento.

En sus primeros trabajos, la artista de Rávena utilizaba una paleta de colores bastante restringida y una composición más bien simple. La línea se destacaba sobre el modelado de las figuras.

Luego de 1590, Bárbara comenzó a utilizar colores más brillantes, en figuras que fueron adquiriendo dimensiones más monumentales, y empleando como fondo, además, cortinados que cubrían parcialmente el paisaje o el cielo en la lejanía.

Como en los trabajos florentinos de Leonardo da Vinci y Rafael Sanzio, en la pintura de esta artista son visibles la técnica del sfumato y la composición piramidal. Después de 1600, en sus obras ya no aparecen figuras completas ni escenarios arquitectónicos; la composición se simplifica en imágenes religiosas devotas que se concentran en una relación más íntima entre los personajes y el espectador.

De entre sus obras podemos mencionar la representación de Santa Catalina de Alejandría, virgen y mártir patrona de los filósofos, estudiantes y predicadores, pintada para el Monasterio de Classe, en Rávena. Se dice que podría ser un autorretrato de la artista.

En La Virgen y el Niño Jesús coronando a una religiosa (1590-95, Museo del Louvre), el Niño, con la mirada dirigida al espectador, sostiene una corona sobre una monja que se inclina en actitud de reverencia, mientras la madre lo mantiene cuidadosamente alzado, guiando su brazo con delicadeza. Las figuras, representadas en tonos cálidos sobre el fondo oscuro, transmiten un sentimiento de intimidad que involucra sutilmente al espectador.

La mayor parte de las obras de Bárbara Longhi se encuentran actualmente distribuidas en las colecciones del Museo del Louvre, en París, de la Pinacoteca de Brera, en Milán, de la Pinacoteca Nacional de Boloña, de la Pinacoteca Comunal de Rávena, del Walters Art Museum, en Baltimore y del Indianapolis Museum of Art. Algunos de sus trabajos también se conservan en Santa Maria Maggiore, en Rávena.

«E qui dove un’antica vita

si screzia in una dolce

ansietà d’Oriente…»

…escribió el poeta (y, ya que es el tema de estos días, premio Nobel de Literatura de 1975) Eugenio Montale (1896-1981) recordando la ciudad de Rávena en Le occasioni (Einaudi, 1939). Barbara Longhi nació, vivió y murió –el 23 de diciembre de 1638– en ella. Su vida transcurrió en la Emilia-Romaña, y sus colores vienen de esa región, entre el Véneto y la Lombardía, entre la Liguria y el Piamonte y la Toscana, en el norte italiano donde, a pocos kilómetros del Adriático, descansa.

piccardoandrea@gmail.com

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