Ocho décadas de la liberación del campo de exterminio más lúgubre: Auschwitz-Birkenau

Han pasado 80 años desde la liberación de Auschwitz-Birkenau, el mayor campo de exterminio del nazismo y el símbolo por antonomasia del Holocausto.

Entrada al campo de exterminio de Aushwitz-Birkenau.
Entrada al campo de exterminio de Aushwitz-Birkenau.monserrat alvarez

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En las postrimerías de la guerra mundial desatada por el Tercer Reich alemán con una invasión a Polonia, justamente en este país ocurrió casi sorpresivamente un descubrimiento cuya crueldad dejó pasmados a los propios soldados del Ejército Rojo Soviético, organización nada ajena a los tratamientos drásticos de sus semejantes.

El 27 de enero de 1945, el avance de los soldados soviéticos con destino a Berlín era imparable. Los alemanes iban abandonando territorios con toda premura y sin tomar los recaudos necesarios para maquillar los atroces crímenes cometidos en territorio ocupado.

Campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau
Campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau

En la región de Birkenau, los soviéticos encontraron un campo aparentemente convencional con una curiosa consigna a la entrada: «Arbeit macht frei» (el trabajo libera). Sin embargo, se trataba del más tenebroso campo de exterminio de judíos y gitanos, donde perecieron más de un millón cien mil prisioneros.

Los sazonados oficiales soviéticos no pudieron contener su desazón ante semejante crueldad. Las tumbas a ras de suelo eran multitudinarias, las colecciones de zapatos y cabellos de las víctimas se extendían hasta cubrir el horizonte. Allí estaban las célebres «duchas» que en lugar de agua emanaban un mortífero gas. Aquel fue el lugar donde se industrializó la destrucción de seres humanos. Industrialización que era la «solución final» del problema judío preparada por una comisión de oficiales nazis, entre los cuales sobresalió el papel burocrático de Adolf Eichmann, quien escapó de Europa para radicarse en la Argentina, antes de ser secuestrado por una delegación oficial israelí, que había llegado en un avión propio para sumarse a los festejos del sesquicentenario del «grito» del 25 de Mayo de 1810.

Hannah Arendt en 1944, fotografiada por Fred Stein.
El juicio de Eichmann en Israel fue cubierto por la filósofa Hanna Arendt (Foto: Fred Stein).

El celebrado y catártico juicio de Eichmann en Israel fue cubierto por la filósofa Hanna Arendt, en su faceta de periodista, para la revista The New Yorker en un reportaje publicado en dos partes donde acuñó la famosa frase de «la banalidad del mal». La primera parte del reportaje de Arendt apareció en las páginas de The New Yorker el 8 de febrero y la segunda el 23 de febrero de 1963. Fueron editados en forma de libro poco después y aparecieron en Estados Unidos bajo el sello de Viking Press ese mismo año.

El campo de Auschwitz también tuvo un protagonista cuyo lado más oscuro fue durante mucho tiempo conocido tan solo por las víctimas: un medico, también doctorado en filosofía, que realizaba experimentos genéticos en personas vivas, como inyectarles tinte en los ojos para ver si podía volverlos azules. Ese galeno logró escapar y venir al Paraguay, donde consiguió la nacionalidad bajo su mismo nombre, Josef Mengele, en 1958.

Auschwitz-Birkenau: "Arbeit macht frei" (el trabajo libera).
Auschwitz-Birkenau: "Arbeit macht frei" (el trabajo libera).

Mengele vivió sucesivamente en Asunción, en Altos y en las colonias alemanas de Itapúa antes de pasar a la clandestinidad. A pesar de ser buscado afanosamente, hasta por la célebre cazadora de nazis Beate Klarsfeld, que vino a Paraguay en 1985. No se sabía entonces que Mengele había llevado una vida sin sobresaltos en un populoso barrio de Sao Paulo, donde falleció ahogado por accidente. La noticia del accidente solo se conoció a finales de los años 80, a través de una carta censurada del último prisionero nazi, Rudolf Hess, en la conocida prisión de Spandau, Alemania.

La conmemoración del 80 aniversario de este trauma humanitario no superado congregó este año a líderes políticos, miembros de la realeza europea y algunos de los pocos sobrevivientes y testigos, que hicieron uso de la palabra para formular dos preguntas sin respuesta: «¿Por qué nosotros? ¿Qué les hicimos?»

80 aniversario de la liberación del campo de Auschwitz-Birkenau
80 aniversario de la liberación del campo de Auschwitz-Birkenau

Ambas preguntas son muy oportunas en momentos, en los que, casi al igual que en la década de 1930, existe una ola de antisemitismo incentivado en parte por los indiscriminados bombardeos del Ejército de Israel en la Franja de Gaza, con sus trágicas consecuencias para la población civil palestina.

Auschwitz ya es un capitulo inevitable de la historia de la humanidad, que deja constancia de que la deshumanización en una guerra, con su corolario de discriminación y odio, no debe repetirse, y de que más bien ha de erigirse en su lugar un mandato de paz y convivencia pacífica.

*Beatriz González de Bosio es licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Católica Nuestra Señora de la Asunción y licenciada en Historia por la Universidad Nacional de Asunción, miembro del Centro de Estudios Antropológicos de la Universidad Católica (Ceaduc), vicepresidenta de la Academia Paraguaya de Historia y presidenta del Centro Unesco Asunción. Ha publicado, entre otros libros, Periodismo escrito paraguayo, 1845-2001: de la afición a la profesión (Intercontinental, 2001), El Paraguay durante los Gobiernos de Francia y los López (en coautoría con Nidia Areces, ABC Color/ El Lector, 2010), En busca de la ciudad escondida. Asunción en 1811 (en coautoría con Juan José Bosio, Mabel Causarano y Antonio Spiridinoff, Secretaria Nacional de Cultura, 2012).

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