Uno de los grandes «repentistas» –maestros de la improvisación– de Brasil es Domingos Martins da Fonseca (más conocido como Domingos Fonseca), nacido el 12 de junio de 1913 en Santa Luzia, municipio de Miguel Alves, Piauí, hijo de Diogo Martins da Fonseca y Agostinha Martins da Fonseca. Domingos quedó huérfano de padre y madre a edad temprana y soportó las penurias que conlleva ser un niño negro y pobre. Trabajó desde pequeño y fue, entre otras cosas, labriego.

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A los diez años de edad, empezó a improvisar versos acompañándose con una guitarra fabricada por él mismo. Se dedicó a recorrer Piauí y Maranhão, cantando, y a los diecisiete años montó un pequeño bar en Teresina, donde vendía cachaça y tequila y tocaba sambas y canciones populares.

La noche del 5 de octubre de 1948, en el Teatro Santa Isabel, durante el Congreso de Cantantes de Recife, Domingos se enfrentó al repentista pernambucano Dimas Batista Patriota en un duelo legendario. Resultaron empatados y recibieron una enorme ovación.

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En la década de 1940 Domingos se afincó en Fortaleza, Ceará. Allí, el 20 de septiembre de 1951 fundó la Associação dos Cantadores do Nordeste (ACN). Él fue el primer presidente, y su amigo el poeta João Siqueira de Amorim fue el primer secretario. Soñaban con construir la Casa do Cantador, que albergaría a repentistas viajeros y poetas con dificultades económicas. «Quiero que en la casa haya una biblioteca de investigación folclórica, una escuela primaria para los hijos de los músicos y los niños pobres, un salón de espectáculos populares, un refugio para cantantes y artistas populares sin recursos», le explicó Fonseca al periodista Eurícledes Formiga en una entrevista publicada en el periódico O Estado de São Paulo el 6 de noviembre de 1955.

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Domingos Fonseca publicó el libro Poemas e Canções (1956) y escribió para diarios y revistas como A voz do Cantador (publicación de la ACN) o el Correio do Ceará, donde tenía la columna Poesia Popular. Falleció el 28 de abril de 1958 en Fortaleza, Ceará, pobre como había nacido. En algún momento de su vida, en algún paraje del noreste de Brasil, escribió el siguiente poema, «Mais um Natal», que hoy traducimos para nuestros lectores.

Otra Navidad

Otra Navidad que pasa, y la pobreza

sigue llorando con las manos vacías...

Trescientos sesenta y cinco días

y seis horas de sueños e incerteza.

Nueva Navidad, nueva tristeza

para los que sufren. Nuevas delicias,

nuevas arpas vibrando en melodías

para los banquetes de la nobleza...

¡Oh niño Jesús! ¡Espíritu Santo!

Tú que en tus treinta y tres años de vida

entre los humanos sufriste tanto,

pídele a la Suprema Divinidad

que al menos nos dé paciencia,

ya que hizo tan desigual a la humanidad.

(«Mais um natal que passa... / E a pobreza Continua a chorar, de mãos vazias... / Trezentos e sessenta e cinco dias / E seis horas, de sonhos e incerteza! // Surge um novo natal... Nova tristeza / Para os que sofrem. Novas iguarias, / Novas harpas vibrando em melodias, / Em torno dos banquetes da nobreza... // Ó menino Jesus! Espírito Santo ! / Tu que, em trinta e três anos de existência, / Entre os humanos padeceste tanto, // Roga a Deus –a Suprema Divindade, / Para nos dar ao menos paciência, / Já que fez desigual a humanidade!...».)