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Konnichiwa, otakus. En honor a la fecha de hoy, voy a comentarles uno de mis animés favoritos: Tu nombre (Kimi no Na wa, 2016), largometraje de animación escrito y dirigido por Makoto Shinkai a partir de su propia novela homónima, publicada en Japón por el sello editor Kadokawa un mes antes del estreno de la película.
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Tu nombre es, entre otras cosas, un ejemplo de exploración de temas complejos de modo ameno y asequible. La historia sigue los pasos de dos estudiantes de secundaria, Taki Tachibana, que vive en Tokio, y Mitsuha Miyamizu, que vive en Itomori, pueblito de la prefectura de Shikoku.
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Un día, la joven Mitsuha sueña que es un chico de una gran ciudad, y el joven Taki sueña que es una chica de un pequeño pueblo. De modo en apariencia inexplicable, Taki y Mitsuha empiezan a intercambiar sus cuerpos, con lo cual experimentan directamente y en carne propia la vida del otro. Intrigados, buscando una explicación a lo que les está ocurriendo, empiezan a comunicarse dejándose mensajes.
Tu nombre enfrenta, a través de las figuras antagónicas de Taki y Mitsuha, y, con ellos, de Tokio e Itomori, el pasado y el presente de una sociedad, y los imbrica mediante un lazo que desafía la concepción lineal del tiempo sucesivo y que invita a repensar la naturaleza del tiempo y de la memoria con una visión más rica, donde el pasado nunca pasa del todo y los finales pueden ser comienzos. La película de Shinkai explora además la influencia de los grandes acontecimientos en las pequeñas vidas individuales, y viceversa, y, a través de sus protagonistas, juega con otros pares de conceptos, como la tradición y la modernidad, la identidad y la alteridad, o el destino y el azar.
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Tu nombre mezcla romance, drama y ciencia ficción para ahondar también en lo que significa la conexión profunda entre dos personas. A medida que Taki y Mitsuha se acercan a la solución del misterio que afecta al pueblo de Itomori y a la verdad sobre sus propias vidas, se enfrentan a preguntas existenciales acerca de la naturaleza del amor y de los vínculos humanos. Tanto Taki –con sus insatisfacciones y complejidades– como Mitsuha –esa joven secretamente soñadora que va revelando un carácter fuerte e incapaz de rendirse– resultan personajes interesantes no solo por lo que son de entrada, por su definición, sino por lo que incesantemente van dejando de ser y pasando a ser, por su evolución.
Evolución impulsada en gran parte por la relación que entablan y por la cual, a medida que van intercambiando sus cuerpos, empiezan a descubrir qué es lo que realmente les importa en la vida. Tu nombre es recomendable para quien desee descubrir por qué nuestras relaciones personales son en el fondo mucho más transformadoras y significativas de lo que pensamos.
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La música compuesta especialmente para el largometraje por Radwimps –el grupo japonés de rock fundado en 2001 por el vocalista y compositor Yojiro Noda– contribuye considerablemente a definir la atmósfera y el tono emocional de Tu nombre. La animación brinda una experiencia visualmente apasionante y demuestra que la técnica puesta al servicio de la creatividad puede servir para diseñar personajes convincentes y llenos de vida, y paisajes tan pintorescos como los del entrañable pueblito de Itomori, y tan palpitantes como los de esa gran metrópolis que es la ciudad de Tokio. Los detallados escenarios urbanos y rurales del largometraje de Makoto Shinkai ora celebran la vibrante y dinámica fascinación del Japón contemporáneo, ora contemplan con clara nostalgia la belleza que se pierde inevitablemente en la distancia cuando marchas veloz hacia el futuro.
