Encuentro con José Asunción Flores en Buenos Aires (1972). Entrevista a Guillermo Sequera

Días antes de la muerte del maestro José Asunción Flores, el antropólogo Guillermo Sequera se reunió con él en Buenos Aires. De aquel encuentro con el exiliado «padre de la guarania» trata esta reveladora conversación con el poeta del portuñol salvaje, Douglas Diegues. En exclusiva para El Suplemento Cultural.

El antropólogo y etnomusicólogo Guillermo "Mito" Sequera
El antropólogo y etnomusicólogo Guillermo "Mito" SequeraGentileza

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En 1972 el antropólogo y etnomusicólogo Guillermo Sequera viaja a Buenos Aires para conocer al maestro José Asunción Flores, exiliado en la capital kurepí. Guillermo Sequera quiso grabar una entrevista, pero Flores no lo permitió. Flores se emocionó cuando Sequera le hizo escuchar los sonidos de la banda Peteke-Peteke, que acababa de descubrir en la zona de Yaguarón. Flores quiso volver a Paraguay al final de su vida, pero Stroessner se negó a permitirlo. El martes, en una especie de venganza poética, la guarania inventada por José Asunción Flores fue legitimada por la Unesco como patrimonio inmaterial de la humanidad. Pero la guarania es parte de un patrimonio inmaterial mucho más amplio, que abarca las más de 22 etnias amerindias que aún no han conseguido exterminar en Paraguay, las lenguas milenarias, las mitologias resplandecientes, los artistas de la selva, las bandas Peteke-Peteke, los pasioneros, los estacioneros, las tejedoras, los tejedores escondidos en los bosques de la zona carapegueña. La guarania de José Asunción Flores podrá motivar el reconocimiento de esa multiplicidad de singularidades paraguayensis dispersas, pero no debe ser utilizada para encubrir tal diversidad cultural mágica ni tampoco los sistemáticos atropellos a los pueblos guaranís que vienen siendo expulsados de manera violenta de sus propios territórios. (DD)

Imagen de la marcha de  pueblos indígenas realizada en marzo  en Asunción, en la que   reclamaban el cese de la violencia y el asesinato de indígenas.
Marcha en reclamo del cese de la violencia y el asesinato de indígenas, marzo de 2020, Asunción.

Douglas Diegues: En 1972 viajas a Buenos Aires para encontrarte con Flores, mostrarle tus trabajos y hacerle una entrevista. ¿Cómo fue ese viaje y cómo fue el encuentro?

Guillermo Sequera: Viajar a Buenos Aires era como respirar una bocanada de aire fresco; era como rememorar su nombre originario: Santa María de Los Buenos Aires. En Paraguay, desde la década de 1920 se viajaba con fines laborales, culturales. La migración a Argentina era búsqueda de un mejor pasar, encuentro de novedades editoriales, nuevas corrientes literarias. No olvidemos la sugerencia del poeta Manuel O. Guerrero a José A. Flores de pegar rumbo a Buenos Aires para desarrollar su talento. Y Flores titula una de sus obras: Buenos Aires, ¡salud! En mi caso, tenía la necesidad de un encuentro con el maestro para obtener su respuesta acerca de si mis estudios de campo en la tradición oral campesina e indígena podrían ser de utilidad para el reconocimiento de nuestros sistemas culturales.

DD: Llevaste grabaciones de orquestas populares estilo angu’a parãrã, entre otras cosas, para presentarle tu trabajo a Flores… ¿Cómo reaccionó al escucharlas?

GS: En la decada de 1970 dedicaba un buen tiempo a visitar las comunidades del interior y ubicar informantes populares y grupos con expresiones creativas y repertorios instrumentales que ayuden a un mejor entendimiento y análisis de nuestros universos sonoros. En Yaguarón ubico a la Peteke-Peteke, en la compañía Guajavyity, y me tomo tiempo para profundizar la experiencia histórica, cultural, de su impacto. Eso me da pie para relacionar la emergencia histórica de las bandas de los siglos XVI y XVII con las del siglo XX, donde Flores, casi un muchachito, inicia sus prácticas instrumentales. Gracias a contactos cercanos a Flores –contactos de confianza– voy preparando la situacion favorable al encuentro. En marzo de 1972 recibo un mensaje en clave: debía ir preparando las maletas para ir a Buenos Aires a encontrarme con el maestro. Encuentro que se realiza una semana antes de su muerte. Más de 6 horas, tiempo suficiente para hacerle escuchar mis registros de campo, sobre todo de la banda Peteke-Peteke y las voces de sus integrantes, ofreciendo sus explicaciones sobre sus historias de vida, su orgullo de pertenecer a la banda, los orígenes de su repertorio. Para él fue motivo de profunda nostalgia, y lo sentí sollozar en varios momentos.

Banda Peteke-Peteke
Banda Peteke-Peteke

DD: Flores tuvo prohibido entrar en Paraguay durante el estronismo y fue considerado un traidor a la patria a pesar de haber inventado la guaranía...

GS: Poco se sabe de sus idas y vueltas entre Asunción y Buenos Aires. Pero existen evidencias. Su primer viaje lo realiza entre 1925-26. Natalicio González y otros crean la revista Guarania, que fue un punto importante de aglutinación cultural de migrantes paraguayos. En 1928, e inicios de la guerra del Chaco, Flores vuelve al país y se alista en la banda del ejército con otros músicos, como Herminio Giménez.

Sin embargo, la Revolución rusa de 1917 va tomando cuerpo en América Latina, como sucedió con la Revolución mexicana. Intelectuales, artistas, obreros y campesinos no podían desestimar esos procesos emancipatorios, a cuyas ideas Flores adhiere plenamente, y sella compromiso político con el Partido Comunista Paraguayo, como otros músicos (Lara Bareiro, Luis Cañete). Es importante destacar que la personalidad de José A. Flores era un imán: ni sus propios enemigos podían negar su talento, su simpatía, su inteligencia, su gran atractivo personal. Una persona fuera de serie. La influencia que ejercía Flores en sus colegas, artistas y creadores, constituía un verdadero riesgo político para el enemigo y la decisión fue cerrarle el paso, imperdirle volver. En Buenos Aires era controlado y vigilado mediante la colaboración policial entre Argentina y Paraguay. APA participaba activamente en considerar a Flores, y su obra musical, como enemigo número uno. Desde la posguerra (1945), la difusión de sus composiciones estaba totalmente prohibida, como pasó también con las de Herminio Giménez, Luis Cañete y tantos otros.

DD: ¿No huele a contradicción esta legitimación tardía vía Unesco del legado de Flores en estos tiempos en que los pueblos guaranís del Paraguay son sistemáticamente expulsados de sus propias tierras con balas de goma, helicópteros y gases lacrimógenos, y cada vez hay más indígenas arrojados a las calles de Asunción, durmiendo en las veredas, abandonados por el Estado, por las instituciones, por todos?

GS: Primero: sin lugar a dudas, su reconocimiento internacional constituye un logro, impulsado por un colectivo importante, con la complicidad del Sur global para unir votos a favor. También creo relevante decir que la Unesco es una de las agencias de la ONU y sus conceptos innovadores constituyen un esfuerzo colectivo de varios centenares de Estados y gobiernos representados bajo normas, reglamentos y funcionamiento colectivo, además, de alta complejidad en el entramado de tendencias de valores y principios. No está de más saber que Estados Unidos, Japón, Israel y Gran Bretaña retiraron sus compromisos financieros en protesta por la aceptación de Palestina como Estado miembro de la Unesco.

Mural con el rostro de José Asunción Flores, creador de la guarania, en el barrio Chacarita de Asunción (EFE).
Mural con el rostro de José Asunción Flores, creador de la guarania, en el barrio Chacarita de Asunción (EFE).

He visto que la recomendación de la Unesco a la gobernanza local es el compromiso con el reconocimiento y promoción de la guarania a todo nivel. Yo considero que dicha recomendación expresa limitaciones meramente formales (quizá sugeridas en la redacción de la documentación presentada para su análisis).

No olvidemos que el maestro Flores fue perseguido vigilado, censurado –principalmente– por su compromiso imbatible. Valoraba mucho la cooperación cultural internacional, el intercambio y la solidaridad entre los pueblos. Agradecía profundamente el firme apoyo de la URSS a la difusión mundial de su obra.

DD: Además de la guarania, ¿cuáles son (para vos) otras obras de Flores de igual o semejante importancia?

GS: En nuestro encuentro, le pregunté por sus influencias y preferencias en materia de compositores: Bach, Beethoven, Mangoré, Liszt, Tchaikovski, Rachmaninov, Rossini, ópera italiana, Stravinsky. Este último lo marca con fuego en Ahendu nde Sapukai y en Ñanderuvusu, puesta en cromatismos timbrísticos sonoros notables en la trama de masas corales (rescatadas de nuestros pasioneros originarios de los talleres de música de las reducciones), las sorpresas polirrítmicas, la consagración de los cobres.

La gran lección que consagra el personaje José A.Flores (per-sonare, del bajo latín renacentista) consta de varios ejes que rescatar para un despegue emancipador a un nuevo mundo comprometido con la invención de sociedades, la puesta en marcha de democracias participativas con políticas públicas de justicia social, el avance de movimientos sociales por la instauración definitiva de la paz en el mundo, el acceso a la formación de ciudadanos de alta cultura, con atención especial a los indígenas y los campesinos. Toda su obra reposa sobre una estética –y una cosmovisión– sugerente en su preocupación por la defensa de la biodiversidad, de los bosques, de la naturaleza, de la vida y de la multiplicidad de los saberes y sabores originarios.

José Asunción (el primero a la izquierda) con amigos en Buenos Aires.
José Asunción (el primero a la izquierda) con amigos en Buenos Aires.

*Douglas Diegues es escritor y está considerado el principal exponente del portuñol selvagem. Hay textos suyos en antologías internacionales de narrativa y poesía como Neues vom Fluss (Alemania) o Los chongos de Roa Bastos (Argentina). Ha publicado Dá gusto andar desnudo por estas selvas (2002), Astronauta Paraguayo (2007), TripleFrontera Dreams (2017) y Maravillosos transdelirios (2023), entre otros libros.

*Guillermo Sequera es antropólogo con estudios de etnología en la École des Hautes Études en Sciences Sociales (EHESS) y miembro de la Société Francaise d’Ethnomusicologie, París. Ha publicado Tomárâho. La resistencia anticipada (2006), Kosmofonia Mbya Guaraní (2006, 2021), Relatos míticos de niños tomáräho (2011) y Cosmografía Chamacoco (2024), entre otros libros.

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