La sociedad del cansancio, de Byung-Chul Han

Para el filósofo surcoreano Byung-Chul Han, de la sociedad disciplinaria, basada en imperativos y prohibiciones externos, hemos pasado a la sociedad del rendimiento, en la que cada individuo se explota a sí mismo.

/pf/resources/images/abc-placeholder.png?d=2061
Gentileza

Cargando...

Byung-Chul Han nació en Seúl, Corea del Sur, en 1959. Estudio Literatura Alemana y Teología en la Universidad de Múnich y se doctoró en Filosofía en la Universidad de Friburgo con una tesis sobre el profesor emérito de aquella universidad y probablemente el filósofo más complejo del siglo XX, Martin Heidegger. Enseñó Filosofía en Basilea y Teoría de los Medios en la Escuela Superior de Diseño Karlsruhe y en la Universidad de las Artes de Berlín. Su producción bibliográfica analiza la sociedad contemporánea desde un ángulo novedoso y desafiante para sus lectores en libros como La sociedad paliativa y La expulsión de lo distinto, entre otros.

En La sociedad del cansancio, analiza una actitud humana totalmente contraria al optimismo de la era de la Ilustración. A la certeza del progreso, Chul Han enfrenta la idea del cansancio y el tedio originalmente abordado por el existencialismo, aunque la cita más acertada que coloca en este texto se la debe a Franz Kafka –cuyo centenario luctuoso se cumplió este año–, quien anotó, en referencia al eterno retorno de lo igual en el mito griego de Prometeo (condenado a que un águila le comiera el hígado perpetuamente por haber desafiado a los dioses) en su relato «Prometeo»: «Los dioses se cansaron; se cansaron las águilas; la herida se cerró de cansancio».

Tal como Kafka imagina un cansancio curativo, que no abre heridas sino que las cierra, el ensayo de Chul Han desemboca en la reflexión de un cansancio curativo.

El filosofo coreano aborda un tema crucial en la actualidad, afirmando: «el llamado “inmigrante” no es hoy en día ningún otro inmunológico, ningún extraño en sentido empático del que se derive un peligro real, o de quien se tenga miedo. Los inmigrantes o refugiados se consideran como una carga, antes que como una amenaza».

La inmigración atemoriza a los países del bienestar. Por razones ideológicas, sectores de la sociedad ven una amenaza cultural y de supervivencia en el crecimiento demográfico de los inmigrantes, que hace temer una futura mayoría de «otros». Los partidos extremistas ganan adherentes por la diseminación del temor a una Europa musulmana. En el cansancio de la actualidad, «el problema consiste en rechazar y expulsar». Esta expresión describe magníficamente la evolución del fenómeno migratorio de los siglos XIX y XX al siglo XXI.

La sociedad del cansancio, de Byung-Chul Han
La sociedad del cansancio, de Byung-Chul Han

En el capítulo «Mas allá de la “sociedad disciplinaria”», Chul Han discute la percepción de la sociedad de Foucault, «que consta de hospitales psiquiátricos, cárceles, cuarteles y fabricas que ya no se corresponde con la sociedad de hoy en día». La ha reemplazado «desde hace tiempo otra completamente diferente, a saber: una sociedad de gimnasios, torres de oficinas, bancos, aviones, grandes centros comerciales y laboratorios genéticos». Para Chul Han, «la sociedad del siglo XXI ya no es disciplinaria sino una sociedad de rendimiento. En ella todo se mide, lo positivo y lo negativo, y todo se retrotrae a innumerables encuestas».

Si la sociedad disciplinaria es definida por la negatividad de la prohibición, de acuerdo a Chul Han «la sociedad de rendimiento se desprende progresivamente de la negatividad. Como nunca, pautas de comportamiento que anteriormente eran rechazadas y hasta criminalizadas, hoy en día son aceptadas dentro del paraguas de la diversidad y de la individualidad». La creciente desregularización acaba con ella poniendo de moda un poder sin límite y un neologismo muy utilizado: «empoderamiento».

En el capitulo eje, «La sociedad del cansancio», Chul Han describe la sociedad del rendimiento como «sociedad de dopaje». Con tantos avances científicos, muchas tareas apelan a productos químicos. El dopaje permitió el tráfico de estupefacientes a escala normal. Es una manera de combatir el cansancio buscando el bienestar pasajero. En el deporte, afirma el filósofo, ya existe la posibilidad de mejorar el rendimiento atlético por medio de sustancias que, naturalmente, están prohibidas para asegurar el fair play y la sana competencia.

En el cierre del capítulo, Chul Han toca un tema neurálgico, el cansancio no como una agenda de lo que hay que hacer sino como una decisión de lo que hay que dejar pasar, cada vez más alejada de lo que imponía la disciplina anterior.

El filósofo surcoreano Byung-Chul Han (Cortesía de Editorial Herder)
El filósofo surcoreano Byung-Chul Han (Cortesía de Editorial Herder)

Según Chul Han, toda época tiene sus enfermedades emblemáticas. Hay una época bacterial que toca a su fin con la invención del antibiótico y gracias a técnicas inmunológicas. El comienzo del siglo XXI, desde un punto de vista patológico, no sería bacterial ni viral, sino neuronal. La depresión, el trastorno límite de la personalidad, el síndrome del desgaste ocupacional definieron el panorama del comienzo de este siglo.

Chul Han da papel preponderante a lo que llama el «cambio de paradigma» de la sociedad actual, por la emergencia de nuevas tecnologías comunicacionales que nunca descansan: el ciclo de noticias dura veinticuatro horas al día, cada día del año. Y se vuelve difícil discernir la noticia cierta de la que uno quiere escuchar y prefiere creer. Ante la duda por la posibilidad de fake news, es nuevamente el cansancio el que toma las riendas y permite una existencia menos traumática.

A lo largo de varios capítulos, Chul Han desafía a su audiencia. Provocativamente, afirma: «Hoy vivimos en unos tiempos sin fiestas, en una época sin festividad». Se refiere, naturalmente, a las fiestas calendarias tradicionales, que cada vez tienen menos significado, como puede notar en el hecho de que en un país sudamericano la anteriormente mística Semana Santa, de recogimiento y oración, haya pasado a ser la Semana del Turismo.

Byung-Chul Han nos regala en esta obra un ejemplo de la importancia de la filosofía en la vida cotidiana. Muchas de sus reflexiones remiten a la existencia anónima de la población, encarada bajo una óptica crítica novedosa y provocativa.

Byung-Chul Han y La sociedad del cansancio (Ilustración de Mon Tzé).
Byung-Chul Han y La sociedad del cansancio (Ilustración de Mon Tzé).

*Beatriz González de Bosio es licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Católica Nuestra Señora de la Asunción y licenciada en Historia por la Universidad Nacional de Asunción, miembro del Centro de Estudios Antropológicos de la Universidad Católica (Ceaduc), vicepresidenta de la Academia Paraguaya de Historia y presidenta del Centro Unesco Asunción. Ha publicado, entre otros libros, Periodismo escrito paraguayo, 1845-2001: de la afición a la profesión (Intercontinental, 2001), El Paraguay durante los Gobiernos de Francia y los López (en coautoría con Nidia Areces, ABC Color/ El Lector, 2010), En busca de la ciudad escondida. Asunción en 1811 (en coautoría con Juan José Bosio, Mabel Causarano y Antonio Spiridinoff, Secretaria Nacional de Cultura, 2012).

Enlance copiado
Content ...
Cargando...Cargando ...