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«Traduttore, traditore» («traductor, traidor») reza una conocida expresión italiana que remite a las complejidades constitutivas del acto de la traducción. Para no entrar en los detalles de esta problemática, de la que se han escrito centenares de estudios, resumamos la cuestión en las siguientes preguntas: ¿es fiel el traductor a la idea/mensaje del texto original más allá de la traducción literal de ciertas palabras? ¿Puede desechar ideas y agregar otras propias, ya por equivocación, ya intencionalmente? En fin, en el mismo Paraguay las eternas polémicas entre especialistas de la lengua guaraní sobre la traducción correcta al castellano de determinadas expresiones nos dan una idea del problema.
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Aún con buenas intenciones, el traductor, la traductora, son personajes sospechosos, generadores de desconfianza, pero, al mismo tiempo, grises, invisibles para la mayoría de los lectores. Los directores de cine son, en cierta medida, también traductores, en su caso de los textos originales en que basan la escritura del guion. La mayoría del público elige ver películas de tal o cual director, no del autor de la obra en que se basó o del mismo guion, es decir, eligen al traductor, pero ¿a cuántos conocen que compren un libro por quien lo tradujo más que por el autor? Sin embargo, aquel lector noruego o chino que cree estar leyendo a Cortázar no es consciente de que en un mínimo porcentaje está leyendo también al traductor.
Estos devaneos mentales en voz alta sobre la traducción son para preguntarnos quién fue la persona, il traduttore, que medió entre una de las obras más conocidas del teórico anarquista ruso Piotr Kropotkin, La conquista del pan, y el proletariado paraguayo de principios de la década de 1920.
Publicada originalmente en 1892 en francés como La conquéte du pain, entre 1900 y 1910 ya existían varias traducciones en castellano, como la de León Ignacio para la Editorial Sempere y Cia., de Barcelona. Nos preguntamos… ¿con cuántas mediaciones le llegó al obrero paraguayo esta obra de Kropotkin? Y es aquí donde aparece la figura de nuestro traduttore: Julio Company, un traductor y educador popular anarcosindicalista activo en Paraguay entre 1920 y 1925. No contamos con suficiente información sobre sus orígenes familiares y su vida, solo que era catalán, como lo indica su apellido, y que aparece en las fuentes del anarcosindicalismo paraguayo con una función fundamental. En un aviso incluido en el No. 8 del periódico Renovación (ver VIII entrega de esta serie), correspondiente al 15 de octubre de 1921, se leía lo siguiente:
«Educación Popular: para la formación de individuos libres de dogmas, todos los días Martes y Jueves a las 8 p. m. en el local de panaderos, Ipané 71, el compañero Julio Compani [sic] comenta el libro LA CONQUISTA DEL PAN. Todos los hombres amantes de la educación quedan invitados».
¿Qué Kropotkin les llegó a los obreros paraguayos? ¿Uno puro, directo del francés de 1892? ¿O uno mediado por León Ignacio y finalmente por Julio Company? Incluso, Company seguramente realizó otra operación de traducción en esos encuentros en el local de los panaderos, al simplificar algunas categorías y conceptos demasiados abstractos para la educación promedio del obrero paraguayo. No lo sabremos con precisión, pero de lo que sí estamos seguros es de que Company fue un intelectual orgánico del anarquismo regional muy importante en la tarea de concientización del proletariado paraguayo entre 1920 y 1925, invisible para las fuentes.
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No sabemos con certeza si permaneció todos esos años en Paraguay o si alternó entre Asunción y Buenos Aires, pero sí que continuó con su obra de difusión del pensamiento de Kropotkin. Así, en octubre y noviembre de 1923 la obra La ética, del autor ruso, se publicó en entregas en las páginas del periódico anarquista argentino La Antorcha en una traducción directa del ruso al castellano realizada por Company.
No termina allí el raid de traducciones anarquistas de Company. Al año siguiente su nombre quedó asociado al de Anatol Gorelik, autor de El movimiento revolucionario de las masas en Ucrania, obra que fue traducida por Company del ruso al castellano y publicada en Buenos Aires en junio de 1924 por la Biblioteca «La Palestra» de Tribuna Libertaria (1). En el libro se analiza el movimiento campesino anarquista liderado por Néstor Majnó.
Paralelamente a esta tarea de traducción, en 1924 se vinculó con un grupo de dirigentes universitarios y profesores paraguayos que estaban concretando alianzas con el movimiento obrero, entre los cuales se encontraban Oscar Creydt, Obdulio Barthe y Cosme Ruiz Díaz, entre otros. Estos integraron la Comisión Directiva de un breve «Comité de Estudiantes y Obreros Librepensadores», donde participaron también anarcosindicalistas como Juan Deilla; comunistas como Moisés Drelichman; y socialistas como Rufino Recalde Milessi y Anselmo Jover Peralta (2).
También tradujo directo del ruso otra obra de su compañero Anatol Gorelik, La educación en la Rusia soviética (poder comunista y educación), publicada en dos entregas con el título «La política educacional de los comunistas» en La Antorcha en julio de 1925 (3).
Luego de esta última experiencia, su nombre no vuelve a aparecer en las fuentes disponibles. Para finalizar, en relación a la influencia de la obra de Kropotkin en el Paraguay y en la región del Plata, ¿fue Company más importante que el propio «príncipe anarquista»?
Notas
(1) Mintz, Frank (2023). Gorelik, Anatol. Diccionario biográfico de las izquierdas latinoamericanas. Disponible en http://diccionario.cedinci.org.
(2) Rivarola, Milda (1993). Obreros, utopías y revoluciones. Formación de las clases trabajadoras en el Paraguay liberal (1870-1931). CDE.
(3) Pittaluga, Roberto (2017). Entre el exilio y la revolución: Komin-Alexandrovsky, Anatol Gorelik y Mijail Yaroshevsky. Claves, vol. 3, n. 5, julio-diciembre 2017, p. 24.
*Mariano Damián Montero es profesor de historia, recibido en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires (UBA), investigador y autor de artículos sobre historia reciente del Paraguay publicados en revistas de diversos países, así como de los libros Agapito Valiente. Stroessner kyhyjeha (Editorial Arandurã, 2019) y Obras completas de Lincoln Silva (Editorial Arandurã, 2021).
Enlaces a las entregas anteriores de la Serie «Historias perdidas del anarquismo paraguayo»
-Historias perdidas del anarquismo paraguayo (I). El Pájaro Negro y el DeLorean.
-Historias perdidas del anarquismo paraguayo (II). Consecuencias de pasar de obrero a patrón.
-Historias perdidas del anarquismo paraguayo (III). Los cuatro de 1938.
-Historias perdidas del anarquismo paraguayo (IV). El inquisidor como antropólogo y el anarquismo paraguayo en los años sesenta.
-Historias perdidas del anarquismo paraguayo (V). El caso de Emilio Goltz y el paradigma indiciario.
-Historias perdidas del anarquismo paraguayo (VI). Anarquismo paraguayo y edición: el caso de la Agrupación El Combate (1923-1925).
-Historias perdidas del anarquismo paraguayo (VII). ¿Viajan las ideas? Historia de un equívoco: los Kostianovsky y Néstor Majnó.
-Historias perdidas del anarquismo paraguayo (VIII). El caso de Renovación, 1920-1926.
-Historias perdidas del anarquismo paraguayo (IX). Cultura Socialista: el canto de cisne de la prensa anarquista paraguaya.
*Además de estar disponibles en línea, todas las entregas de esta serie histórica se encuentran publicadas en la edición impresa de El Suplemento Cultural de ABC Color.