Richard Clayderman: Señor pianista

Junio ha traído el tour brasileño 2024 del pianista francés Richard Clayderman (nombre artístico de Philippe Robert Louis Pagès), que está celebrando su 70 cumpleaños con una gira mundial, «Richard Clayderman / 45 años de éxitos», y Daniel Nasta nos cuenta cómo se vivió el concierto del músico parisino en el colosal auditorio del Espacio Unimed –antes conocido como Espacio de las Américas– en São Paulo.

El pianista y el melómano -Richard Clayderman y el autor de este artículo, Daniel Nasta, en Sao Paulo, junio de 2024
El pianista y el melómano: Richard Clayderman y el autor de este artículo, Daniel Nasta, en Sao Paulo, junio de 2024

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Tuve oportunidad de escucharlo en Sao Paulo la semana pasada, invitado por mi buen amigo Manoel Poladian, que organizó, una vez más, el tour brasileño 2024 de Richard Clayderman.

Confieso que fui sin grandes expectativas, pero agradecido por la oportunidad de ponerme al día con este artista, recordando haber escuchado muchos cedés a partir de su famosa Balada para Adelina, aunque en los últimos años había perdido contacto con su producción musical.

Sin embargo, participar del concierto resultó una sorpresa muy agradable para mi condición de melómano, ya que fue un paseo por diferentes momentos de la música popular, interpretados siempre con un estilo y una calidad profesional excelentes.

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Estuvo acompañado por seis músicos brasileños, entre violines y violas, y una base musical técnicamente perfecta. Las melodías que eligió, de temas populares de cantantes conocidos, fueron interpretadas con dulzura en los casos que así lo requerían y con mucho dinamismo en aquellos que exigían un ritmo superior, incluyendo valses y temas de óperas (no se olvidó de nada en el show de más de 90 minutos).

Personalmente, para mí, el punto más alto de todas sus interpretaciones fueron los temas de películas, algunos presentados en forma de enganchados magistrales, y otros como ricas y preciosas melodías individuales.

(Y aquí abro un breve paréntesis: la música de cine generalmente ha sido considerada y clasificada en primer término como música incidental –para dar más valor a las imágenes y a la historia–, pero su apreciación independiente como producto estético con valor propio despega notoriamente a partir del trabajo del director Sergio Leone, que se juntó con Ennio Morricone para su famosa trilogía de western italianos –y otras películas más–. Leone escuchaba la música de Morricone y con posterioridad, incorporando la sensibilidad y dimensión de los temas propuestos, escribía y ajustaba el guion, creando «sin querer queriendo» un anticipo de los videoclips que hoy son parte de nuestra cultura.)

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El repertorio de música cinematográfica que interpretó Clayderman incluyó parte de la banda sonora de Star Wars, composiciones de Morricone para películas icónicas como Érase una vez en América y Cómo se conquistó el oeste, Carrozas de fuego (el famoso tema escrito y grabado por Vangelis para la banda sonora de la película de 1981 del mismo nombre) y temas de John Williams, entre otros. Además de la musicalidad propiamente dicha, hubo una puesta en las pantallas del escenario que nos transportaba a escenas de las películas a las cuales se hacía referencia o que eran pertinentes con relación al tema que estaba interpretando.

De más está decir que el tema de Titanic fue una manera de recordar toda la emoción que nos hizo vivir esa película, tan representativa de la historia del cine, de acuerdo a las palabras del propio pianista.

Quiero terminar agradeciendo una vez más a Manoel Poladian, empresario artístico brasileño, con quien me une una amistad, y que ha organizado en su vida más de 6000 shows y conciertos de diversos artistas. Ahora tiene previsto presentar a Dionne Warwick en el mes de octubre.

Chapeau Manoel. Chapeau Richard Clayderman.

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*José Daniel Nasta es publicista, empresario y coleccionista de arte. Es fundador de la agencia Publicitaria Nasta y del Capítulo Paraguayo de la International Advertising Association (IAA), que bajo su presidencia ganó el Tulipán de Oro en 1980. Ha recibido la Medalla al Mérito de la IAA, Chicago, en 1986. Ha publicado Sin Tocayos. Historias reales de cómo se llama la gente (1993), Tocar de oído. Notas de la vida que escuché al pasar (1996), La migración árabe y su descendencia en Paraguay (2007, en coautoría con L. Alberto Asbun K.), Árabes en el Paraguay: migrantes y descendientes (2015) y Pienso, luego éxitos (2023), entre otros libros. Es presidente de la Fundación Texo de arte contemporáneo.

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