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La Edad Media española se extiende aproximadamente desde el año 476 (caída del Imperio Romano de Occidente) hasta 1492 (descubrimiento de América). Durante este largo periodo la historia ibérica estuvo dominada por la lucha entre los reinos cristianos y los árabes musulmanes. La institución más importante fue la iglesia, estrechamente vinculada a la nobleza feudal.
Alrededor del siglo X se empieza a desarrollar la lengua castellana, al lado de otras también derivadas del latín, como el portugués, el gallego y el catalán. El idioma vasco o euskera existía ya antes de la colonización romana.
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En el siglo XVI, bajo la corona de Carlos V y su hijo Felipe II, España alcanzó el rango de primera potencia europea y empezaron la conquista y la colonización americanas.
La novela caballeresca
En esta época maduró en Europa el Renacimiento, vasto movimiento artístico, filosófico y cultural que canceló definitivamente la mentalidad medieval. En el Medioevo, el mundo celestial y el terrenal aparecían íntimamente integrados. El renacimiento los separó claramente.
También en este periodo se produce el fenómeno social y religioso de la Reforma, inspirado por el alemán Martín Lutero, que dividiría a Europa en protestantes, de lenguas germánicas, y católicos, de leguas latinas.
Entre los intelectuales de más renombre del Renacimiento figuran el poeta italiano Francesco Petrarca (1304-1374), que entusiasmó a los escritores por la riqueza cultural de la Antigüedad latina, y el filosofo holandés Erasmo de Rotterdam (1467 y 1536), que propagó el humanismo, que se abocaba a abolir el pasado ideológico medieval e instaurar una separación definitiva entre la teología y las ciencias humanas.
Durante la primera mitad de la centuria el más importante género narrativo español fue la novela de caballería. Estas novelas relataban con impresionante fervor las imaginarias hazañas de invencibles caballeros medievales. Su fantasía colosal conquistó enorme popularidad. La más célebre novela caballeresca es la anónima Amadís de Gaula (1508).
La novela picaresca
En la segunda mitad del siglo aparecen otros géneros narrativos, como la novela pastoril, la novela morisca y la novela picaresca. Una de las novelas picarescas más conocidas es la Vida del pícaro Guzmán de Alfarache (1599), de Mateo Alemán. Pero la obra cumbre del género es la breve y anónima Vida del Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y adversidades (1554).
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Lázaro, niño muy humilde y huérfano de padre, es encomendado por su madre a un ciego tacaño que vive de limosnas. Luego pasa a servir a un clérigo no menos avaro. Padece hambre bajo la tutela de uno y otro y a ambos debe engañar para poder alimentarse. En el tercer capítulo, asiste a un hidalgo empobrecido que carece de medios de subsistencia pero que lo trata como a un ser humano, y Lázaro, compadecido, pide limosna para ambos. Las peripecias no cesan hasta que Lázaro consigue un empleo estable como pregonero de vinos de Toledo y se casa con la criada de un Arcipreste.
Lázaro no representa la figura del pícaro infame y ladrón; al contrario, si bien es capaz de hurtar a sus amos por necesidad, la nobleza de su espíritu se transparenta nítidamente en el episodio del hidalgo, y en la primera oportunidad no duda en abandonar la vida marginal para trabajar honradamente.
El Siglo de Oro
En el siglo XVII, España entró en decadencia política, económica y social, pero no cultural, pues alcanzó su máximo esplendor literario. Por eso se denomina el Siglo de Oro al conjunto de obras literarias producidas en España durante los siglos XVI y XVII.
En el siglo XVI los descubrimientos científicos y geográficos, la evolución de la sociedad hacia estructuras más modernas y el desarrollo de la cultura y el arte habían dado al hombre europeo confianza en sí mismo, en la razón humana y en el progreso histórico. En la primera mitad del siglo, durante el reinado de Carlos V y a consecuencia de alianzas dinásticas en Europa y de la conquista de América, los españoles se sintieron con fundamento la primera potencia mundial. Esto favoreció el surgimiento en el país del pensamiento renacentista y la modernización intelectual que exigía.
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El Humanismo nunca fue contrario a la religión católica. Sin embargo, las ideas renacentistas nunca gozaron de las simpatías de los poderes tradicionales españoles. La nobleza feudal y el alto clero las combatieron tenazmente hasta conseguir que se pasara de la tímida tolerancia de Carlos V a la persecución de Felipe II.
La primera novela moderna
Así, mientras la Inglaterra de Isabel y de Shakespeare y más tarde la Francia de Richelieu y Luis XIV adoptaron inteligentemente la modernización social que exigían las circunstancias y pasaron a ocupar el rango de grandes potencias, España, encerrada en sus estructuras medievales, habría de conocer sucesivos y dramáticos desastres políticos, militares, diplomáticos y económicos por muchísimo tiempo.
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Miguel de Cervantes advirtió con lucidez que ya no tenía motivos para confiar en el optimismo renacentista, pero no se resignó al pesimismo barroco. Su Don Quijote de la Mancha es la primera novela moderna. Una sátira de la España de la Contrarreforma y un insuperable estudio del alma humana. La ironía colosal de Don Quijote de la Mancha consistió en mostrar que el altruismo de Don Quijote y los empobrecidos hidalgos de España y el sentido común de Sancho y sus sencillos labradores eran superiores en lucidez y calidad humana a ciertos arrogantes duques que pretendían burlarse de ellos y los sesudos canónigos que forcejeaban para hacerlos entrar en razón, y que en definitiva estos eran los locos. Y tal fue el testamento intelectual para las nuevas generaciones de ese hombre profundamente sensible, solidario y honrado que se llamó Miguel de Cervantes. Falleció al año siguiente de publicar la segunda parte de El Quijote, en 1616. El mismo año del fallecimiento de William Shakespeare y del Inca Garcilaso de la Vega.
Bibliografía
Cervantes, Miguel de. El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha.
De las Heras, César Alonso; Marcos, Juan Manuel. Curso de literaturas hispánicas. Asunción, FVD Colegio San José, 1981-82.
*Beatriz González de Bosio es catedrática, miembro de número de la Academia Paraguaya de la Historia, coordinadora del Capítulo Paraguayo del Corredor de las Ideas del Mercosur y licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Católica Nuestra Señora de la Asunción (UCA) y en Historia por la Universidad Nacional de Asunción (UNA). Ha publicado, entre otros libros, Periodismo escrito paraguayo, 1845 - 2001: de la afición a la profesión (Intercontinental, 2001) y Los legionarios (El Lector, 2013).