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Hace ya una década, en 2013, la Princeton University Press publicó por primera vez en inglés –con traducción del italiano a cargo de Martin McLaughlin– una recopilación de las cartas del escritor italiano –aunque nacido, pintoresco detalle, bajo el vigoroso sol cubano– Italo Calvino (Santiago de Las Vegas, Provincia de La Habana, Cuba, 15 de octubre de 1923 - Santa Maria della Scala, Siena, Italia, 19 de septiembre de 1985). El volumen se titula Letters, 1941-1985.
Esta cuidada edición estadounidense de las cartas de Calvino estuvo bajo la supervisión de la viuda del escritor, la traductora argentina Esther Judith Singer (fallecida en 2018). El libro incluye una suculenta correspondencia con célebres amigos y colegas, desde Umberto Eco y Alberto Moravia hasta Michelangelo Antonioni, pasando por Leonardo Sciascia, Elsa Morante, Gore Vidal, Natalia Ginzburg, Luciano Berio, Primo Levi, Pier Paolo Pasolini y varios otros ilustres contemporáneos suyos, como era de esperarse.
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Hoy, en un contexto especialmente trágico por la escalada bélica en Medio Oriente y en medio de controversias sobre la situación palestina que recorren el mundo entero, queremos recordar una de las cartas de Italo Calvino incluidas en este libro. Se trata de una breve misiva fechada en 1968 y dirigida al poeta y narrador jordano Issa Al-Nauri.
Issa Al-Nauri es recordado, entre otras cosas, por haber fundado en 1952 la revista Al-Qalam al-Jadid, que, aunque tuvo corta vida, jugó un papel muy importante en la difusión de la literatura de Jordania, y por haber acercado el mundo de la literatura árabe a los escritores contemporáneos de otros países. Falleció el 3 de octubre de 1985, apenas un par de semanas después de Calvino, quien acababa de morir, a consecuencia de una hemorragia cerebral, a los 61 años de edad.
Pero volvamos a 1968. Issa Al-Nauri acababa de enviarle una selección de poesía palestina actual a Italo Calvino, que, como se sabe, durante buena parte de su vida trabajó en la editorial Einaudi, fundada en 1933 en Turín (y actualmente propiedad del grupo Mondadori).
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La carta de Calvino es una respuesta al envío de Al-Nauri, respuesta en la que, luego de los agradecimientos de rigor, Calvino le comenta su opinión acerca del conflicto entre palestinos e israelíes.
Cabe señalar que esta carta, que traducimos hoy para nuestros lectores, fue escrita apenas un año después de la Guerra de los Seis Días, en la cual Israel se apoderó de los Altos del Golán, de la península del Sinaí, de la Franja de Gaza, de Cisjordania y de la totalidad de Jerusalén.
Italo Calvino: «Las víctimas del pasado, los verdugos de hoy»
A Issa Al-Nauri, Ammán
Turín, 10 de octubre de 1968
Estimado señor Nauri,
He leído la poesía de la resistencia palestina que tan amablemente me ha enviado usted. Parecen ser poetas de una poderosa fuerza expresiva, llenos de sinceridad y calor humano. Lo mejor sería encontrar un diario donde poder publicar estos poemas. Intentaré contactar a un amigo para que puedan obtener la atención del diario.
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Por supuesto, para nosotros, los europeos, el trauma de la persecución que sufren los palestinos tiene una resonancia especial, ya que quienes actualmente los persiguen sufrieron (ellos mismos y sus familias) la persecución más terrible e inhumana perpetrada en siglos, tanto durante el nazismo como desde mucho tiempo antes. Que las víctimas del pasado se hayan convertido en los verdugos de hoy es el hecho más preocupante, y lo que creo que es más importante destacar. Lamento que ninguno de estos escritores aborde este tema.
Personalmente, pienso que la única solución al problema de Palestina se encuentra en el camino revolucionario, tanto para el mundo árabe como para las masas israelíes. Una revolución de los israelíes pobres (procedentes en gran medida del norte de África y de Medio Oriente) contra sus colonialistas y expansionistas gobernantes, pero también una revolución de las masas populares en los países árabes contra sus oligarquías reaccionarias y militaristas (aunque se autodenominen más o menos socialistas), que explotan el problema palestino para alimentar su propia demagogia nacionalista. La verdadera resistencia no consiste solo en la lucha contra el invasor extranjero: tiene que ser una batalla por la renovación profunda de la sociedad del propio país.
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Solo quería aclarar mis pensamientos con el propósito de confirmar mi solidaridad con los palestinos oprimidos y con los luchadores de la resistencia palestina, en el contexto de una visión general, política y humana.
Muchas gracias y mis mejores deseos,
Italo Calvino.
(Italo Calvino: Letters, 1941-1985, Princeton University Press, 2013, pp. 358-359. Edición de Michael Wood. Traducción al inglés de Martin McLaughlin.)