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Sacha Guitry se reservó el papel principal en casi todas sus películas, como corresponde al hijo del mejor actor del mundo –o por lo menos él lo consideraba así–, Lucien Guitry, cuya vida llevó al teatro (Le comédien, 1921) y al cine (Le comédien, 1948; Mon père avait raison, 1936).
Por el lado de su madre, la actriz Renée Delmas, Sacha Guitry era nieto del escritor y periodista René de Pont-Jest, a quien recuerda con gracia en Si j’ai bonne mémoire: «René de Pont-Jest, antiguo oficial de Marina, novelista, periodista, hombre muy distinguido, mente fina y espada afilada, amante de las mujeres y del juego: una especie ya extinta, la del parisino con polainas blancas y pantalón a cuadros» (1).
Sacha Guitry no estaba solo en su alta opinión de su padre, que fue quizás el actor más admirado de su época, como la más admirada actriz fue Sarah Bernhardt. Sacha nació durante una estadía de sus padres en San Petersburgo –de ahí su apodo ruso, Sacha–, y recién a los 50 años de edad saltó del teatro al cine, donde su carrera fue meteórica.
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Acusado de colaboracionista, después de la liberación de París pasó dos meses en prisión, y aunque en décadas posteriores su filmografía fue reivindicada por, entre otros, Francois Truffaut, parece hoy casi olvidado.
Pero incluso en sus tiempos de celebridad como actor de teatro y de cine, comediante, escritor, dramaturgo, guionista y cineasta, la obra gráfica de Sacha Guitry era poco conocida, y aun entre quienes lo reivindican hoy sigue siendo prácticamente desconocida. Sin embargo, Guitry era un diestro y original dibujante, y un filoso caricaturista –dado, sobre todo, a mofarse de sí mismo en sus autorretratos–.
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Por eso hemos rescatado del olvido este personaje creado por él en 1910 para el cacao Elesca, por entonces novedoso producto de la Compagnie Française du Lait Sec (2): un payaso vestido de verde y adicto al chocolate caliente. Lo encontramos en afiches publicitarios de Elesca, sentado a una mesa con mantel a cuadros rojos y blancos frente a una taza del dulce brebaje, o decorando latas y tazas (¡tazas para chocolate, por supuesto!).
El intraducible juego de palabras «L.S.K. C S.Ki» (al leer los nombres de las letras, en francés suenan así: «Elesca c’est esquis», «Elesca es exquisito»–, que se convirtió en slogan de la marca, también es invento de Guitry.
Tanto el ingenioso slogan –con la variante «Le K.K.O. L.S.K. est S.Ki» (que suena así: «Le cacao Elesca c’est esquis», «El cacao Elesca es exquisito») como el simpático dibujo del payaso goloso creados por Sacha Guitry fueron utilizados durante décadas en envases, carteles, etiquetas, vajilla, etcétera.
Notas
(1) Traducción propia. El original dice: «René de Pont-Jest, ancien officier de marine, romancier, chroniqueur, homme très distingué, esprit fin, fine lame, aimant les femmes, aimant le jeu –type disparu du Parisien à guêtres blanches sous pantalons à carreaux». Sacha Guitry, Si j’ai bonne mémoire, París, Librairie Plon, 1934.
(2) Empresa creada en 1906 en Teurthéville-Hague. Su chocolate con leche instantáneo en polvo Elesca se envasaba en París.