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En 1955, un joven negro muy apuesto entró al estudio Webster Hall, de Nueva York, para grabar un álbum de música popular caribeña. Comenzó con una vieja canción jamaiquina. Se apartó del micrófono para aprovechar la acústica cavernosa del lugar, y luego gritó:
Day-o!
Me say day-ay-ay-o!
Daylight come, and me wan’ go home…
Harry Belafonte fue un terremoto en la música pop del siglo XX. Su interpretación de aquel día sigue siendo uno de los momentos más brillantes en la historia de la industria discográfica. «Banana Boat Song», su versión de la canción popular jamaiquina «Day-O», sobre unos trabajadores que han cargado bananas en un barco durante toda la noche y que están esperando su paga para poder irse a casa, habla de penurias y peligros (A beautiful bunch o’ ripe banana / Hide the deadly black tarantula) en inquietante contraste con la arrolladora vitalidad de la melodía. Apareció en el álbum Calypso, de 1956, que lo convirtió en el primer artista que vendió un millón de copias de un elepé en un año y que pasó 31 asombrosas semanas –11 de ellas consecutivas– en la top ten list de Billboard.
Pese a su enorme éxito de público y crítica, Harry Belafonte basó su carrera y su vida en lo que había escuchado, cuando era un estudiante de teatro en la New School de Nueva York, de profesores visitantes como el recordado actor y barítono Paul Robeson, para quienes el arte era más que dinero y fama.
Trece años después, el 2 de abril de 1968, millones de estadounidenses vieron por primera vez en sus vidas a una mujer blanca tocando el brazo de un hombre negro en todas las pantallas y en horario estelar. Fue la estrella británica Petula Clark quien tocó sin pensarlo el brazo de Harry Belafonte mientras cantaban a dúo en un especial de la NBC, Petula, dedicado a ella.
El escándalo fue la reacción del antiguo piloto de la Fuerza Aérea Doyle Lott, jefe de publicidad de la empresa Chrysler, sponsor del programa. Difícilmente podía gustarle a Lott, un exmilitar condecorado con la Silver Star, la presencia, en el programa patrocinado por su empresa, de un opositor a la guerra de Vietnam como Belafonte, que, además, en febrero se había convertido en el primer presentador negro de The Tonight Show durante una semana en la que Johnny Carson le entregó su cetro, que aprovechó para incluir a 15 negros en su lista de 25 invitados.
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Cuando Lott vio a Clark tocar el brazo de Belafonte mientras cantaban «On the Path of Glory», declaró que el gesto ofendería la sensibilidad de los espectadores del sur, y, como habían filmado varias tomas, propuso sustituir esa por otra, con los artistas separados por respetable distancia. Así que Claude Wolff, esposo de Petula y coproductor del show, le encargó al productor, Steve Binder, que destruyera todas las demás tomas de la canción, de modo que no hubo otra opción que emitir aquella.
Antes de la emisión, Belafonte contó la historia a la prensa, haciendo público el racismo de Lott, lo que dio mucha publicidad al programa, de modo que prácticamente todo el país se congregó alrededor de las pantallas de televisión el martes 2 de abril.
Y apenas 48 horas después de aquel martes, un disparo retumbó en Memphis. Y así fue como a una semana de la emisión del show en el que Petula Clark lo había tocado frente al país entero, Harry Belafonte apareció con otra mano femenina apoyada en el brazo, la de la viuda de Martin Luther King, asesinado por ese disparo el jueves 4 de abril de 1968.
Harry Belafonte falleció el martes en su ciudad natal, Nueva York, a los 96 años de edad. Ya es para siempre el Rey del Calypso.
Day-o!
Me say day-ay-ay-o!
Daylight come, and me wan’ go home
Day, me say day, me say day, me say day
Me say day, me say day-ay-ay-o
Work all night on a drink a’rum
Daylight come, and me wan’ go home
Stack banana till the morning come
Daylight come, and me wan’ go home…