Les Guaranís: Cuando la magia paraguaya embrujó a París

Gracias a Les Guaranís llegaron a los escenarios franceses otros grandes músicos latinoamericanos, como Atahualpa Yupanqui o Mercedes Sosa: Les Guaranís fueron los primeros, los adelantados de América Latina en Europa y los que abrieron las puertas para la cultura latinoamericana en el Viejo Mundo, escribe Víctor-Jacinto Flecha en este artículo.

Sentados, desde la derecha, Francisco Marín, José Asunción Flores, Luis Alberto del Paraná, Elvio Romero (de pie, no identificado).
Sentados, desde la derecha, Francisco Marín, José Asunción Flores, Luis Alberto del Paraná, Elvio Romero (de pie, no identificado).

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¡Los paraguayos seguimos ignorando tantas cosas de nuestro propio país…! Tal es el caso del grupo musical Les Guaranís, y de la fascinante historia de su triunfo sostenido durante décadas en los principales escenarios de Francia, Europa y Medio Oriente.

Les Guaranís conocieron el triunfo y la gloria en los escenarios de Francia y fueron el primer grupo latinoamericano que se convirtió en parte constitutiva de toda una época de la cultura parisina. Fueron, asimismo, los primeros músicos de nuestro continente que llegaron y permanecieron con tanto éxito, durante décadas, en la Ciudad Luz.

Les Guaranís eran estrellas del firmamento cultural absolutamente silenciadas en su país de origen por el sistema dictatorial imperante en aquella época. En París, donde residían, eran, en cambio, considerados una institución cultural. De hecho, forman ya parte de la historia del espectáculo de la Ciudad Luz. En esas épocas gloriosas, los discos del conjunto Les Guaranís, de Francisco Marín, eran exhibidos en lugares especiales en las disquerías de París. En Paraguay, sin embargo, jamás tuvieron la posibilidad de dar un concierto. La dictadura no lo permitía.

Les Guaranís con Luis Alberto del Paraná.
Les Guaranís con Luis Alberto del Paraná.

El origen

El origen de este conjunto se remonta al año 1947, cuando, en el exilio, Francisco Marín, Cristóbal Cáceres, Gerardo Servín y Ángel Sanabria deciden unir sus cualidades artísticas para trabajar con Félix Pérez Cardozo. Posteriormente, son llamados por la Compañía de Ballet de América Latina de Joaquín Pérez Fernández para participar en una gira europea.

Así, Les Guaranís llegaron a París, en 1951, con el Ballet de Joaquín Pérez Fernández. Los recortes de prensa de la época hablan del éxito de este ballet en el prestigioso Théâtre Marigny de la capital francesa. Este éxito los dio a conocer en Francia. Al término de la temporada, decidieron quedarse a probar suerte en la exigente París de la época.

Y les fue bien. Su territorio fue el quartier de Saint-Germain-des-Prés, centro intelectual y cultural por excelencia. Al poco tiempo, el conjunto se amplió con la danza, al integrar a Florence Darband, bailarina de la Ópera de París.

El París de la posguerra

Una sed acuciante de nueva vida, creación, cambio, apertura y búsqueda se había aposentado en el corazón de los parisinos. Después de la angustia y el infierno vividos durante la guerra y la ocupación nazi, renacía en ellos la esperanza del futuro. Los sótanos parisinos (caves), que ayer nomás amparaban en su seno a una población angustiada por el temor a los bombardeos que ya acosaban Londres, ahora renacían, como la rosa de Jericó, al impulso de la energía tonificante de la paz. Algunas caves se transformaron en cafés literarios o artísticos que acogían a poetas, artistas, pensadores, filósofos, músicos, políticos en búsqueda de nuevas formas de vida, unidos por la esperanza de la construcción de una sociedad más perfecta. Por allí anduvieron Jean Cocteau, Jean-Paul Sartre, Albert Camus, Jacques Prévert, Jean Genet, Simone de Beauvoir y muchos otros no menos conocidos.

Saint-Germain-des-Prés devino el barrio «intelectual» por excelencia. Territorio de la intelligentsia, de los artistas y de los estudiantes universitarios, cuyos escándalos atraían a toda una juventud no conformista a los cafés y las caves. La cantante Juliette Greco será la reina, y Jean-Paul Sartre el papa del existencialismo. Este proceso de deseos de cambio desembocará, dos décadas después, en la famosa revuelta juvenil del Mayo Francés del 68.

Les Guaranís en París

Esta era la atmósfera y este era el territorio donde Les Guaranís fueron acogidos con entusiasmo. Llegaban de una tierra extraña, pero tatuados también, como los propios franceses, por una reciente experiencia límite de violencia, la guerra civil paraguaya de 1947, que había dejado con «las venas abiertas» a toda una generación. Estos paraguayos conocían en su propia carne el desamparo de la violencia; el director del grupo, Francisco Marín, había tenido que cruzar a nado el río Paraguay hasta Argentina para salvar su vida. No era extraño que se adhirieran, sin perder su expresión latinoamericana, al movimiento histórico y cultural de la Francia de la posguerra.

Les Guaranís en Saint-Germain-des-Prés

Los cabarets más famosos, en esas caves de las que hablábamos, estaban en este barrio de la orilla izquierda del Sena. En ellos actuaban Juliette Greco, Jacques Brel, Pierre Richard, Philippe Noiret, Léo Ferré, Marcel Marceau, Maria Casares, Catherine Sauvage, Georges Brassens, para un público compuesto por celebridades del arte, la música, la literatura, la política y el pensamiento de la época.

La Fontaine des Quatre Saisons, de los hermanos Prévert, Pierre y Jacques, este último uno de los más grandes poetas de Francia, La Rose Rouge L’Écluse de Saint-Germain-des-Prés fueron los primeros espacios donde actuaron Les Guaranís. ¡Y qué lugares! Los más prestigiosos de la historia del espectáculo en aquel momento. Su actuación llamó la atención de la prensa. Le Parisien, el diario de mayor circulación de la época, decía que «Les Guaranís, cuatro músicos y una bailarina, venidos del Paraguay, se hacen escuchar y transforman a la Rose Rouge en una tierra de fuego donde se elevan ritmos incandescentes. Sorprendente número, dentro del repertorio de la famosa “cave” de Saint-Germain-des-Prés, que despierta el entusiasmo...».

Les Guaranís en la prensa francesa, septiembre de 1964.
Les Guaranís en la prensa francesa, septiembre de 1964.

Inicio triunfal

En 1953, a solo dos años de su llegada a París, ya conquistan, casi como un milagro, el premio más codiciado de la música en toda Francia: el Gran Premio de la Academia del Disco Francés (el Grand Prix du Disque), y un año después reciben el Premio de las Juventudes Musicales de Francia (Jeunesses Musicales de France). Y al siguiente, en 1955, obtienen por segunda vez el Gran Premio de la Academia del Disco. Estos codiciados galardones avalan el inicio triunfal de una carrera. L’Olympia, la catedral parisina de la música contemporánea, les abre sus puertas. Les Guaranís son ya consagrados. Después vendrán otros escenarios, como el Théâtre Bobino o Le Mouffetard, y las giras por toda Europa y por Medio Oriente. Son artistas exclusivos de la casa de discos Barclay.

Los adelantados de América Latina en Europa

El hecho de compartir las esperanzas y las luchas de una gran parte de la intelectualidad y del arte de Francia los convierte, naturalmente, en parte de la comunidad artística parisina. Pero esto no los lleva a olvidar las luchas y esperanzas latinoamericanas. Comparten la amistad de una infinidad de artistas y escritores latinoamericanos como Pablo Neruda, Nicolás Guillén, Julio Cortázar, Miguel Ángel Asturias, Alejo Carpentier....

Les Guaranís, de Francisco Marín, conocerán cambios de integrantes en su larga vida, y hoy solo sobrevive del conjunto original, formado en Francia, Florence, la bailarina del grupo.

Les Guaranís, por la fuerza de la auténtica música folclórica, por sus danzas, por sus espectáculos, que transmitían el espíritu de América Latina, llegaron a convertirse en una verdadera institución, en embajadores de la cultura de los países de este continente. Y embajadores en serio. Gracias a ellos llegaron a los escenarios franceses otros grandes músicos latinoamericanos, como Atahualpa Yupanqui o Mercedes Sosa, por no citar sino a dos de los más cercanos. Les Guaranís fueron los primeros, los adelantados de América Latina en Europa, que con su arte abrieron las puertas para la cultura latinoamericana en el Viejo Mundo. Y Francisco Marín, su director, fue el compositor folclórico vivo de mayor envergadura en las últimas décadas del siglo XX del Paraguay, y, sin embargo, hasta hoy es muy poco conocido en su tierra natal. Triunfantes en toda Europa y Medio Oriente, Les Guaranís, de Francisco Marín, a pesar del tiempo, siguen siendo hasta hoy una leyenda de la historia del espectáculo en París, y casi unos desconocidos en su propio país.

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