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Cuando Walt Disney Studios compartió hace meses el tráiler del live action de La Sirenita que se estrenará en mayo, la piel oscura de la protagonista causó una considerable conmoción. Cada vez que estalla una de estas polémicas, tuiteros, periodistas y sociólogos afirman unánimemente que la aparición de «cuotas étnicas» o «raciales» en la industria del entretenimiento es un fenómeno reciente. Sin embargo, no lo es.
Por ejemplo, en el mundo de los cómics estadounidenses de mediados del siglo XX producir versiones nuevas de historias ya publicadas era una práctica relativamente común, y, aunque por lo general el propósito era actualizar detalles como los peinados y vestuarios de los personajes para mantener su vigencia entre el público joven y adolescente, también hubo –sobre todo a partir de las décadas de 1960 y 1970– casos de historias que fueron retocadas y vueltas a colorear para alterar la fisonomía y los rasgos fenotípicos que identificaban a los personajes originales como «blancos» y convertirlos en personajes «negros».
Tal es el caso de la historieta «Take Me Back!», publicada en el número 151, de diciembre-enero de 1967, de la revista Young Romance, con dibujos de John Rosenberger. «Take Me Back!» es una de las numerosas historietas dibujadas inicialmente con protagonistas blancos que tuvieron en esas décadas remakes afro. En este caso, la versión afro se tituló «Revenge!» y apareció cinco años más tarde, en el número 170 de la revista Girls’ Love Stories, de junio de 1972.
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La historia narrada en «Take Me Back!» y «Revenge!» es simple y convencional. Un chico que pone fin a una relación amorosa que ya lo aburrió, una chica despechada que quiere venganza. En la publicación original, de 1967, el chico y la chica son blancos. Aunque el título es diferente en la versión afroamericana de 1972, la trama del relato se mantiene sin cambios, la secuencia de la narración en las viñetas es idéntica, los diálogos son prácticamente los mismos e incluso los nombres de los personajes se conservan intactos. La única diferencia importante, como puede verse en las páginas que reproducimos aquí, es la «raza» de los personajes.
Todo esto tiene una explicación política.
El Informe Kerner
En julio de 1967, el presidente de Estados Unidos, Lyndon B. Johnson, creó, mediante la Orden Ejecutiva 11365, una comisión de 11 miembros para investigar ciertos violentos disturbios que habían tenido lugar en el verano de ese año, encontrar sus causas y proporcionar al gobierno las recomendaciones pertinentes para evitar que desórdenes similares se repitieran en el futuro.
Fue la Comisión Asesora Nacional sobre Desórdenes Civiles (National Advisory Commission on Civil Disorders), conocida también como la «Comisión Kerner», por el apellido de su presidente, el gobernador de Illinois, Otto Kerner Jr.
Después de meses de investigaciones, el Informe de la Comisión Kerner se hizo público en 1968. El Informe Kerner atribuyó los disturbios del año anterior fundamentalmente a los siguientes factores: falta de oportunidades económicas para afroamericanos y latinos, carácter fallido de los programas de asistencia social, brutalidad policial, racismo y predominio de representaciones e imágenes «blancas» en los medios de comunicación.
Por este último motivo, en un pasaje del Capítulo 15 (página 8) de su informe de 426 páginas, la Comisión Kerner aconseja a dichos medios:
«Integrar a los negros y las actividades de los negros en todos los aspectos de las coberturas y los contenidos, incluidos los artículos periodísticos y la programación de televisión. Los medios de comunicación deben publicar periódicos y producir programas que reconozcan la existencia y las actividades de los negros como grupo dentro de la comunidad y como parte de la comunidad más amplia».
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(Integrate Negroes and Negro activities into all aspects of coverage and content, including newspaper articles and television programming. The news media must publish newspapers and produce programs that recognize the existence and activities of Negroes as a group within the community and as a part of the larger community.)
Al parecer, con «Revenge!», la remake afro de «Take Me Back!», DC Comics habría seguido los lineamientos prescritos en 1968 por la Comisión Kernel. Tal es, al menos, la opinión de Jacque Nodell en su blog Sequential Crush, donde los lectores podrán encontrar tanto el cómic «blanco» de 1967 como su versión recoloreada en «negro» de 1972.
Por su parte, Marvel Comics agregó el primer superhéroe negro, Black Panther, a la serie The Avengers a partir del nº 51, del mes de mayo de 1968, el mismo año de la aparición del Informe Kernel, y el mismo año en el que Charles M. Schulz agregó el primer personaje negro, Franklin, a su serie Peanuts. Quizá tampoco las «cuotas» que hoy parecen tan insólitas sean, en suma, otra cosa que la gastada remake de una historia más antigua. O tempora, o mores!
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