Mbocayaty, jurisdicción de Villa Rica, antiguamente llamada Capilla Duarte (Final)

¿Cómo se vivía en los antiguos pueblos del interior del Paraguay, cómo eran sus escuelas, sus calles, sus habitantes, sus nombres, sus oficios? Que todo esto puede descubrirse en los archivos lo demuestra el investigador Antonio Ramón Barreto en esta serie sobre la historia del distrito de Mbocayaty, en el departamento del Guairá, cuya cuarta y última entrega publicamos hoy.

Iglesia Inmaculada Concepción de Mbocayaty (Foto: ARB 78).
Iglesia Inmaculada Concepción de Mbocayaty (Foto: ARB 78).

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En 2023 se cumplirán 166 años de la inauguración y 167 años de la terminación de la Parroquia Inmaculada Concepción de Mbocayaty, jurisdicción de Villa Rica; sin embargo, la primera capilla, construida en el terreno donado por el señor Duarte, en cuyo honor se denominó Capilla Duarte, es anterior.

En mapas y documentos de la época encontramos que, por decreto del 23 de febrero de 1854, Carlos Antonio López autorizó su edificación, iniciada el 16 de agosto de ese año y terminada a fines de 1856. Por disposición presidencial (19 de diciembre de 1856), fue equipada con enseres del Convento Santa Bárbara de Villa Rica, entre ellos la antigua imagen de la Inmaculada Concepción que acompañó a la población villarriqueña en sus mudanzas (algunos dicen que fueron siete; según otros datos, fueron más). Recordemos que la iglesia matriz de la mencionada Villa fue demolida en 1848 por orden de López por hallarse «en ruina total».

La iglesia matriz de Mbocayaty, antes llamada Capilla Duarte, fue inaugurada el 1 de enero de 1857. La bendición estuvo a cargo del padre José Inocencio Gauto, cura interino de Villa Rica, con la advocación de Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción, cuya fiesta se celebra cada 8 de diciembre. No obstante, por insistentes pedidos de la feligresía villarriqueña, la antigua imagen fue devuelta a su lugar de origen, la iglesia matriz de Villa Rica.

Amancebamiento y venta de esclavos

¿Quién de los Duarte donó la tierra y ordenó la construcción de la capilla? En un exhaustivo recorrido por la línea historiográfica, moviendo y removiendo archivos de la época, obrantes en bibliotecas nacionales y extranjeras, encontramos desde fines del año 1700 a Joseph Januario Duarte, vecino de Villa Rica. Citaremos tres expedientes existentes en el Archivo Nacional de Asunción, dos en la Sección Civil y Judicial y uno en la Sección de Historia.

Iglesia de Mbocayaty, 1900.
Iglesia de Mbocayaty, 1900.

El primero, una demanda realizada por José Fernando Meaurio el 6 de junio de 1807, por la venta de un esclavo llamado José Antonio. El señor Meaurio recuerda al alcalde de primer voto que solicitó a Januario (quien fue «notificado por un soldado de guardia llamado Gregorio Ledesma») la devolución de «los doscientos sesenta y cuatro pesos de plata» en un plazo de 15 días y que el demandado eludió el reembolso alegando que no tenía plata. El demandante lo emplazó para la reposición de su plata «con sus réditos correspondientes y demás costos que se han originado y por su omisión pasado» en un plazo de tres días; de no cumplir, «proceda a embargarse de sus bienes hasta la respectiva cantidad de mi demanda y demás costos que originarse puedan y derecho necesarios, para ofrecerlos en pública subasta».

Esta demanda fue por «la malicia del dicho Duarte», quien había vendido «el esclavo Antonio con las seguridades correspondientes, de que no tenía vicio, ni tacha alguna que le impidiese el buen servicio», teniendo el «defecto, de ser propenso a fuga, como varias veces lo ha hecho». El 8 de junio de 1807 el demandado compareció al juzgado para excusarse otra vez; manifestó «que no por omisión, sino por no tener de presente la plata para satisfacer el cargo expresado», y solicitó 30 días para «buscarla sobre hipoteca especial que ofrece en el potrero que llaman el cerro pesado con los montes que le circulen»; de no cumplir en ese plazo, ofreció su propiedad, «el dicho potrero que se compone de una legua poco más o menos de fondo», para transferirla al demandante como dueño absoluto. El demandante aceptó; firmaron el documento Francisco Aquino, Joseph Januario Duarte, José Fernando Meaurio y los testigos Joseph Fernando Benítez y Francisco Solano

El segundo, una denuncia de amancebamiento dirigida por escrito el 4 de noviembre de 1782 al gobernador interino y capitán general Alós por Jerónima Gómez, quien solicita el seguimiento del caso por intermedio del señor alcalde de primer voto, don José Joaquín de Achard. En la denuncia leemos: «es un yerno mío llamado Januario Duarte quien está amancebado tres años ya con una mujer llamada Francisca Prieto». La denuncia fue presentada con «el deseo de una unión de un matrimonio, y de evitar la murmuración que ocasiona un escándalo público».

Joseph Mariano Duarte, año 1782.
Joseph Mariano Duarte, año 1782.

El alcalde ordinario de segundo voto de Villa Rica, don Julián Legal y Córdoba, recibió orden de hacer las averiguaciones «sin pérdida de hora, y con todo sigilo, y reserva». Hechas las diligencias, elaboró un informe en el cual confirmó que don Joseph Januario Duarte «vive públicamente amancebado con Francisca Prieto desde su soltura hasta el presente»; «las denuncias para su remedio han sido varias; y repetidas así a los Jueces eclesiásticos, como seculares». Con los datos confirmados y las declaraciones de Martín de Barquinero, de 49 años de edad, y Joseph Zamudio, de 53 años «poco más o menos», y las testificaciones de Francisco de los Santos Rubio y Jaime Bautista, el comisionado del Gobierno, general don Joseph Joaquín de Achard, mandó soldados por Francisca Prieto y «del camino la arrebataron, y la volvieron a la Villa»; según los declarantes, había dos hijos y «las personas de la costa de su casa, son sus alcahuetas», y el comisionado del Gobierno sabía el hecho.

En el documento observamos las rúbricas de Manuel Bachicao, escribano y notario público de Su Majestad y de Gobierno, y Julián Legal y Córdoba, administrador real de la Real Renta de Correos.

El tercer documento es sobre la venta de otro esclavo, en Villa Rica, en 1808: la señora Gervacia Godoy, viuda del finado general don Carlos Duarte, vendió el «mulatillo» Atanacio, de diez años aproximadamente, a fray Francisco Olmos y Aguilera; la vendedora garantizó que el «esclavito no ha cometido delito por donde meresca corporal…» (sic). El fraile lo compró para su madre, doña Ypólita Caciana Olmos y Aguilera, natural de la ciudad de Córdoba.

La venta se concretó a «precio y quantia de doscientas y sinquenta misas resadas, libres de todos los derechos…». La transacción del certificado se realizó en presencia de don Joseph Januario Duarte, hijo de doña Gervacia Godoy. Certificó la venta del esclavo Atanacio don Pedro Antonio Taboada, alcalde ordinario; firmaron como testigos Ramón de Roxas y Carlos de Roxas y, en representación de doña Gervacia Godoy, vecina y natural de Villa Rica, por no saber firmar, firmó su hijo, Joseph Januario Duarte.

A propósito de la señora Gervacia Godoy, encontramos un certificado de matrimonio del 4 de febrero de 1801, cuando Cleofe Duarte, «hijo adoptivo del finado Don Carlos Duarte y de Doña Gervacia Godoy, vecinos de Villa Rica», contrajo nupcias con María Josepha Genes, hija legítima de Joseph Genes y Luisa Brizuela, en la Iglesia San José, Ybycuí, Paraguarí.

La antigua imagen de la Inmaculada Concepción (Foto: ARB 78).
La antigua imagen de la Inmaculada Concepción (Foto: ARB 78).

La Capilla Duarte

Como señalamos, se ha seguido a los Duarte, vecinos de Villa Rica, para conocer cuál de ellos habría donado las tierras para la construcción de la Capilla Duarte, jurisdicción de Villa Rica. Empezamos por Canuario porque durante el trabajo de campo encontramos que una calle de Mbocayaty, al costado de la Iglesia Inmaculada Concepción, se llama Canuario Duarte. Sin embargo, no encontramos este nombre en ningún documento o archivo que pudiera relacionarse con el inicio de dicha capilla, lo que nos generó dudas.

Sí encontramos, en cambio, a Januario Duarte; pero los expedientes analizados e interpretados sobre su persona, andanzas y comportamiento también nos tendieron un manto de incertidumbre acerca de que él pudiera ser el benefactor que donó el terreno para la construcción de la capilla.

A fin de aproximarnos a la verdad y, por supuesto, despejar algunas suspicacias, seguimos hurgando, leyendo y releyendo documentos de la época obrantes en el Archivo Nacional de Asunción y otros repositorios. Después de un minucioso recorrido en los archivos, encontramos dos esclarecedores y contundentes expedientes inéditos: el testamento del presbítero José Mariano Duarte; y una solicitud de compra del «campito fiscal» situado en Mbocayaty.

El interesado en adquirir el campito, Ramón Lovera, lo solicitó al ministro del Interior el 12 de octubre de 1886; el 18 de ese mes, el ministerio recibió el escrito. Los vecinos, enterados, el 2 de enero de 1887 escribieron al presidente de la Republica, general Patricio Escobar, informando que el «campito denominado Capilla Ñu» no era fiscal, sino donado por el presbítero don José Mariano Duarte, y solicitando la intervención de esa compra; en el documento observamos más de 40 firmas de pobladores. Por ese motivo, se despachó el decreto, fechado el 19 de enero de 1887, por el cual se ordenó al jefe político del Partido Mbocayaty elaborar un informe sobre la tierra en cuestión.

El jefe político, en cumplimiento del encargo, tomó declaraciones a vecinos del lugar, empezando por tres señores de avanzada edad, Hilario Paniagua, José Hilario Errera y Leonardo Cañete, quienes manifestaron que no era reconocido por terreno fiscal ni propiedad. Siguieron testimonios de don Luis Villalba, de 76 años, y Darío Florencio Miranda, de 64, vecinos de Villa Rica, llamados el 17 de agosto de 1887 por el jefe político, Juan de la Cruz Talavera, para ser consultados sobre el inicio de la población, incluyendo la construcción de la Capillita.

Al primero se le preguntó si era cierto que el presbítero don Mariano Duarte mandó edificar «á su propia costa» la capilla, y se le interrogó sobre la tierra que había dejado. Contestó que «sabía desde su tierna edad que esta población ciertamente era poblada por el finado Don Carlos Duarte, padre del también finado presbítero Don Mariano Duarte, y que así también por trasmigración de las noticias de sus antepasados es también sabedor que el referido campito fue quedado por el nombrado finado por una donación perpetua á favor de todos los pobres» para que lo «disfruten como cosa suya adquirida por justo titulo sin interrupción de persona alguna, como únicos y universales herederos». Sobre el punto, sentenció que el presbítero había donado el campito a todos los pobladores, «que así no tenia impuesto alguno para su arrendamiento». A la pregunta sobre cuántos «años más o menos aquel campito estaba en aprovechamiento de los vecinos», respondió que hacía más de 50 años; terminada la declaración, por el señor Villalba firmó don Gregorio Peña; como testigo, Luis Mesa

Por su parte, Darío Florencio Miranda señaló: «según su señora madre finada Doña Benjamina González, que falleció esta a los noventa y tres años de edad, la cual daba la noticia á su hijo el declarante que había alcanzado ya sierta época que el finado Don Carlos Duarte había fundado á dicha Yglesia á su propia costa con el objeto de aplicar para su curato á su hijo el Cura presbítero también finado Don Mariano Duarte». Dijo, asimismo, que el campito contiguo a la Capillita fue donado a los pobladores incluyendo ganados y el aprovechamiento del referido campito; este dato lo sabía desde tierna edad. En el documento observamos las rubricas del declarante, el jefe político y los testigos, Juan Pablo Duarte y Placido Sánchez.

A estos testimonios se suma el de Pablo Pérez, de 56 años, cuyas declaraciones concuerdan con las anteriores; por no saber firmar, lo hizo por él don Lino Meaurio; como testigos, Antonio González y Eusebio Núñez.

En cuanto al testamento del presbítero José Mariano Duarte, leemos que donó también otras de sus propiedades en Potrero Perulero, jurisdicción de Villa Rica, a su capataz Diego Alderete; esta tierra ahora pertenece al distrito de Ñumi, Guairá. El presbítero nombró a su madre, Gervacia Godoy, y a su sobrino, sargento mayor don José Mariano Careaga, como albaceas. Sobre estos puntos profundizaremos en otra ocasión.

Caso de la familia Duarte-Careaga

Encontramos un expediente con fecha del 20 de julio de 1805, donde obra demanda por una deuda consistente en «poncho azul, peineta, cuchillo, libra de acero, lienzo, platas», entre otros, alcanzando una suma total de 53 pesos, incluyendo cargas de yerba y alquileres de yerbales. En este documento encontramos a la señora Gervacia Godoy, a sus hijos, Cleofe y Joseph Januario Duarte, a su yerno, José Mariano Careaga, hijo político de María Margarita Taboada, al peón Nicolás Duarte, al capataz Pablo Alderete, a Fernando Meaurio, a don Pedro García González, capitán de Milicias y alcalde ordinario del segundo voto, y otros.

Con los datos y documentos publicados en esta entrega y las anteriores, más los testimonios sobre el inicio de la capillita, y las obras de Félix de Azara y Carlos Pastore, entre otros autores, se puede concluir que el primer poblador del Partido Mbocayaty, jurisdicción de Villa Rica, fue, sin duda, don Carlos Duarte, a quien se debe también la construcción de la primera Capilla en la tierra que fuera de él; y, además, que ordenó «de su propia costa» la construcción de dicha «Capillita» para que su hijo legítimo, el presbítero José Mariano Duarte, ejerciera el curato en dicha zona.

Por los datos encontrados, también se puede afirmar que dicho padre fue el primer religioso que se encargó de la Capilla Duarte para atender a la feligresía y quizás el primer maestro, según el documento de 1782 sobre una demanda por deuda de «cuarenta arrobas de yerba» contra Juan Prieto, en cuya primera línea el acreedor se presenta como «el Maestro Don Joseph Mariano Duarte presente en esta jurisdicción de este obispado de la Asunción del Paraguay», y en cuyas últimas líneas se despide con las palabras: «Derecho in verbo sacerdotis [en palabra del sacerdote], no proceder con malicia»; en este documento observamos la firma del mencionado presbítero. Por último, si se desea conmemorar a quienes iniciaron la población del actual distrito de Mbocayaty, Guairá, los nombres de Carlos Duarte y su hijo, José Mariano Duarte, pueden exhibirse en una placa en lugar público, que bien podría ser la plaza central, frente a la iglesia matriz. Nuevamente, se resalta que, según testimonios, este presbítero donó el «campito» que estaba frente a la Capilla Duarte, incluyendo ganados para las personas de menos recursos.

Teniendo en cuenta los documentos que presentamos, es fácil determinar el año de construcción de la Capilla Duarte (para conocer el año de asentamiento de los pueblos, es preciso conocer el año del inicio de la iglesia matriz: por ejemplo, el asentamiento definitivo de Ytapé en su lugar actual fue en 1682, y ese año se inició la construcción de su iglesia matriz; en el caso de Villa Rica, en una entrega anterior ya señalamos el año de su traslado al lugar actual, pero, por conflictos entre sus pobladores, la edificación de su iglesia matriz recién empezó en 1683).

Abordaremos próximamente estos temas en las historias de otros partidos, como Yataity y Hyaty (hoy Félix Pérez Cardozo), para seguir conociendo la historia de los distritos del departamento del Guaira; en la ocasión, se incluirán testamentos y más documentos inéditos.

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