Anarquía en Ciudad Gótica

Los amantes del cómic están de luto por la inesperada muerte de uno de sus grandes guionistas, a quien El Suplemento Cultural dice adiós con este pequeño homenaje.

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¿Cuál fue su mejor guión? Es difícil decirlo, con cuatro décadas de impactante trabajo. Quizá fue The Thirteenth Floor, que apareció en Scream! en marzo del 84, firmada por «Ian Holland», uno de los seudónimos detrás de los cuales siempre estaba él aporreando el teclado, a veces junto con algún amigo y coautor –en este caso, John Wagner, con quien también dio forma al famoso Juez Dredd–, oscuras viñetas en las que el peligro acecha bajo la inesperada forma de un edificio y la muerte es un piso que oficialmente no existe. O quizá fue Lobo: Death and Taxes, esa entrega de The Last Czarnian donde el villano no es un monstruo sino una persona más, un recaudador de impuestos. O quizá fue Strontium Dog, las aventuras de ese mutante marginado y rebelde, capaz de leer la mente, que es el cazarrecompensas Johnny Alpha. O quizá fue Bogie Man, esa historia de 1989 rechazada por DC Comics pero publicada en Glasgow por el sello indie Fat Man Press: cuatro números, uno al mes, en blanco y negro, siguiendo al escocés Francis Forbes Clunie, que acaba de escaparse del hospital psiquiátrico, convencido de que es Humphrey Bogart –o, más bien, una mezcla de todos los personajes interpretados por Bogart–. O quizá The Last American, de 1990, con los maravillosos dibujos de Mike McMahon, donde Ulysses S. Pilgrim, veinte años después de una guerra nuclear, se despierta en un planeta totalmente devastado.

Aunque, desde luego, es más conocido por haber dejado su impronta en el universo de Batman. Llegó al mercado del cómic estadounidense como parte de la British Wave de los ochenta, aportó a Batman episodios tan notables como The Scottish Connection, con dibujos de Frank Quitely, que rastrea las raíces de los Wayne en Escocia –él mismo, por cierto, era un escocés de marcado acento que, aunque había nacido en Bristol, creció en la vieja ciudad minera de Newtongrange– y descubre la antigua maldición que pesa sobre los descendientes del clan que en otros tiempos expulsó a los campesinos de sus tierras. De los 96 números de Shadow of The Bat, la revista que DC Comics publicó entre 1992 y 2000, 82 fueron escritos por él. Y no solo eso: también sumó a la saga una curiosa galería de personajes: Ratcatcher, Jeremiah Arkham, El Ventrílocuo, Victor Zsasz y, por supuesto, el prodigioso hacker Lonnie Machin, alias Anarky.

Aunque posteriormente se convertiría en seguidor de Frank R. Wallace y su Neo-Tech, a fines de los ochenta –aquellos años en los cuales, junto con Norm Breyfogle, creó al archivillano Anarky, enemigo de Batman–, se declaraba anarquista. Recordémoslo aquí, pues, con unas palabras que escribió en «El futuro nos pertenece» («Tomorrow Belongs to Us», The Batman Chronicles, n. 1), impresas en el verano de 1995:

«El sistema autoritario en el que vivimos está diseñado para beneficiar a una ínfima minoría, una élite omnipotente que se enriquece obscenamente mientras miles de millones son engañados para que no descubran su verdadero poder. Pero es un sistema que ya está podrido. El deber de cada revolucionario, de cada uno de nosotros, es acelerar su colapso... No es un crimen luchar contra la injusticia... El sistema nos ha condicionado para que creamos que la vida tiene que ser así. Nos ha hipnotizado para que creamos que la guerra es natural, que el hambre es natural, que el crimen es natural. Pero no lo son. Son producto del sistema y su codicia que devora todo. Las personas se han convertido en robots, en zombis demasiado ocupados en sobrevivir cotidianamente para ver que en realidad son víctimas. Nos toca a nosotros abrirles los ojos.

Desde la cuna hasta la tumba nos adoctrinan, nos enseñan que la felicidad depende de tener más, siempre más. ¡Compre, deseche, compre! ¡No importa si destruimos el planeta en el camino! Los políticos te dicen que pueden arreglar los problemas del mundo. Solo tienes que darles más poder. Las religiones te dicen que hagas lo que mandan y serás feliz… en el otro mundo. Vienen haciendo las mismas promesas huecas desde hace miles de años, y nosotros, la gente, las ovejas, ya los hemos escuchado. Es hora de despertar y oler el café: los días de la autoridad y del poder respaldado por la fuerza están contados...»

Alan Grant, nacido el 9 de febrero de 1949, acaba de morir hoy, jueves 21 de julio del 2022, a los 73 años de edad. Gracias por haber sembrado la anarquía en Ciudad Gótica.

juliansorel20@gmail.com

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