El lado oscuro del éxito y el trágico final de Michael Ventris, criptógrafo

En el centenario del erudito inglés Michael Ventris (12 de julio de 1922 - 5 de septiembre de 1956), el hombre que descifró la misteriosa escritura de las tablillas encontradas en el Palacio de Cnossos.

Michael Ventris, criptógrafo
Michael Ventris, criptógrafoGENTILEZA

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Pasada la medianoche del miércoles 5 de septiembre de 1956, el arquitecto inglés de 34 años de edad Michael Ventris se estrelló con su automóvil y murió instantáneamente.

Michael Ventris tuvo toda su vida una obsesión y una misión. Una misión que parecía imposible, pero no lo era. Veinte años antes de esa noche en la que se estrelló y murió, cuando era un chico de 14, asistió con un grupo del colegio a una conferencia de sir Arthur Evans en Burlington. El arqueólogo que había descubierto las ruinas del Palacio de Cnosos, revelando la existencia de una civilización desaparecida, mencionó las tablillas allí encontradas, cuya escritura nadie podía descifrar. Evans recordaría después a ese colegial que le había preguntado: «¿Dijo usted que las tablillas no han sido descifradas, señor». Desde ese día, Michael Ventris dedicaría todo su tiempo libre a descifrar ese mensaje del pasado remoto. Gastaría gran parte de su dinero y pasaría largas noches en vela estudiando y siguiendo pistas falsas (una de ellas lo llevó a exponer, en un artículo publicado a los dieciocho años en American Journal of Archaeology, la hipótesis de que la lengua olvidaba estaba emparentada con el etrusco, lo cual fue un error).

Pero, como es bien sabido, el que persevera triunfa, y sus esfuerzos finalmente dieron fruto. En algún día del mes de junio de 1952 (no es fácil precisar la fecha, pero, por sus apuntes, debió ser antes del 18), Michael Ventris comprendió por fin lo que necesitaba comprender: el misterioso idioma no era sino griego.

En su entusiasmo, olvidó por completo que él y su esposa, Lois, habían invitado a cenar en su casa a unos amigos, Michael y Prudence Smith, y se quedó en su estudio tanto tiempo que llegó tarde.

A veces no vemos lo que está ante nuestros ojos. La supuestamente desconocida lengua recogida en la escritura que llamamos Lineal B era una forma muy temprana de griego; de hecho, la más antigua forma de griego que se conoce, hablada entre los siglos XVI y XII antes de nuestra era y desaparecida luego de la invasión dórica que dio inicio a lo que se conocería posteriormente como «la Edad Oscura». El griego micénico llevó el origen de la civilización griega quinientos años más atrás de lo que se pensaba.

Probablemente Ventris no hubiera logrado resolver el enigma sin el decisivo trabajo previo de Alice Kober, arqueóloga neoyorquina hija de inmigrantes húngaros prematuramente muerta de cáncer de pulmón dos años antes, en 1950, con la que había mantenido correspondencia. Kober sentó las bases para descifrar la Lineal B, identificando terminaciones similares y encontrando raíces en las que Ventris detectó el parecido con el griego moderno.

El 1 de julio de 1952, en una entrevista radial con la BBC, Ventris anunció al mundo que estaba descifrando la escritura Lineal B. John Chadwick, joven profesor de Cambridge, lo escuchó y le escribió para felicitarlo y ofrecerle su ayuda «si hay algo que un simple filólogo pueda hacer» (if there is anything a mere philologist can do); Ventris replicó que necesitaba un «simple filólogo» para no perder el rumbo, y empezaron a trabajar. Escribieron juntos un artículo que apareció en 1953 en Journal of Hellenic Studies, «Evidence for Greek Dialect in the Mycenaean Archives» (1), y luego un libro.

Michael Ventris vio coronado el trabajo de toda su vida con ese libro, Documents in Mycenaean Greek: Three Hundred Selected Tablets from Knossos, Pylos and Mycenae with Commentary and Vocabulary (2). Solo su segunda parte, con la traducción crítica y comentada de trescientas tablillas en Lineal B, bastaría para hacerlo un hito histórico. Si quedaba alguna duda acerca de que el idioma de las tablillas encontradas en Cnossos es griego micénico, terminó con ella. Por un breve lapso de tiempo, Michael Ventris tuvo el raro privilegio de ver cumplida la misión a la que había consagrado su existencia.

Pero si Alice Kober murió cuando estaba a punto de descifrar la Lineal B, Ventris murió cuando estaba a punto de ver publicado su libro, que apareció a fines de 1956, pocas semanas después del choque automovilístico del que hablamos al comienzo de este artículo.

Siempre he sospechado que el peso del éxito te puede destruir. La pasión de Ventris por la Lineal B había absorbido toda su energía intelectual, sin dejar nada para su carrera de arquitecto. Ganó una beca a la que renunció. Su matrimonio estaba reducido a la irrelevancia, y no parece haber estado muy próximo a sus dos hijos en ese tiempo. A diferencia de sus antiguos compañeros de estudios, no había llegado a tener un estudio de arquitectura. La encrucijada entre la realización profesional y la celebridad del investigador parecía un callejón sin salida. Había abandonado el camino convencional y ya era tarde para volver a él (y para desearlo), y en el camino de la fama nadie puede conservar eternamente la gloria del debutante, esa imagen tan amada por el público, y tan efímera. Apenas cuatro años después del triunfal anuncio en la BBC, pasada la medianoche del 5 de septiembre de 1956, Michael Ventris, que, por razones desconocidas, se encontraba en Hatfield, al norte de Londres, condujo su coche a gran velocidad estrellándolo contra un camión estacionado y murió instantáneamente. «Devant les siècles, son oeuvre est faite», dijo Georges Dumézil al saber la noticia. Dumézil, claro está, nunca se equivocaba.

Notas

(1) Ventris y Chadwick, «Evidence for Greek Dialect in the Mycenaean Archives», en: Journal of Hellenic Studies, 73 (1953), pp. 84-103.

(2) Michael Ventris y John Chadwick, Documents in Mycenaean Greek. Three hundred selected tablets from Knossos, Pylos and Mycenae with commentary and vocabulary, with a foreword by Alan J. B. Wace, Cambridge, University Press, 1956, 452 pp.

*Sobre las circunstancias de la muerte de Ventris, la fecha de su hallazgo en junio de 1952 y algunos otros detalles, ver, en el sitio web de la Universidad de Masachusets Amherst, la entrada «Gallery of Philologists. Michael Ventris, 12 July 1922 - 6 Sept 1956». Disponible en línea: https://www.umass.edu/wsp/method/philology/gallery/ventris.html.

crononauta700@gmail.com

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