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Kaurismäki elige hablar de aquellos que se van buscando un presente. Pero también de aquellos que lo buscan quedándose.
No espere, señor lector, encontrar en este film un festival de golpes bajos. Abonando al estereotipo que el público latino tiene sobre los nórdicos, personajes, afectividad y escenarios, en El otro lado de la esperanza destacan por su sobriedad hasta bordear la indigencia.
Y no, no es que los afectos no estén. «Para ver hay que tener paciencia», decía un conocido escritor. Es la forma en que los protagonistas consiguen digerir y tramitar sus propias historias de vida:
-Un empleado sirio que una mañana sale rumbo al trabajo y ve estallar el taller poco antes de llegar, tras lo cual huye horrorizado de Damasco con rumbo a Europa, extraviando a su hermana en el camino.
-Un vendedor de camisas, fastidiado con su empleo y con su matrimonio, que un buen día, justo antes del amanecer, acomoda su ropa cuidadosamente lavada y planchada, carga sus prendas en una valija desteñida y se despide de su (ahora) exesposa, sin mediar más gesto que la entrega de sus llaves.
Esas son las dos historias que se cruzan en la película, la de un refugiado sirio que pide asilo en Helsinki por casualidad y la de un finlandés de mediana edad que lo deja todo para empezar de cero. Así contadas, uno se siente tentado a suponer que en la obra de Kaurismäki hay más llanto concentrado que en aquella escena de cierta conocidísima novela mexicana en la que le incendian el rancho a Marimar. De nuevo: no. De hecho, hay muchísimo humor. El director matiza con acierto las asperezas del mundo desnudando, precisamente, su carácter caótico, irracional o incoherente. Gran habilidad, difícil de cultivar en general, y más aun en tiempos de atenazante corrección política, sea conservadora o progresista.
Hay también una cierta atemporalidad en el film, que casi vuelve imposible identificar el tiempo concreto de la ciudad representada, de la burocracia estatal y la decadencia económica. Hasta que la guerra y la crisis migratoria irrumpen, violentas, sin pedir permiso, por las pantallas de los televisores, y nos vuelven a ubicar.
No se nos puede pasar señalar que a una parte del elenco, Sherwan Haji y Simon Hussein Al-Bazoon, en los hechos les tocó interpretar historias con buena carga autobiográfica. Sherwan nació en Siria en 1985, se licenció en el Instituto de Arte Dramático de Damasco en el 2008 y trabajó en series de televisión desde entonces hasta que la guerra lo obligó a emigrar en el año 2010.
Otro tanto puede decirse de Hussein, quien proviene del mundo del teatro y se vio obligado a emigrar de Irak por idénticas razones apenas unos años antes.
¿Qué hay del otro lado de la esperanza? ¿Qué puede encontrarse en la trama de un tejido social degradado, en un cuerpo moral impregnado de cinismo? Sorprendentemente, mucho. Venga y mire. Cualquier semejanza con la realidad no es mera coincidencia.
Ficha técnica
Título original: Toivon tuolla puolen
Año: 2017
País: Finlandia
Idiomas: Finlandés, árabe, inglés
Género: Comedia dramática
Dirección: Aki Kaurismäki
Guion: Aki Kaurismäki
Fotografía: Timo Salminen
Reparto: Sakari Kuosmanen, Sherwan Haji, Simon Hussein Al-Bazoon, Kati Outinen, Tommi Korpela, Janne Hyytiäinen, Ilkka Koivula, Kaija Pakarinen, Nuppu Koivu, Tuomari Nurmio, Niroz Haji
Iluminación: Olli Varja
Diseño de producción: Aki Kaurismäki
Montaje: Samu Heikkilä
Sonido: Tero Malmberg
Mezclas: Olli Pärnänen
Vestuario: Tiina Kaukanen
Productora: Sputnik
Duración: 98 min.
Premios: Oso de Plata al Mejor Director en el 67 Festival Internacional de Cine de Berlín, 2017