El «otro» tintero del Mariscal López

En este artículo, José Samudio sigue el recorrido de un tintero de plata y a través de él nos cuenta un capítulo de la historia de las relaciones diplomáticas de Paraguay.

El tintero de plata obsequiado por el presidente Urquiza a Francisco Solano López.
El tintero de plata obsequiado por el presidente Urquiza a Francisco Solano López.GENTILEZA

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Sin duda alguna, la mediación diplomática de Paraguay en Argentina en 1859 fue uno de los episodios más significativos de la historia regional y favoreció el nacimiento de Argentina como Estado.

Los protagonistas de esta mediación, por Paraguay, fueron el presidente Carlos A. López y su hijo, el entonces brigadier Francisco Solano López, quien lució sus dotes diplomáticas en aquel conflicto, que culminó favorablemente con el Pacto de la Unión o el Pacto de San José de Flores.

La mayoría de los historiadores coinciden en que el Pacto de San José de Flores fue de gran trascendencia histórica. Pero en esta nota solo queremos hablar de un objeto que perteneció al Mariscal López.

Como antecedente cabe mencionar que los gobiernos de la Confederación Argentina y de Buenos Aires estaban en problemas desde 1852, y que uno de los tantos motivos de aquel conflicto, aparte del político, fue el económico. Buenos Aires ejercía el control del puerto aduanero, de donde obtenía ingresos importantes, lo que le permitió un desarrollo mucho más sostenido que el de otras provincias. La Confederación Argentina estaba conformada por las provincias de Corrientes, Catamarca, Córdoba, Entre Ríos, Jujuy, La Rioja, Salta, Santiago del Estero, San Juan, San Luis, Santa Fe, Tucumán y Mendoza (Buenos Aires estuvo separada como Estado desde 1853 hasta 1860).

Encabezaba la Confederación Argentina Justo José de Urquiza, quien dispuso imponer por la fuerza de las armas el principio de Unidad Nacional. Despachó a Asunción a José Espínola y Peña con la misión de obtener el apoyo de Paraguay contra Buenos Aires.

Sin embargo, Carlos Antonio López ofreció la pacífica mediación del Paraguay, conforme a su tradicional política de no intervención, para solucionar ese conflicto tan complejo para Argentina. Para ello, envió de ministro mediador a su hijo, el brigadier Francisco Solano López, y una comitiva muy importante integrada por Gregorio Benítez, Ildefonso Bermejo, Benigno López, Francisco Wisner, entre otros.

Como ya mencionamos, la mediación de la República del Paraguay culminó con el convenio de paz celebrado el día 10 de noviembre, ratificado y canjeado por ambas partes contrastantes el día 11 del año 1859.

Como gratitud por esa gestión «invalorable», el pueblo argentino obsequió al ministro mediador un álbum de tapa de nácar y terciopelo, con decoraciones de oro y la leyenda:

«EL PUEBLO DE BUENOS AIRES

AL SEÑOR BRIGADIER GENERAL

DE LA REPUBLICA DEL PARAGUAY

DON FRANCISCO SOLANO LOPEZ».

Posteriormente, el general Urquiza obsequió su espada a Francisco Solano López, como modesta ofrenda de amistad. Escribía López en una misiva: «Agradezco muy cordialmente los votos de vuestra excelencia por mi prosperidad personal, y, aunque la inapreciable amistad de vuestra excelencia es el donativo más valioso que pudo ofrecerme, acepto con el más profundo reconocimiento el generoso obsequio de la espada que con tanta gloria vuestra excelencia ciñó en Cepeda. Cuando se presente la ocasión de desenvainarla, haré todo por honrarla».

Existe una tradición oral sobre otro obsequio que hiciera el presidente Urquiza al Mariscal López: una escribanía o tintero de plata.

El tintero de plata fue utilizado por el general Urquiza en incontables ocasiones a lo largo de su vida pública, como gobernador de la Provincia de Entre Ríos y como presidente de la Confederación Argentina.

En la escribanía se puede apreciar el escudo de la Provincia de Entre Ríos, una verdadera pieza de fina orfebrería, que sin duda habrá sido valorada por el futuro Mariscal.

Conocemos asimismo otros datos gracias a los descendientes del general Urquiza y al señor Luis Duclos Peña, quien hoy día es propietario de dicha histórica pieza.

Las antiguas dueñas del tintero (las hermanas Campos Urquiza) habían mencionado a sus herederos que el Mariscal López regresó en 1859 con el tintero al Paraguay y nunca más se pudo saber de él hasta más de medio siglo después.

En el año 1940, en una exposición realizada en Buenos Aires por una prestigiosa casa de remates, las dos nietas del general Urquiza, las señoras Justa y Haydée Campos Urquiza (ambas coleccionistas de antigüedades), pujaron por el tintero de plata que había aparecido en la subasta. Las mismas se adjudicaron la pieza y es así como regresó a los descendientes del primer dueño.

Ahora bien, nos hacemos muchas preguntas que aún no tienen respuestas claras y precisas: ¿cómo llegó el tintero hasta Buenos Aires? ¿Es el mismo tintero que Solano López utilizó para la firma de San José de Flores? ¿Existe otro tintero?

El tintero probablemente llegó a Buenos Aires de manos de la compañera de López, Madame Lynch, después de su segundo breve retorno al Paraguay en 1875 (¿?), fecha en la que publicó su Exposición y protesta. Es también posible que, a raíz de su difícil situación económica, pusiera en venta el tintero, juntamente con una pulsera que le pertenecía y que fue adquirida también por las damas Campos Urquiza.

La pulsera tiene un broche de camafeo. La misma contiene, aplicados en su interior, el cabello del Mariscal López y las iniciales FSL. Las dos piezas, tanto el tintero como la pulsera, venían con un recorte del periódico La Nación.

Suponemos que todo esto fue vendido debido a la difícil situación económica de Madame Lynch y su desahuciado requerimiento por recuperar bienes que alguna vez fueron parte de su patrimonio en Paraguay.

Una de las familias que le prestaron auxilio en la capital argentina fue la familia Plantier. (Sabemos que Enrique Solano López fue muy amigo de Alfredo Plantier). Siguiendo los testimonios de los descendientes de Urquiza, estos dos objetos podrían haber pasado así a esa familia y de ahí a la casa de remate.

Existe otro tintero del Mariscal, pero este, a diferencia del mencionado, es de oro y lleva sus iniciales, FSL. Según el historiador Luis Verón (quien investigó sobre el mismo), fue adquirido en Francia hacia 1855. Durante la guerra, quedó bajo la tenencia de Melchora Melgarejo de Caballero, madre de Bernardino Caballero. Doña Melchora, a su vez, lo legó a su hija Ascensión, casada con el mayor Julián Ynsfrán.

El tintero de oro pasó por ella a los descendientes de estos: Edgar Lineo y Oscar Facundo Ynsfrán, siendo este último propietario de la pieza. La misma fue adquirida por la Secretaría Nacional de Cultura en el año 2018 para conformar parte del Patrimonio Tangible del Estado.

Según refiere Luis Verón, Solano López lo utilizó para plasmar su firma en el Pacto de San José de Flores y en la asunción presidencial de 1862, entre otros documentos. También su último tenedor, Oscar Facundo Ynsfrán, lo utilizó para firmar la Constitución de 1992, siendo presidente de la Asamblea Nacional Constituyente.

Se sabe que el «otro» tintero del Mariscal, el de plata, regalo de Urquiza a López, estuvo desde 1940 en la tradicional estancia San Pedro, en Entre Ríos, hasta el año 2017 bajo la custodia de la señora Milagros Roca y sus hermanos, todos descendientes de Urquiza. Pero estos descendientes, cumpliendo el deseo de su antepasado de que el tintero se quedara en Paraguay, lo entregaron al señor Luis Duclos Peña (empresario textil y propietario de la conocida fábrica asuncena Textilia SA) como testimonio de amistad entre dos pueblos hermanos.

En el mes de diciembre del año 2019, el señor Duclos Peña cedió el tintero al Banco Central del Paraguay para una exposición temporaria. El fin era destacar, a través de esta pieza, los acontecimientos que ocurrieron entre Paraguay y Argentina, y cómo nuestro país ofreció mediar para que los hermanos argentinos llegaran a un acuerdo de unificación y paz. Lamentablemente, para después enfrentarnos a una horrible guerra que ha dejado sus secuelas en el pueblo paraguayo.

No cabe duda de que la mediación paraguaya para solucionar el conflicto, que colaboró en la creación de la nación argentina, es una de las gestas más relevantes de nuestra región. Siempre existen símbolos o emblemas que representan los hitos de nuestra historia, y este artístico y peculiar objeto recuerda hechos relevantes que la marcaron. Y, en el caso del tintero obsequio de Urquiza, es testimonio de una exitosa gestión que prueba la vocación de paz y hermandad de nuestro país con la nación argentina, tanto que el día de la diplomacia paraguaya se conmemora el 11 de noviembre en memoria de aquella noble mediación.

Fuentes

Archivo Surucu’a.

Archivo / Imagoteca de la Colección Milda Rivarola.

Documentos oficiales de la mediación pacífica de la República del Paraguay en la disidencia armada entre los gobiernos de la Confederación Argentina y Buenos Aires. Ministerio de Relaciones Exteriores, Asunción, 2013.

Testimonio Luis Duclos Peña / Flia. Roca-Urquiza.

El Álbum de la eterna gratitud de Buenos Aires. Edición Facsimilar. Centenario de la Epopeya Nacional. Anales del Paraguay. Asunción, 1964.

Báez Valenzuela, Rodolfo. El mariscal Francisco Solano López, artífice de la unificación argentina. Asunción, Arandurã, 2017.

Bloomberg, Héctor. La Dama del Paraguay, Buenos Aires, 1939.

Cardozo, Efraím. Paraguay Independiente. Asunción, 1947.

Cardozo, Efraím. Efemérides de la historia del Paraguay. Asunción, 1967.

Chamorro, Fabián; Trinidad, Humberto. Memorias de la ocupación (1869-1876). Editorial Goya, 2014.

Cooney, Jerry W.; Whigham, Thomas L. El Paraguay bajo los López. Asunción, Centro Paraguayo de Estudios Sociológicos, 1994.

González, Natalicio. Solano López, diplomático. Biblioteca de las Fuerzas Armadas de la Nación, 1948.

Lynch, Elisa. Exposición y protesta. 2ª ed. Fundación Cultural Republicana. Asunción, 1987.

fedwiston@hotmail.com

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